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23 de septiembre de 2024 | Nacionales

Tras el veto

Facundo Manes quiere capitalizar el conflicto de la UCR

Finalmente, la sangre está llegando al río o está muy cerca de la orilla. Así parece, después de conocerse no sólo la contradictoria votación de los diputados nacionales del bloque radical, que en forma poco coherente y muy sospechosa variaron el voto que tenían en favor de un aumento a los jubilados y volvieron sobre sus pasos.

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El acontecimiento es tan conocido como lo que sucedió después con los intercambios de insultos y agresiones en una bancada donde se debatió la expulsión de los cuatro legisladores que, camaleónicamente, giraron en 180 grados su postura.

Resulta que son cuatro los diputados “rebelde way”, porque el quinto no es afiliado radical, pese a que juega a favor del gobierno correntino.

Repercusiones negativas

Tras el ruidoso debate por el virtual quiebre del bloque nacional que comanda, cada vez con más dificultad, Rodrigo De Loredo, quedaron repercusiones que aún hacen eco profundo en muchos ámbitos políticos y legislativos.

Se percibió, tanto en la reunión de la bancada como en las redes, una virtual parsimonia del neurocientífico Facundo Manes, quien aprovechó a “pintarse la cara” para pedir la expulsión de sus colegas sin formular mayores explicaciones, porque los argumentos están dados por la actitud que genera sospechas a toda la opinión pública.

En buen romance, se concluye en algún somero análisis que hubieron miles de razones que Javier Milei les esgrimió a estos legisladores para que cambiaran su postura y blindaran el tercio de diputados necesarios para convalidar el veto.

En realidad, parece que hubo un “acting” de Manes. Él no podía seguir especulando y no tuvo más remedio que actuar de esa manera.

Ocurre que su hermano Gastón, aún titular de la convención nacional, ya estaba convocando al Tribunal de Conducta y estaba firmando la suspensión de los díscolos correligionarios. Otra actitud de Facundo hubiera sido contraproducente para su imagen.

El pronunciamiento del médico -y de aliados tales como Fernando Carvajal, Pablo Juliano y Danya Tavela- fue muy ruidoso y poco contundente, dado que De Loredo se apoyó en muchos de sus compañeros de bloque, quienes estuvieron más proclives a dar el beneficio de la duda y resolvieron la permanencia de los diputados en el bloque.

Más allá de todo esto, los legisladores en cuestión ya son considerados traidores por muchos sectores del espectro partidario que suelen jugar a favor de Manes, pero también del presidente del comité nacional, Martín Lousteau.

Desmedida especulación

Manes paga su falta de contundencia con su desmedida especulación de hace un tiempo y que se inició allá por fines del año pasado, cuando obligó a romper el bloque de diputados en provincia y no hizo lo propio en el bloque que integra.

Al mejor estilo "haz lo que yo digo, pero no lo que yo hago”, se alimentó una imagen de tibieza personal y ahora paga el costo cuando pretende mejores resultados. Suele pasar que en política se cosecha lo que se siembra y no todo suele ser tan automático o equivalente al ritmo de un posteo en redes sociales.

Si algo le sirve como consuelo es el importante soporte que brindó Martín Lousteau desde el comité nacional, poniendo el cuerpo en cuanta convocatoria mediática hubo para potenciar la crítica hacia los correligionarios rebeldes de la cámara baja. Sin ese aporte, o el de otros dirigentes de trayectoria como Federico Storani, Juan Manuel Casella, la posición de Manes se hubiera diluído en muy poco tiempo y el esmerilamiento de su propia imagen política seguiría en caída.

El galeno se estaría cobrando un premio consuelo y es el producto de la presión ejercida sobre Rodrigo De Loredo, a quien no logran aún apartarlo de la jefatura del bloque pero, al menos, quedó en la mira y muy vigilado en sus próximos pasos políticos. Por lo pronto, el cordobés medita sobre si debe postularse a una reelección como legislador nacional.  Sobre todo después de su fracaso anterior como frustrado candidato a jefe de gobierno de Córdoba Capital y de los sucesivos reproches y escraches que sufrió en marchas para pedir por la defensa de la universidad pública.

Mientras se debate cuál es el modelo de relación de la UCR con el oficialismo o la futura política de alianzas, lo que más ha impactado en la opinión pública ha sido la cuestionada conducta de los diputados camaleónicos, vulnerables a los cánticos de sirena -y tal vez miles de razones- que provinieron de la Casa Rosada.

Eso ha hecho que quienes venían alejados de una UCR dinamitada en el 2001 y en descomposición por el acompañamiento a Mauricio Macri, mantengan entre latente y permanente su alejamiento del centenario partido de Alem.

La última gran apuesta de la oposición partidaria -que quiere un viraje hacia la socialdemocracia y un pensamiento más cercano al de Raúl Alfonsín- es la de ganar y con mucha diferencia la interna del radicalismo bonaerense del próximo 6 de octubre. 

De esa manera se crearía un hito que permitiría, de a poco, remontar la cuesta. (www.REALPOLITIK.com.ar)


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