Sin respuesta de Axel Kicillof, peligra el talento del hospital Cuenca Alta de Cañuelas

En la provincia de Buenos Aires, el hospital Cuenca Alta Néstor Kirchner Cañuelas (HCANK) es, en muchos sentidos, una paradoja: además de su nombre y a pesar de formar parte de una de las peores administraciones bonaerenses, se erige como un bastión de excelencia médica en una zona en donde los ciudadanos más vulnerables suelen tener poco acceso a profesionales de alto nivel.

Este hospital de Cañuelas cuenta con un equipo, entre otros, de traumatología de renombre, liderado por el doctor Gustavo Cánepa y acompañado por eminencias como los doctores Gonzalo Viollaz y Rafael Amadei, entre otros, que juntos conforman solo un ejemplo de los numerosos profesionales destacados que dan vida a este centro de salud.

Nicolás Kreplak y Axel Kicillof.

El personal del HCANK no solo se caracteriza por su vocación y entrega, sino también por un compromiso diario, que va más allá de sus obligaciones: ofrecen atención de calidad y administran los recursos hospitalarios con el paciente como prioridad. Gracias a su gestión, logran disponer de medicamentos y tratamientos de alta gama, incluyendo antibióticos de última generación, cuando el caso lo requiere. Cada paciente es atendido en todos los aspectos de su salud, desde la rehabilitación física hasta el soporte psicológico y psiquiátrico, sin restricciones en cuanto a los tratamientos necesarios para su recuperación.

Sin embargo, esta excelencia médica está en peligro. Las condiciones laborales en el HCANK han sufrido un notable deterioro, y los trabajadores enfrentan el riesgo de tener que dejar el hospital por mejores oportunidades en el sector privado. Estos profesionales, verdaderos héroes que a diario logran salvar vidas, preservar brazos y piernas, y evitar amputaciones que otros centros de salud no podrían, se encuentran en la disyuntiva de abandonar la institución por la falta de apoyo institucional.

Además, la situación denunciada por los profesionales es reconocida al punto en que hace solo dos semanas llegaron a un acuerdo sobre mejores condiciones laborales con el gobierno de Axel Kicillof y el ministerio de Salud que conduce Nicolás Kreplak. Sin embargo, transcurrido el lapso, las autoridades no cumplieron.

De concretarse esta fuga de talentos, los bonaerenses sin acceso a la salud privada se verían desamparados, condenados a un sistema de salud pública que, en muchas regiones de la provincia, se encuentra en un estado deplorable. La posible pérdida de estos profesionales pone en riesgo no solo el presente, sino el futuro de la salud pública en Buenos Aires, dejando a los sectores más vulnerables sin el acceso al cuidado de calidad que merecen. (www.REALPOLITIK.com.ar)

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