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26 de octubre de 2024 | Legislativas

Finalmente…

Facundo Manes se acordó de dar el paso y hay nuevo bloque de la Unión Cívica Radical

Facundo Manes y varios legisladores radicales finalmente rompieron con el bloque de Rodrigo De Loredo en el Congreso, marcando una postura de resistencia contra un programa de derecha, aunque la división se percibe más como una reacción ante la falta de liderazgo y una lucha interna en la Unión Cívica Radical que como una estrategia planificada.

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La noticia obliga a recordar y parafrasear al lema de campaña de Facundo Manes, hace poco menos de cuatro años, cuando se postulaba como diputado nacional enfrentando al poderoso Pro que encabezaba Diego Santilli con el respaldo de los principales dirigentes Mauricio Macri, Horacio Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich.

“Dar el paso” era la invitación que hacía por aquel entonces el neurocientífico para provocar la decisión del “gran desafío”, con la impronta de una nueva política y nuevos estilos, con la garantía de un partido centenario como la Unión Cívica Radical.

En ese desafío -que parecía de David contra Goliat- a Facundo Manes y a la Unión Cívica Radical no les fue tan mal y pudieron contar la parte más positiva de aquella contienda de primarias del 2021. Es cierto que el médico oriundo de Salto perdió por una diferencia cercana a los 20 puntos, pero ganó en la mayoría de los municipios. Esto le permitió una mejora sustancial de la inserción de candidatos radicales en listas para concejalías, pero también para encabezar listas de legisladores provinciales en secciones del interior, por caso la cuarta y sexta sección electoral, oeste y sur bonaerense, entre otros ejemplos.

A cuatro años de aquella contienda, la realidad es muy distinta. Esto es porque el maridazgo de Facundo Manes se tejió con el sector radical dominado por Daniel Salvador y Maximiliano Abad, los más interesados en armar cuanto antes un frente con los libertarios y los macristas.

A modo de oportuna digresión, tanto Salvador como Abad esperan con ansiedad que la Justicia Federal declare un triunfo de Miguel Fernández, el delfín que tienen para hacerse cargo del comité provincia, en cuestionadas elecciones que, además, fueron calificadas de fraudulentas por la oposición interna.   

Ahora, todo el recorrido que se inicia con la intención de “dar el paso” se fundamenta por lo ocurrido tiempo después cuando Facundo Manes se contradijo con esa potenciada recomendación para asumir las grandes transformaciones.

Por caso, viró hacia el “haz lo que yo digo, más no lo que yo hago”. Esto ocurrió cuando le sugirió a sus seguidores y aliados en provincia romper el bloque de diputados provinciales y separarse del salvadorismo, pero evitó escindirse de la bancada que preside aún Rodrigo De Loredo.

Ahí Facundo Manes no se dedicó a “dar el gran paso”, sino que prefirió quedarse contenido para no regalarle espacios al cordobés, pero también como señal de su falta de pericia para armar los siguientes capítulos de la novela que relate su recuperación de imagen y liderazgo ante la opinión pública.

Finalmente, Manes y varios legisladores “dieron el paso” y rompieron con Rodrigo De Loredo, asumiendo una postura plena de decisión e impulso para significar una resistencia a seguir un programa de derecha y conservador como el que proponen en la Casa Rosada.

No obstante, la conclusión es que si bien varios diputados dieron el paso, no fue por compromiso exclusivo con Facundo Manes, sino porque tanto el médico de Salto y algunos legisladores de Evolución y otros independientes se unieron ante ese espanto y se abroquelaron en otra trinchera de Diputados. Fue más una reacción que algo muy deliberado.

La falta de liderazgo de Manes se ve en que él no encabeza esta diáspora del bloque, sino que compartió consensos con Martín Lousteau y otros referentes federales, como es el caso del oriundo de Formosa, Fernando Carbajal.

Sí tuvo un premio consuelo al insertar en la titularidad de la bancada al platense Pablo Juliano, alguien que le debe y mucho su condición de diputado nacional, si bien éste luego se ganó una suerte de incremento de su nivel de conocimiento ante la opinión pública.

El divorcio del bloque de De Loredo es más producto de la desesperación que de una meditación muy planificada. La hipótesis de la desesperación es el producto de la impotencia de no poder confrontar con un De Loredo que parece fortalecido con nuevos compañeros de ruta como el caso de seguidores de Maximiliano Abad, y del consorcio de los gobernadores radicales que aportan una gran cifra de representantes.

Asimismo, Manes y quienes lo han acompañado en esta decisión no lograrían tan fácilmente el reconocimiento institucional radical. Si bien el presidente del comité nacional, Martín Lousteau, aparece en escena en esta movida, está en plena soledad frente a la franca minoría en que se encuentra ante otros órganos partidarios como el plenario del partido y la convención, que tienen más asidero para hacer un reconocimiento.

Lo cierto es que, hoy por hoy, las acciones mediáticas suelen impregnar de sensaciones a la opinión pública y una sucesiva cadena de actos y fotografías de Lousteau y Manes pueden impregnar a la atmósfera mediática de un reconocimiento virtual desde el radicalismo formal.

Con la escisión del bloque, los radicales más rebeldes dieron el paso, para profundizar en una postura que debe estar latente y visible en una etapa que permite advertir que las elecciones legislativas están a la vuelta de la esquina.

Se dio el primer paso, pero el interrogante es si se podrán dar los pasos siguientes con firmeza y lógica de construcción de poder. (www.REALPOLITIK.com.ar)


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