Nacionales
¿Otro cisma como el de 1957?
Vientos de ruptura en la Unión Cívica Radical
Tras la resolución del juez federal Electoral, Alejo Ramos Padilla, en la Unión Cívica Radical (UCR) bonaerense ya se despejó el camino para que asuma la conducción partidaria el ex intendente de Trenque Lauquen, Miguel Fernández.
Se despejó el camino aunque no las dudas ni los sinsabores que dejaron una disputa muy fuerte, durante un escrutinio que duró varias semanas -exactamente un mes-, desde aquel domingo 6 de octubre en que los correligionarios concurrieron a las urnas. Quedaron resentimientos en practicamente la mitad de un radicalismo que reclamó Justicia y transparencia para el escrutinio, objetivo que no fue alcanzado y que provoca aún mayor resentimiento.
En la oposición, si bien perdura el rencor, hay quienes, con muchas canas en su cabello, empiezan a ver la media copa llena. En ese sentido, se marean en un halo de sentimiento victorioso porque señalan que desde el sector que conduce el radilibertario Maximiliano Abad le pronosticaban una humillante derrota en la cual ni siquiera iban a arañar el 25 por ciento necesario para obtener la minoría de cargos partidarios.
El pronóstico de la humillante derrota era descaradamente expresado por un Abad exultante que quería condicionar la realización de lista única y le adelantaba a sus opositores cuál era la suerte que iban a sufrir si no acordaban.
En partes iguales
Hoy la realidad indica que, con o sin interpretación judicial, tanto el oficialismo como la oposición estuvieron cercanos al 50 por ciento y eso implica el reparto a partes iguales para algunas categorías, por caso, para delegados al comité nacional de la Unión Cívica Radical. Otro tanto ocurre para delegados al plenario del comité provincia y para miembros de la convención provincial, órgano clave porque es el que decide las alianzas electorales.
Todo este mapa de correlación de fuerzas anticipa un margen acotado de acción para el propio Miguel Fernández, quien deberá surfear con muchos inconvenientes un mar embravecido donde persisten aún humeantes muchas brasas que dejó una interna complicada.
Miguel Fernández y Maximiliano Abad.
Por lo pronto, Fernández deberá asomar su figura representando a un partido cercenado de figuras y representaciones que, resentidas por un trato que consideran injusto, dificilmente querrán acompañarlo desde la gestión institucional.
Son todas estas conjeturas que necesitarán comprobación, la cual operará cuando Fernández dé los primeros pasos y se pueda ver si solo asoman para la foto su padrino Maximiliano Abad o su mentor y exvicegobernador Daniel Salvador.
Una disputa con alto nivel de efervescencia obligaría a un diálogo entre todos los sectores, aunque, por el momento, no se observa voluntad desde ambas partes. Es más, se puede profundizar en otros escenarios como, por ejemplo, en la Cámara de Diputados de la provincia de Buenos Aires, donde aún desparrama mucho vigor la división del bloque radical.
Ni qué decir con las futuras sesiones de la convención provincial donde tal vez el oficialismo alcance la mayoría, pero debería cuidarse en las formas si no quiere ser protagonista de otro cisma histórico como ocurrió entre balbinistas y frondicista a nivel nacional en 1957.
El tema de las alianzas electorales está a la vuelta de la esquina y una postura muy determinante y rígida puede provocar grietas irreversibles entre quienes ya quieren dar un abrazo fraternal al libertario Javier Milei y quienes desean ir por otros caminos, como una alianza con el kirchnerismo o una tercera vía más inclinada hacia un centro o tercera vía.
Para los hombres y mujeres de Alem con experiencia asoma, ante varias peripecias, una solución de modos pasivos y permisivos hacia los distritos, muchos de ellos bajo gobierno radical y en otros con construcciones importantes con otros sectores como para ser competitivos en las próximas elecciones.
Se trata de dar libertad de acción en cada una de los municipios para que el radicalismo, sea oficialismo u oposición, decida con quiénes acordar una alianza electoral aunque suene disparatada la diferencia que exista entre un distrito y otro. Por ejemplo, es muy posible que en Trenque Lauquen, los pagos de Miguel Fernández se ate un frente electoral con el Pro y los libertarios, bajo el eufemismo de un “Cambiemos ampliado” que contenga a una UCR excesivamente derechizada. Sin embargo, en otros distritos como la capital bonaerense u octava sección electoral, donde ganó la oposición provincial, se espera más el armado de listas con sectores de centro o centroizquierda y, por qué no, una alianza con algún sector kirchnerista. En esto será muy importante el contenido, hasta en la última coma, de la resolución que adopte la convención provincial y con el mayor consenso posible.
Si bien falta mucho para que el radicalismo decida su política de alianzas, esta hipótesis de la libertad de acción puede dominar la escena en las próximas semanas. Hará falta paciencia, prudencia y voluntad entre los principales dirigentes para ver si con esta opción se logra un acuerdo mínimo que sirva de pausa reflexiva para evitar males mayores. (www.REALPOLITIK.com.ar)
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