Provincia
En la encrucijada entre Francia
Nueva Caledonia, el paraíso de Oceanía que quiere ser independiente
Nueva Caledonia se encuentra en una encrucijada entre la independencia y el control francés, con crecientes tensiones entre la población indígena kanak que busca autodeterminación y el gobierno central, complicadas por intereses geopolíticos y económicos.
La colonización francesa fue diferente a otros ejemplos conocidos, como la expansión del Imperio Español en América Latina, donde la cultura y la religión jugaron un papel central. En contraste, la colonización francesa se enfocó en el comercio y en las relaciones cooperativas con tribus indígenas, particularmente en norteamérica y el Caribe. Sin embargo, a largo plazo, también estuvo marcada por tensiones y conflictos con las poblaciones indígenas, como es el caso de Nueva Caledonia, una colectividad francesa que hoy lucha por su independencia.
Nueva Caledonia, ubicada al sur del Pacífico, ha sido un territorio bajo control francés desde 1853. La colonización afectó profundamente a la población indígena kanak, quienes fueron desplazados de sus tierras y vieron su cultura erosionada. Tras décadas de tensiones, el acuerdo de Numea de 1998 prometió mayor autonomía y la celebración de referendos para decidir el futuro del territorio. Aunque los referendos de 2018, 2020 y 2021 rechazaron la independencia, los márgenes de diferencia fueron reduciéndose, lo que reflejó un aumento de la presión política.
Las demandas de independencia no son nuevas en Nueva Caledonia. Desde la década de 1980, los movimientos pro-independencia, liderados principalmente por el Frente de Liberación Nacional Kanak y Socialista (FLNKS), han luchado por el reconocimiento de los derechos de los kanak. Las tensiones alcanzaron un punto álgido durante el conflicto de Ouvéa en 1988, un enfrentamiento violento entre las fuerzas francesas y los independentistas kanak que dejó decenas de muertos y puso de relieve la gravedad del conflicto. Este episodio marcó un antes y un después en el proceso de descolonización, llevando finalmente a los acuerdos de paz que culminaron en el acuerdo de Numea.
En los últimos años, las protestas han resurgido debido a la insatisfacción de los kanak con los resultados de los referendos y la percepción de que Francia no está comprometida con sus demandas de independencia. Estas manifestaciones, impulsadas por la comunidad kanak, reflejan una fractura social profunda, en un contexto geopolítico donde Francia intenta mantener su influencia frente a potencias emergentes como China. Los recursos naturales de la isla, especialmente el níquel, son clave tanto para los grupos independentistas como para Francia, lo que añade una dimensión económica crucial al conflicto. El níquel es esencial para la producción de baterías y otras tecnologías clave en la transición energética global, lo que aumenta la importancia de Nueva Caledonia en el escenario geopolítico mundial.
Las recientes protestas de 2022 y 2023 han contado con la participación de diferentes sectores, tanto pro-independencia como pro-franceses. La comunidad kanak sigue demandando una revisión del proceso de referendos y mayor autonomía, mientras que otros grupos apoyan la permanencia en Francia. Esta situación refleja las divisiones internas del territorio, acentuadas por los efectos de la pandemia de COVID-19. Además, la pandemia complicó el desarrollo de los referendos, lo que generó aún más tensiones entre los kanak y el gobierno central francés, que fue acusado de no haber proporcionado las condiciones necesarias para una votación justa.
Una vista general de la bahía de Numea, la capital de Nueva Caledonia (Foto: Theo Rouby - AP).
La búsqueda de libertad en Nueva Caledonia es vista por el movimiento independentista kanak como un derecho inalienable. Esta situación de conflicto en términos teóricos podemos decir que se alinea con los principios de John Stuart Mill en su obra Sobre la libertad, donde se argumenta que el poder sobre una comunidad solo es legítimo si cuenta con el consentimiento de quienes forman parte de ella. Los kanak, en su demanda de autodeterminación, encarnan este principio, buscando decidir su propio destino político sin la interferencia de potencias externas.
En el panorama político francés, Emmanuel Macron ha defendido los referendos como expresiones legítimas de la voluntad popular, afirmando que la mayoría de los habitantes de Nueva Caledonia prefieren seguir bajo soberanía francesa. No obstante, la comunidad kanak ha expresado su frustración, acusando al gobierno de no abordar sus demandas con la suficiente sensibilidad. Por otro lado, Marine Le Pen ha adoptado una postura más firme, oponiéndose a cualquier posibilidad de independencia y resaltando la importancia estratégica de Nueva Caledonia para Francia. Su enfoque ha resonado entre aquellos que ven en su discurso una defensa más decidida de la unidad nacional, en contraste con la postura más blanda de Macron.
Emmanuel Macron.
Con al menos trece muertos y cientos de heridos en los enfrentamientos de 2023, la urgencia de una solución pacífica es evidente. Las divisiones entre los kanak y los sectores pro-franceses continúan tensando la región. Los esfuerzos del gobierno francés por mediar en el conflicto no han logrado calmar completamente las tensiones. Para evitar una mayor escalada de violencia, es crucial que el proceso avance de manera diplomática, respetando la voluntad de los habitantes de Nueva Caledonia. Solo a través del diálogo y el reconocimiento mutuo se podrá encontrar una solución duradera que asegure la estabilidad y la paz en la región. (www.REALPOLITIK.com.ar)
ETIQUETAS DE ESTA NOTA
Pacífico, Emmanuel Macron, Marine Le Pen, John Stuart Mill, Anderson N. Riverol, Nueva Caledonia, Acuerdo de Numea, Oceanía¿Qué te parece esta nota?
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