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23 de octubre de 2024 | Internacionales

Asia Central

Kazajistán: La potencia del uranio y su liderazgo en el desarme nuclear

Como uno de los principales productores de uranio del mundo, Kazajistán se destaca por su compromiso con el desarme nuclear, lo cual ha influido profundamente en su historia y políticas. Durante las últimas décadas, el país ha demostrado que es posible equilibrar su rol económico con un compromiso firme hacia la paz y la seguridad internacionales.

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por:
Anderson N. Riverol

En la época soviética, la región de Semipalatinsk en Kazajistán fue escenario de más de 450 ensayos nucleares, lo cual dejó profundas secuelas en la población y el medio ambiente. Entre 1949 y 1989, estas pruebas aumentaron significativamente los casos de cáncer y defectos congénitos, afectando a miles de personas y causando un daño ambiental duradero. La radiación convirtió a Semipalatinsk en un símbolo del costo humano de la carrera armamentista de la Guerra Fría.

En 1991, tras su independencia, el país decidió cerrar el sitio de pruebas nucleares de Semipalatinsk. Bajo el liderazgo del presidente Nursultán Nazarbáyev, también se desmanteló el cuarto arsenal nuclear más grande del mundo, heredado de la Unión Soviética. Esta decisión valiente estableció a Kazajistán como un defensor del desarme nuclear a nivel internacional. Nazarbáyev abogó por un futuro sin armas nucleares y promovió la cooperación internacional, posicionando al país como un ejemplo de compromiso con la paz y la seguridad global.


Nursultán Nazarbáyev, presidente de Kazajistán desde 1990 hasta 2019.(Foto: Elbasy.kz).

Después de la disolución de la Unión Soviética, Kazajistán optó por el desarme voluntario, eliminando las armas nucleares en su territorio con el apoyo de Estados Unidos y Rusia. Este proceso incluyó la eliminación de ojivas nucleares y el desmantelamiento de infraestructura militar. Kazajistán se convirtió en signatario del Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP) y desde entonces ha sido un firme promotor del desarme. Esta decisión no solo fue un acto de responsabilidad, sino que también contribuyó a la seguridad global al evitar que un arsenal nuclear considerable pudiera caer en manos equivocadas durante el periodo de transición posterior a la disolución de la URSS.

El país ha sido un activo defensor del desarme en foros internacionales, promoviendo la creación del día internacional contra los Ensayos Nucleares, celebrado el 29 de agosto en conmemoración del cierre de Semipalatinsk, y apoyando firmemente el Tratado de Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares (CTBT). Estas acciones reflejan su compromiso con la paz tanto a nivel nacional como internacional, demostrando que el desarme es posible y necesario en un mundo donde la proliferación nuclear sigue siendo una amenaza.

Siendo responsable de más del 40 por ciento de la producción mundial de uranio, el país tiene en la empresa estatal Kazatomprom al líder del sector. Esta empresa adopta un modelo de producción que minimiza el impacto ambiental a través de técnicas de extracción in situ (ISR), reduciendo significativamente la perturbación del suelo. Esto demuestra el compromiso de Kazajistán con una gestión responsable de los recursos y con su postura a favor del desarme nuclear. Aunque la producción de uranio es clave para el desarrollo económico, se busca equilibrar este aspecto promoviendo el uso pacífico y seguro de la energía nuclear.

A pesar de su firme postura antinuclear, Kazajistán enfrenta el dilema de ser uno de los mayores proveedores de uranio del mundo, un material que puede utilizarse tanto para fines energéticos como para la fabricación de armas. Esta paradoja refleja la complejidad de equilibrar el desarrollo económico con la promoción de la paz y la seguridad global. Kazajistán promueve activamente el uso del uranio con fines pacíficos, como la generación de energía nuclear. El Banco de Uranio Poco Enriquecido de la Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), ubicado en Kazajistán, es un ejemplo de cómo el país contribuye a garantizar el acceso al uranio para fines pacíficos, minimizando el riesgo de proliferación nuclear. Este banco proporciona una reserva segura de uranio para países que necesitan combustible nuclear, pero que no desean desarrollar su propia capacidad de enriquecimiento, lo que ayuda a reducir los riesgos de proliferación.

Kazajistán ha aprovechado su postura a favor del desarme nuclear para posicionarse como un actor de diálogo y estabilidad en Asia Central. Su neutralidad le ha permitido mediar en conflictos regionales y promover el desarme global. Además, Kazajistán mantiene relaciones estrechas con Rusia, China y Estados Unidos, y su compromiso con el desarme ha influido positivamente en estas relaciones. Su participación en la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS) y otros organismos internacionales le ha permitido actuar como un puente entre Oriente y Occidente en temas de seguridad nuclear. Esto ha fortalecido la reputación de Kazajistán como un socio confiable y un actor comprometido con la paz y la estabilidad internacional.

George Shultz, ex secretario de Estado de Estados Unidos, fue un defensor decidido del desarme nuclear y uno de los autores del artículo 'Un mundo libre de armas nucleares', junto con Henry Kissinger, William Perry y Sam Nunn. En este artículo, Shultz subrayó la necesidad de un enfoque práctico y cooperativo hacia el desarme, basado en la colaboración internacional y el liderazgo moral, como una forma de avanzar hacia la eliminación total de las armas nucleares. Esta visión se alinea perfectamente con el camino que adoptó Kazajistán, al renunciar voluntariamente a su arsenal nuclear y promover activamente el desarme a nivel global. Para Shultz, Kazajistán era un ejemplo claro de liderazgo y visión a largo plazo, demostrando que un país puede contribuir a la seguridad mundial a través del desarme responsable y el uso pacífico de la energía nuclear. La postura de Kazajistán refleja cómo un enfoque pragmático y ético puede ayudar a enfrentar uno de los desafíos más críticos de nuestro tiempo.

En conclusión, Kazajistán ocupa una posición única como líder en el desarme nuclear y, al mismo tiempo, como uno de los principales productores de uranio del mundo. Su historia, marcada por el cierre del sitio de pruebas nucleares de Semipalatinsk y la renuncia voluntaria a su arsenal nuclear, lo convierte en un ejemplo a seguir para otras naciones. El compromiso de Kazajistán con el uso pacífico de la energía nuclear y su liderazgo en la promoción del desarme muestran que es posible transformar un pasado de destrucción nuclear en un futuro de esperanza y paz. La trayectoria de Kazajistán ejemplifica que el desarrollo económico puede ir de la mano con la promoción de la seguridad global, y debería inspirar al resto del mundo a trabajar hacia un planeta más seguro y libre de amenazas nucleares. (www.REALPOLITIK.com.ar)


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