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Unión Cívica Radical
Una asamblea que pretende ser la "bala de plata" para los radicales progresistas
La asamblea radical progresista en Santa Fe busca relanzar al radicalismo socialdemócrata como un actor relevante en la oposición a Javier Milei, convocando a líderes históricos y sectores progresistas para construir un frente político de mayor peso.
La asamblea o encuentro de los sectores radicales de centroizquierda y progresistas, convocada para este fin de semana en Santa Fe, pareciera ser una última esperanza de convocatoria y armado que pretende dar pelea para llevar al centenario partido hacia la centralidad o participación protagónica en un polo fuertemente opositor al presidente Javier Milei.
En la capital de la provincia del litoral, se verán las caras Luis Alberto “Changui” Cáceres -mentor, organizador y anfitrión del encuentro-, el presidente del comité nacional, Martín Lousteau; los exdiputados nacionales Juan Manuel Casella y Federico Storani y varios referentes más.
La idea es que el mitin no sea excusa para un paseo turístico o de reflexiones sobre antiguos documentos como “la contradicción fundamental” de la Junta Coordinadora, sino el relanzamiento de una postura socialdemócrata con el mayor volumen político posible, donde también aporten otros espacios como Franja Morada -brazo de la Unión Cívica Radical en la universidad-, la Organización de Trabajadores Radicales (OTR) y muchos intendentes provenientes de distintos lugares del país.
Las expectativas se alimentaron y fueron creciendo hasta el borde de un superlativo derroche de optimismo para los tiempos que corren, en los cuales el radicalismo suena más por su historia que por su convocatoria, dado que no supera el 4 por ciento en las más generosas encuestas.
Al parecer, y con ese contexto que dificilmente acompañe una aventura exitosa, el radicalismo pareciera ganarse un lugar entre los últimos vagones de un frente electoral, por caso, con los viejos conocidos del Pro, que serían vagones intermedios de la formación conducida por el oficialismo en la Casa Rosada.
El organizador e histórico Luis “Changui” Cáceres, uno de los padres de la Coordinadora, tiene su punto de partida que ubica al radicalismo en un piso muy preocupante en niveles de aceptación popular, al punto de señalar en algunas reuniones realizadas en Ciudad Autónoma que la UCR puede terminar como el partido radical chileno o el de Francia. Estos fueron verdaderos protagonistas hace unas décadas en sus respectivos países, pero descendieron por abruptos barrancos hasta pelear contra su desaparición de la vida política e institucional.
Quienes muestran una visión similar, pero quieren imponer una visión proactiva parecen ser Storani y Casella, quienes vienen caminando juntos desde hace un tiempo, calculando los tiempos y diseñando un mensaje a la militancia que parte de su propia experiencia histórica.
Luis "Changui" Cáceres.
Storani, Casella y el propio Cáceres intentan ser “guardianes doctrinarios de la fe” o, ya en el léxico radical, de la “profesión de fe doctrinaria”, por citar algún documento de la historia de los hombres y mujeres de Alem.
Todos quieren convocar, desde un radicalismo socialdemócrata, hacia un frente opositor para las próximas elecciones legislativas, entendiendo que es una de las últimas oportunidades en la historia política para avasallar a un proyecto extremadamente liberal.
Para ello, Storani ha hecho saber en recientes declaraciones que sería muy positva y proactiva una congruencia entre la vision socialdemócrata de este sector del radicalismo con una posición socialcristiana de muchos peronistas.
No sería sorpresivo que, a este debate se puedan convocar a algunos partidos de centroizquierda y algunos sectores transversales del kirchnerismo. En cuanto al kirchnerismo con origen peronista, tanto Storani como Casella, prefieren “desensillar hasta que aclare”, aludiendo a que aún persiste la tormenta y las secuelas por la reciente interna partidaria en el Partido Justicialista que dividió fuertemente las aguas entre seguidores de Cristina Fernández de Kirchner y de Axel Kicillof.
En esta escena juegan dos protagonistas no menos importantes y con un futuro por escribir en los próximos años del radicalismo nacional
Uno de ellos es Martín Lousteau, quien comprometió su asistencia al plenario en Santa Fe, con su expectativa para proclamarse como uno de los nuevos polos de la grieta contra los libertarios, pero la aparición de Cristina Fernández le complicó los papeles.
Lousteau también deberá pensar en sus futuros lugares de acción institucional dado que en breve fenecerá su mandato como titular del comité nacional y en 2025 las tendrá muy bravas para competir por la renovación de su banca como senador nacional por la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
En tanto, el lugar más reservado de la vidriera es para el gobernador de Santa Fe, Maximiliano Pullaro, quien intenta amalgamar una postura muy cercana a una visión socialdemócrata y progresista con un pragmatismo, a veces muy rechazado, que necesita para una relación de necesaria convivencia con la Casa Rosada, de la cual necesita asistencia estratégica y económica para equilibrar las propias cuentas y para combatir al flagelo del narcotráfico.
En Pullaro están depositadas muchas esperanzas de los sectores más progresistas y ortodoxos que están dispuestos a bancarse ciertos actos de pragmatismo porque conocen y muy en profundidad su forma de pensar y por qué hace lo que hace, aún al borde de sorprender a los más atentos.
El plenario de la militancia progresista radical en Santa Fe no será el escenario para presentar a la “bala de plata” para avanzar hacia un nuevo presente partidario, pero se acerca bastante. (www.REALPOLITIK.com.ar)
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