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25 de noviembre de 2024 | Provincia

Tiempos de gestión

El laberinto de la nueva conducción provincial de la Unión Cívica Radical

La nueva conducción provincial de la Unión Cívica Radical, liderada por Miguel Fernández, enfrenta el desafío de reunificar el partido y consolidar alianzas estratégicas, mientras lidia con divisiones internas, tensiones con el kirchnerismo y la necesidad de fortalecer su influencia en el ámbito legislativo y municipal.

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Si bien la interna de la Unión Cívica Radical quedó definida en los recintos judiciales, todavía se están viviendo la inercia de una disputa que dejó sus marcas por un encendido enfrentamiento y por la estridencia posterior acerca del resultado final.

Hoy esos son dilemas resueltos que le dejan al presidente electo del comité provincia, Miguel Fernández, toda una serie de desafíos empezando por el de reunificar el partido o amalgamar y acrecentar una mayoría que supere los guarismos de la votación de octubre. Esto es, a los efectos de mejorar la gestión partidaria.

El exintendente de Trenque Lauquen siempre incluyó en la categoría de “chicanas” a la acusación opositora acerca de que él junto al senador nacional Maximiliano Abad y al exvicegobernador Daniel Salvador llevarían al futuro del radicalismo en una alianza carnal con La Libertad Avanza y el Pro.

Si bien no rechazó con firmeza ese reproche que le hicieron durante la etapa previa a las internas, Fernández ahora parece fortalecer, con declaraciones públicas, que su norte tiene un camino por la avenida del medio entre el gobierno nacional y el kirchnerismo.


Maximiliano Abad y Daniel Salvador, en un acto de la Unión Cïvica Radical.

En cuanto a la vigencia de la alianza con el Pro, desde su entorno señalan que es muy difícil una ruptura definitiva, en estos momentos, sobre todo porque muchas intendencias radicales basan su mayoría en concejales que integran ese frente (Unión Cívica Radica, Pro y Coalición Cívica) y porque en algunas provincias las fórmulas que conducen tienen ese componente integrado por ambos partidos y porque, sobre todas las cosas, hay un sentimiento de unidad en la acción para esmerilar al kirchnerismo.

Objetivos

Algo que le preocupa sobremanera a Fernández son dos cuestiones prioritarias. Una de ellas es la de fortalecer el Foro de Intendentes Radicales -algo que le toca en su fibra íntima- para que actúe como un verdadero cuerpo político empoderado que, con sus declaraciones y acciones, permita exigir determinadas políticas públicas y correcciones al oficialismo provincial.

Una de esas batallas se está jugando en estos momentos y tiene que ver con la necesidad de la gestión de Axel Kicillof de aprobar el presupuesto aunque de la vereda radical le hacen saber de la escasa garantía para consolidar el fondo de fortalecimiento fiscal municipal. En el 2025 gobernantes provinciales y municipales querrán hacer obras y nadie quiere quedar afuera.

En el frente de los intendentes, Fernández no tendría problemas con el diálogo dado que cuenta con un amplio respaldo mayoritario. Pero en ese ámbito juegan fuerte tres jefes comunales que participaron de la expresión opositora como Miguel Lunghi (Tandil), Lucía Gómez (Gonzáles Chaves) y Franco Flexas (Los Toldos).

Otro asunto prioritario es la reunificación de los dos bloques de diputados provinciales que han mostrado identidades y actitudes tan distintas en el recinto que simulan ser dos partidos políticos muy diferentes.

Las bancadas, lideradas por Diego Garciarena -la más cercana a Abad y Fernández- y por el platense Claudio Frangul no sólo no han acercado posiciones, sino que la interna terminó por ensanchar la herida abierta por el divisionismo y las apetencias de poder. Será difícil la reunificación y habrá mucho por hablar y aclarar las temáticas que dividen, empezando por las chicanas, claro está.

Ocurre que desde hace meses que el kirchnerismo metió la cola en el radicalismo nacional y en el ala oficialista bonaerense. Curiosamente, esa estela persiste en ambos sectores.

Si bien desde el oficialismo endilgan un pasado kirchnerista al titular del comité nacional Martín Lousteau, desde éste último entorno, también reprochan que tanto Fernández como sus seguidores “miran la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio”, apelando a la prosa bíblica.

Desde la oposición partidaria toda, y no sólo del sector de Lousteau, recuerdan el pasado kirchnerista militante y “químicamente puro” de Diego Garciarena con una duración que fue mucho más que los meses en los cuales Lousteau manejaba los resortes del ministerio de Hacienda. “Digan las cosas como son, Garciarena está donde está porque es amigo personal de Maxi Abad” se escuchó en los pasillos de la Legislatura.

Así, entre chicanas y temarios un poco más profundos se debate la agenda de los primeros tiempos de gestión de Miguel Fernández, los cuales no serán para nada fáciles. (www.REALPOLITIK.com.ar)


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