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4 de septiembre de 2024 | Interior

E&M

Denuncian estafa con casas prefabricadas a decenas de familias en Mendoza

Hace más de un mes, el medio digital Lavalle Online reveló un posible fraude masivo relacionado con la venta de casas prefabricadas. Desde entonces, el número de damnificados ha seguido creciendo, aportando pruebas de lo que parece ser una red delictiva.

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por:
Franco D’Amelio

Hasta la fecha, hay alrededor de doce denunciantes, aunque se estima que las víctimas podrían ser muchas más. Desde Periódico El Despertador se contactaron con algunas de las víctimas para que compartan sus historias y así prevenir futuras estafas.

CASOS TESTIGO

Marcos Pizarro y su esposa fueron los primeros en tomar acciones legales contra Víctor Coria y Marcos Sánchez, presuntos vendedores de la empresa constructora E&M. "Vimos una publicidad televisiva en uno de los canales abiertos mendocinos y nos contactamos con ellos por Facebook", explicó Pizarro. "Estas dos personas vinieron a mi casa con folletos y contratos, todo parecía muy profesional, como si fuera una empresa seria, y nos lo explicaron todo… Fuimos a la empresa E&M en Guaymallén; parece que al principio trabajaron allí y robaron toda la información… Aunque teníamos dudas, nos convencieron y firmamos el contrato con Marcos Sánchez y Víctor Coria. Vendí una camioneta, fuimos juntos a una escribana para firmar el 08. y sospecho que la escribana también estuvo en complicidad con esta gente".

El caso de Pizarro es particularmente grave, ya que con la entrega de ese vehículo canceló la totalidad de la vivienda que supuestamente le estaban vendiendo.

Según parece, Víctor Coria habría trabajado para la constructora E&M, pero fue despedido posteriormente. Informantes cercanos a la empresa aseguraron que fue desvinculado por cobrar cuotas y no remitir ese dinero a E&M, es decir, por robo. Ante esto, Andrés Emens e Iván Moreira (E&M) decidieron cerrar la oficina de Lavalle, pero Coria habría continuado utilizando la marca para atraer clientes. Cuando Moreira se dio cuenta, lo confrontó y le exigió que cerrara la oficina. Fue entonces cuando Coria se mudó a un privado en una inmobiliaria cercana.

Otro caso es el de Valeria, residente de Villa Tulumaya, Lavalle, a unos 35 kilómetros de la ciudad de Mendoza. Ella cuenta que su historia comenzó hace aproximadamente dos años con esta supuesta sucursal de E&M. Tras ver publicidad e investigar sobre la empresa, se acercó a la oficina en calle Dorrego de Lavalle, donde una joven le explicó las generalidades del contrato y los productos. "Firmé el contrato donde se detallaba cómo sería la casa y de qué materiales. Comencé a pagar las cuotas, pero la chica que me asesoró ya no trabajaba allí. Luego, cada vez que iba, veía una cara diferente".

Valeria fue informada por el mismo Víctor Coria cuando se mudaron a la oficina donde funciona la inmobiliaria La Maison, a pocas cuadras de la ubicación original. Ella no iba regularmente, sino que transfería su cuota digitalmente y recibía un comprobante. "Un día me acerco a la oficina y estaba cerrada. Le mandé un mensaje al número de la inmobiliaria y me atendió una tal Nuria, que aparentemente era quien alquilaba la oficina. Me dijo que el hombre (Coria) se había ido y había estafado a la gente. Seguí insistiendo con esta mujer porque dijo que tenía acceso a todas las carpetas de las personas y la documentación, pero me daba muchas vueltas para entregarme la carpeta. Finalmente, me comuniqué con E&M, ya que esta era una sucursal oficial de la empresa. Les conté mi situación y me dijeron 'Víctor hace mucho que no trabaja con nosotros'. Entonces les respondí: 'Tu trabajador nos estafó'. Me contestaron que había firmado un contrato falso y me dieron a entender que Víctor había planeado todo desde un principio, pero nunca negaron que había tenido contacto con ellos. Al final, no se hicieron cargo de nada y se lavaron las manos".

El caso de Marcelo Agüero es quizás uno de los más tristes. "Víctor Coria vino a mi casa a retirar dinero y me dijo 'Mañana te espero en la oficina para hacer el papeleo'. Al día siguiente, ya había desaparecido. Le entregué un millón de pesos". Aunque sorprende que Marcelo entregara esa suma sin firmar un documento, la explicación es dolorosa: "Le di el dinero confiado porque lo conozco desde hace muchos años, a él y a su mujer. Nunca pensé que tenía un plan tan macabro".

Probablemente, esta presunta estafa fue la última que realizó Coria antes de darse a la fuga, ya que ocurrió hace unos tres meses. Coincide con el periodo en el que la corredora Nuria Ortiz, dueña de la inmobiliaria La Maison, comenzó a recibir dinero de los "clientes" de Coria y su socio Marcos Sánchez, dado que Coria supuestamente "estaba de viaje", según relatan otros damnificados.

Uno de estos damnificados es Adrián Bravo, quien firmó contrato con Coria cuando aún operaba cerca del hotel Lavalle. "Primero supuestamente Nuria le alquilaba la oficina, después aparece Marcos Sánchez y Víctor me decía que me iba a atender Marcos, que era su socio. Ahí empecé a notar que algo no estaba bien, porque cada vez que le mandaba mensajes a Coria, no estaba, no podía atenderme y me daba vueltas. Me dijo que no estaría por un tiempo porque se iba de viaje por trabajo, y entonces apareció Nuria, ya sin Marcos… Ella recibía el dinero porque Víctor no estaba, y me dijo que se encargaría de todos los papeles. Le entregué 50 mil pesos, tengo el recibo firmado con su sello y todo. Después de unos dos meses, Víctor no aparecía y Nuria cambió su postura, lo denunció. No sé si se lavó las manos, no sé".

Varias víctimas también mencionan a esta agente inmobiliaria de reconocida trayectoria en el departamento y coinciden en señalarla como posible cómplice de Coria y Sánchez.

LA VERSIÓN DE NURIA ORTIZ

En julio de 2023, Nuria Ortiz relató: "Yo les alquilé a estos chicos (los hoy denunciados) un privado en mi oficina. incluso los contraté para una ampliación de mi casa y también me estafaron. Después de pelear con ellos, lograron hacerme un terraplén. Me pasaron un presupuesto por 1.500.000, les di 1 millón, y solo hicieron el terraplén. En agosto les entregué el dinero, tengo los recibos. Nunca me imaginé que me estafarían, ya que estaban en mi oficina".

Ortiz explicó que en febrero, Coria le dijo: "Me voy a trabajar a Corrientes y con ese dinero empezaré a cubrir las construcciones pendientes. Por favor, recibe el dinero de las cuotas de los clientes". Según Coria, ella era la única que había cancelado la ampliación de su casa. Ortiz señaló que en ese periodo recibió 140 mil pesos y que se los transfirió a Coria, quedándose solo con el pago de la oficina. Sin embargo, cuando los clientes comenzaron a buscarla y la situación se complicó, Ortiz intentó comunicarse con Coria sin obtener respuesta. "Le dije que me dijera dónde había comprado los materiales para que los llevaran a mi casa y buscar otra mano de obra, pero me bloqueó. Inmediatamente lo denuncié por estafa. Si yo tuviera algo que ver con él, no lo habría denunciado, porque al investigarlo, yo también caería, fui una estafada más".

Ortiz facilitó a El Despertador el comprobante de la denuncia, con el número D-43978/24, realizada virtualmente el 29/04/2024, además de fotos de su contrato para la ampliación y los comprobantes de transferencias.

Respecto a las declaraciones de Valeria, quien mencionó que Ortiz le daba vueltas para entregarle la copia de su contrato con Coria y Sánchez, Ortiz explicó: "Lo que hice fue sacar las carpetas con los contratos de los clientes con la intención de contactarlos para que las retiraran, porque Coria nunca me devolvió la llave de la oficina y temía que viniera a llevárselas y no hubiera pruebas. Yo tengo el duplicado; cada persona tiene el original. La llamé, la esperé, pero no se acercó, luego hablamos por mensaje y ella dijo que iría tal día, pero no fue. Después vino sin avisarme y yo no estaba en la oficina. Por razones familiares no puedo estar todo el tiempo allí. Esta mujer me llamó cuando estaba en la puerta, le dije que no podía y que coordináramos para otro día, y se enojó".

Ortiz aseguró que ha hablado con cada persona que ha ido a su oficina y que sigue dispuesta a explicarles la situación. "Mi oficina está abierta, no tengo nada que ocultar", afirmó. Por último, agradeció la oportunidad de contar su versión, a diferencia de otro medio que no se lo permitió, lo que afectó su trabajo y reputación.

A MODO DE REFLEXIÓN

El Despertador consultó al abogado Guillermo Guzzo, especialista en derecho civil, penal y de derechos humanos. Guzzo comentó que las viviendas prefabricadas estarían en un "gris" legalmente, ya que "no son bienes registrables como un vehículo o una casa de ladrillo, pero representan el medio a través del cual se materializa un derecho básico, el derecho a la vivienda".

Opina, además, que en Mendoza casi no hay fabricantes de viviendas prefabricadas; la mayoría son comercializadores que adquieren productos y luego los venden. Coincide con la opinión de quienes investigamos para esta nota en que esto facilita la creación de un escenario propenso a estafas. Las viviendas pueden ensamblarse y dar la apariencia de una fábrica, pero son fácilmente desmontables si surge la necesidad de "huir" en caso de que la estafa "se complique".

Por otro lado, aunque será la justicia la que determine la responsabilidad de E&M en el caso lavallino, es pertinente preguntarse cuál es el grado real de control que la marca ejerce sobre sus sucursales actuales y cómo están operando para prevenir situaciones delictivas similares.

De hecho, unos días antes de la publicación de esta nota, Iván Moreira, uno de los dueños, se habría puesto en contacto con los denunciantes para "reconocer" el pago realizado a Víctor Coria y ofrecerles la posibilidad de continuar pagando en cuotas el valor actual de las prefabricadas. Incluso, habría expresado su intención de sumarse como denunciante, ya que su ex empleado aparentemente utilizó su marca para cometer ilícitos.

Sin embargo, es necesario analizar en qué medida la empresa actuó de manera negligente. No hubo una comunicación oficial de E&M a la comunidad sobre la desvinculación de Coria; de hecho, hasta el día de hoy, sus fotos aún aparecen en las redes de la empresa. Esta falta de información clara habría facilitado la acción delictiva del buscado, permitiendo que la gente creyera que seguía representando a su antigua patronal.

Es posible que este descuido haya llevado a Iván Moreira y su socio a actuar con mayor diligencia para "apoyar" a los damnificados y reconocer sus compromisos. En este sentido, también vale la pena preguntarse si hubo suficientes controles municipales para detectar a tiempo esta estructura que aparentemente sería fraudulenta. (www.REALPOLITIK.com.ar)


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