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Interna tras interna
Karina Milei sigue dividiendo al gobierno
Se conmemoró un nuevo aniversario de la muerte del general José de San Martín y la Argentina está mucho más cerca de los temores sobre una eventual disolución que atormentaban al padre de la patria antes que de sus sueños de grandeza nacional.
Justamente el nuevo aniversario fue utilizado para profundizar la interna en el gobierno nacional, donde la disputa por el poder y por suculentos negocios convierten a la gestión en un tembladeral.
En un contexto de disputa de todos contra todos, la astróloga Karina Milei salió a jugar sus fichas sin reservas. Sus destinatarios fueron el asesor presidencial, Santiago Caputo, y la vicepresidenta, Victoria Villarruel. La hermana presidencial ya no oculta su pretensión de ejercer el poder político real dentro del gobierno. Quiere ser para todos, y no sólo para Javier Milei, “El Jefe”.
Este sábado publicó en su cuenta de X una de las frases más difundidas del general San Martín: "La soberbia es una discapacidad que suele afectar a pobres infelices mortales que se encuentran de golpe con una miserable cuota de poder". Quizá todo hubiera quedado allí si el destinatario hubiera pasado por alto la provocación, pero la paciencia sólo le duró unas horas a Santiago Caputo, quien -sin nombrarla- le respondió: "Lo único peor que la soberbia es la soberbia injustificada".
En la órbita de las altas esferas del gobierno nacional hay consenso respecto en que "Santiago está acumulando demasiado poder". Sin embargo, la mayoría duda de que eyectarlo -como ya sucedió con más de sesenta funcionarios desde el inicio del gobierno de LLA- sea una decisión correcta, ya que justamente es su estrategia exitosa de desviar la mirada pública hacia temas aleatorios para ocultar el fracaso de la gestión económica de Javier Milei - Luis Caputo, la que le permite mantener la gobernanza en una sociedad que está implosionando a paso acelerado.
¿Qué hacer con Santiago Caputo? es el principal interrogante que se plantea el gobierno nacional. Y allí aparece nuevamente toda la impericia y el voluntarismo de quienes lo conducen. No parece razonable seguir hundiendo el cuchillo sobre la figura del asesor estrella si no se lo piensa desplazar, pero se lo hace de todos modos, con los riesgos de colapso para la estabilidad de la gestión que significaría perder la red de contención de todas las desgracias que cotidianamente se le imponen al pueblo argentino. Pero, en la desaforada construcción de poder personal que intenta la hermana del presidente, la racionalidad y la evaluación de las consecuencias no ocupan un lugar significativo. El primitivismo puro la caracteriza.
Mientras mantenía la disputa pirotécnica mediática a través de provocaciones y mensajes cifrados con Santiago Caputo, Karina no se olvidó de borrar a Victoria Villarruel del acto con las Fuerzas Armadas en la Palacio Libertador. Se trató de otra descarga de artillería pesada ya que impactó en el corazón de las solidaridades políticas de la vicepresidenta. Villarruel experimentó el impacto, al punto que decidió pegar el faltazo a la celebración posterior en la provincia de Mendoza, argumentando nuevamente -como en ocasión de la presentación del Pacto de Mayo- problemas de salud. "Quiero pedirle disculpas a Mendoza, a sus autoridades y a los mendocinos por no poder asistir hoy al acto en conmemoración del Paso a la Inmortalidad del General José de San Martín. Lamentablemente me descompuse y en el aeropuerto me recomendaron no viajar", publicó en su cuenta de X.
La estrategia de Karina Milei es todavía más ambiciosa aquí que en el caso de Santiago Caputo, ya que apuesta a sembrar el malestar entre la vicepresidenta y la corporación que le permitió desarrollar su carrera política. Si Javier Milei finalmente se decidiera a firmar el indulto a los represores de la última dictadura, la operación podría quedar completada.
O tal vez no y convertirse en el punto de inflexión hacia la caída definitiva. Hoy Villarruel y Santiago Caputo están distanciados, pero tal vez la agresión del enemigo común, Karina, podría acercarlos. Si esto sumara al impacto que generaría la firma del perdón a los genocidas, y la experticia del asesor se destinara a destruir a los hermanos Milei y avalar su recambio por la vicepresidenta, la situación del actual presidente podría volverse desesperante, sobre todo por los vínculos que Villarruel ha conseguido establecer con el nacionalismo y el peronismo anticristinista.
El panorama es sórdido, sobre todo considerando que la sociedad argentina deambula en la cubierta de un Titanic que hace tiempo experimentó el choque con su iceberg. (www.REALPOLITIK.com.ar)
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