Argentina, un país psiquiátrico

Hasta hace unos días, José Luis Espert era el candidato puesto de LLA para encabezar sus listas en la PBA en las elecciones del año próximo, hasta que se cansó de los manejos y operaciones de Karina Milei y Santiago Caputo. Tal como sucede en la estructura stalinista de los libertarios, quien se anima a correrse un paso o a quejarse queda afuera y es sometido a ataques y descalificaciones de todo tipo. Le tocó al especulador inmobiliario rural esta vez.

La sexualidad ha sido, tradicionalmente, un ítem recurrente para los libertarios argentinos. El ministro de Justicia, con un pie afuera del gobierno, Mariano Cúneo Libarona, salió a decretar el fin del “género”, al afirmar que sólo se reconocería a la familia “biológica”. Sólo le faltó tratar a las minorías sociales como “invertidos” o “desviados”, y aplicarles un juicio de inquisición. Luis Novaresio salió a destruirlo en la pantalla de LN+: le entraron todas sus balas.

Mientras que el ministro, que tradicionalmente defendió como abogado a los peores criminales de la Argentina, insistía en condenar las sexualidades no hegemónicas, Javier Milei se divertía reposteando una publicación con una ilustración en la que aparecía Germán Kiczka, el diputado de LLA, acusado de pedofilia y fugado, acariciando en un meme a Martín Tetaz. La madrina política de Kiczka es nada menos que Patricia Bullrich. 

Las fuerzas políticas están estalladas y ninguna escapa a este diagnóstico. Tras la polémica visita de legisladores nacionales a los genocidas en el penal de Ezeiza, la diputada Lourdes Arrieta se sacó el patito de su peinado y creó su propio monobloque. Se fue antes de que la expulsaran de LLA, espacio que no deja de perder legisladores de su exigua bancada.

Por la noche, Macri fue a cenar milanesas con Milei por quinta vez a Olivos. ¿Le parecerán ricas o no cesará hasta que consiga lo que quiere arrancarle al presidente, como Transporte, Energía, y presión judicial para eximirlo en la causa por el Correo Argentino? Los comunicadores macristas afirman que, por fin, algo le concedieron. Pero aún no queda bien en claro qué. La cabeza de Santiago Caputo, seguro que no.

Por el lado del panperonismo, Cristina Fernández de Kirchner le respondió a Mayans diciendo que el que debe hacerse la pericia psiquiátrica es él y no Milei. El senador le contesta preguntando quién hizo a Alberto Fernández presidente del PJ. Mayra Mendoza sale a pegarle, afirmando que no fue Cristina, en una larga publicación en X con múltiples referencias a notas de Clarín, que “no miente” cuando beneficia a la jefa. Cristina la repostea, y asegura que Victoria Villarruel no es peronista, mientras que Guillermo Moreno, Sergio Berni y Mayans aseguran que les gustaría que sí lo fuera.

Tras la discusión se solapa la disputa entre la ex presidenta y los gobernadores peronistas por la presidencia del PJ. Ella quiere a "Wado" de Pedro; ellos a Ricardo Quintela. Otro motivo de conflicto es la designación de nuevos miembros de la Corte Suprema. Cristina quiere negociar con Milei su ampliación, para poder incorporar a alguno de sus alfiles para cubrirle las espaldas. El comunicador Roberto Navarro se despachó en X, afirmando que la ex presidenta “otra vez lo hizo”, esto es, subordinar a la sociedad a sus propios intereses particulares. Por esto Cristina trata de destruir cualquier posibilidad de acuerdo con Villarruel, para fortalecer su pacto con Javier Milei.

Villarruel, en el centro de la escena por su beboteos con los peronistas no cristinistas, tomó algo de distancia y volvió a las fuentes, organizando un “homenaje a las víctimas del terrorismo”, en el que anunció: “Reabriremos todas las causas de víctimas del terrorismo para que sea la Justicia la que haga lo que debió hacer hace más de veinte años".

“Para que Argentina pueda vivir su aurora y su renacer todos los montoneros tienen que estar presos respondiendo por ensangrentar nuestra Nación", sentenció. ¿Estará Patricia Bullrich entre las procesadas?

El anuncio de Villarruel profundiza la grieta con el cristinismo, pero puede causar simpatía dentro del peronismo no cristinista, que le objeta a las organizaciones armadas haber tomado las armas contra el gobierno constitucional de Isabel Perón.

La política argentina experimenta un movimiento tectónico. Todo está conmovido. ¿Y el sufrimiento y la declinación brutal al que somete el gobierno actual a nuestra sociedad? No es algo que interese demasiado a la dirigencia. (www.REALPOLITIK.com.ar)

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