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4 de septiembre de 2024 | Internacionales

Reacciones en la comunidad internacional

La visita de Putin a Mongolia, entre la diplomacia energética y las tensiones globales

Las relaciones entre Rusia y Mongolia tienen raíces profundas que se extienden por más de cinco siglos, pasando por momentos históricos decisivos, desde el Imperio Mongol hasta el colapso del Imperio Qing.

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por:
Anderson N. Riverol

La alianza se consolidó con la creación de la República Popular de Mongolia, que fue un estado satélite de la Unión Soviética, recibiendo de esta un importante apoyo estratégico. Hoy en día, a pesar de los esfuerzos de Mongolia por diversificar sus relaciones diplomáticas y comerciales, su vínculo con Rusia sigue siendo esencial, sobre todo porque este país es su principal proveedor de energía. Situada entre dos potencias clave, Rusia y China, Mongolia enfrenta la necesidad de mantener un delicado equilibrio.

La visita del presidente Vladimir Putin a Mongolia se enmarca en las ceremonias conmemorativas del 85º aniversario de la victoria de las fuerzas soviéticas y mongolas sobre las tropas japonesas en la batalla del río Khalkhin Gol, un evento de gran relevancia histórica que une culturalmente a ambos países. Invitado por el presidente mongol Ukhnaagiin Khürelsükh, Putin aprovechó el encuentro para discutir temas bilaterales de interés, con especial énfasis en las áreas de cooperación económica y energética.

En la diplomacia internacional, la premisa de que "no hay amigos permanentes, solo intereses permanentes" explica muchas dinámicas. Para Mongolia, más allá de los acuerdos en energía y comercio, el desarrollo de un corredor de transporte que conecte Asia con Europa a través de Rusia es de gran relevancia, ya que mejoraría significativamente su comercio y conectividad, una iniciativa que Rusia ha promovido activamente. Con una producción energética limitada, Mongolia depende en gran medida de las importaciones, siendo Rusia su principal proveedor. Además, mantener relaciones estrechas con Rusia permite a Mongolia equilibrar la influencia de las grandes potencias, evitando depender exclusivamente de un solo bloque. La visita de Putin también abre a Mongolia nuevas oportunidades en foros internacionales donde Rusia tiene una notable influencia.

Para Rusia, Mongolia es un aliado estratégico en una región donde China ha crecido de manera vertiginosa. Esta visita refuerza los lazos comerciales y asegura un punto de apoyo clave en Asia, donde la competencia por la influencia regional es cada vez mayor. Además de los intereses económicos, Mongolia representa para Rusia un aliado diplomático en una zona que Moscú considera crítica para su seguridad y estabilidad geopolítica.

La visita ha generado reacciones en la comunidad internacional. La Unión Europea y Ucrania criticaron duramente que Mongolia no ejecutara la orden de arresto contra Putin emitida por la Corte Penal Internacional (CPI), argumentando que Mongolia no ha cumplido con sus obligaciones bajo el Estatuto de Roma. El Kremlin, por su parte, ha rechazado la legitimidad de esta orden, calificándola de “escandalosa”. Serguéi Lavrov, canciller ruso, quien acompañó a Putin, señaló que la cooperación entre Rusia y Mongolia es una fuente de preocupación para quienes tienen "acciones nazis", en referencia a las acusaciones occidentales contra Rusia.

El gobierno de Mongolia ha defendido su postura en un comunicado enviado a un importante medio estadounidense, afirmando que el país importa el 95 por ciento de sus productos derivados del petróleo y más del 20 por ciento de su electricidad de Rusia, lo que hace de este suministro algo vital para su estabilidad. Mongolia ha reafirmado su política de neutralidad en las relaciones diplomáticas, destacando que su postura se basa en la búsqueda de una coexistencia equilibrada con todas las potencias.

En resumen, esta visita consolida la relación estratégica entre Rusia y Mongolia. Para Mongolia, garantiza un equilibrio diplomático que le permite negociar con potencias asiáticas, occidentales y Rusia, asegurando a su vez su suministro energético, un aspecto crucial para su desarrollo. Para Rusia, la relación con Mongolia refuerza su influencia en Asia y le permite seguir proyectándose como un actor clave en la geopolítica regional, manteniendo una diplomacia pragmática a pesar de las tensiones internacionales.

La habilidad de Rusia para gestionar relaciones diplomáticas fuertes y flexibles, incluso en situaciones adversas como la orden de arresto internacional contra Putin, demuestra la efectividad de su política exterior en una región estratégica. (www.REALPOLITIK.com.ar)


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