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2 de diciembre de 2024 | Internacionales

Francia

La traición de Emmanuel Macron: La estrategia de un presidente dispuesto a todo

Las recientes elecciones europeas marcaron un punto de inflexión en la política francesa y europea. La derrota del partido del presidente Emmanuel Macron frente al avance del grupo liderado por Marine Le Pen provocó un terremoto político que sacudió el estatus quo.

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por:
Anderson N. Riverol

Emmanuel Macron es conocido por su pragmatismo y capacidad de adaptación. Ha demostrado, una vez más, que está dispuesto a hacer todo lo necesario para mantenerse en el poder y defender lo que considera los intereses de Francia. Tras la derrota en las elecciones europeas, la maniobra de convocar elecciones anticipadas y aliarse con la izquierda no sorprendió. Sin embargo, esta alianza temporal con la izquierda no fue más que una estrategia de contención.

Una vez asegurado el triunfo y contenida la supuesta amenaza del grupo de Marine Le Pen, Macron no dudó en cambiar su postura y nombrar a un primer ministro que representara sus intereses políticos. Este cambio de rumbo dejó a sus aliados de izquierda sorprendidos y, en muchos casos, desilusionados, ya que el acuerdo de alianza pareció ser, desde el principio, un simple medio para alcanzar el fin deseado: la supervivencia política de Macron y la preservación de su proyecto de poder.

Según el historiador y epistemólogo francés François Dosse, Macron ha demostrado ser un traidor con suerte, que ha sabido manipular a la élite política francesa para llegar al poder y mantenerse allí. Este pragmatismo extremo, que algunos han llamado traición, parece ser parte de la identidad política del presidente y hasta ahora le ha dado buenos resultados.

Reacciones políticas y sociales

La designación de un primer ministro de centro-derecha, Michel Barnier, excomisario europeo y conocido por su papel como negociador del Brexit, fue vista como un giro al centro en la política francesa. Líderes de la izquierda, como Jean-Luc Mélenchon, acusaron a Macron de robar las elecciones legislativas y traicionar la voluntad popular. Esta percepción de oportunismo político ha erosionado la confianza en el liderazgo de Macron, generando descontento entre sus antiguos aliados y el electorado en general. La alianza temporal con la izquierda y su posterior desmantelamiento llevaron a una ola de protestas y manifestaciones organizadas por la oposición, que se sintió traicionada por las acciones del presidente.

Desde una perspectiva más amplia, la situación ha provocado un incremento en la polarización política, con sectores de la izquierda y la derecha criticando la falta de coherencia de Macron. Mientras tanto, la izquierda lo acusa de traicionar los valores progresistas al nombrar a un primer ministro de centro-derecha. Por otro lado, la derecha critica su inconsistencia y los cambios abruptos en sus alianzas, lo que consideran una falta de visión y de principios claros. Mientras los partidarios de Marine Le Pen señalan cómo el sistema político establecido intenta bloquear su empoderamiento a toda costa, incluso con alianzas inverosímiles, la izquierda en este caso fue usada por el presidente del gobierno francés.

Las manifestaciones contra Macron, organizadas principalmente por la izquierda, fueron masivas y han señalado al presidente como un traidor a su palabra. En París y otras ciudades importantes de Francia, miles de personas protestaron en su momento contra la designación de Barnier.

Consecuencias económicas y políticas

El giro de Macron y la traición percibida a sus aliados ha tenido también implicaciones económicas. La prima de riesgo de la deuda francesa alcanzó niveles históricos, reflejando la preocupación de los mercados por la capacidad del gobierno para manejar la crisis política y económica. La inestabilidad política ha puesto en riesgo la confianza de los inversionistas y ha aumentado la incertidumbre sobre el futuro del gobierno francés.

Además, la amenaza de una moción de censura por parte de Marine Le Pen y su partido ha incrementado aún más la tensión política. Le Pen ha señalado que, si el gobierno no modifica sus presupuestos para reflejar las necesidades del pueblo francés, impulsará una moción de censura, lo que pone en riesgo la estabilidad del gobierno de Macron y muestra la fragilidad de sus alianzas actuales.

Macron y el juego de tronos

Para entender de una forma didáctica el estilo de liderazgo de Macron, podríamos compararlo con un personaje de la popular serie Juego de Tronos: Petyr Baelish, conocido como "Meñique". Baelish era un maestro del engaño, dispuesto a traicionar a cualquiera para ascender en el poder, siempre calculando cada movimiento para mantenerse relevante. Al igual que "Meñique", Macron ha demostrado ser un estratega habilidoso, capaz de cambiar de bando y sacrificar alianzas para avanzar su agenda personal. Sin embargo, esta habilidad también es su mayor debilidad, ya que la falta de principios claros y lealtades firmes ha generado desconfianza y resentimiento entre quienes alguna vez lo apoyaron.


Emmanuel Macron (Foto: EPA).

Así como "Meñique" encontró su fin debido a la acumulación de enemigos y a la pérdida de aliados, Macron enfrenta ahora un electorado cada vez más desencantado, que podría buscar otras opciones en el futuro, cansado de las traiciones y la política de conveniencia. El juego de poder puede ser efectivo por un tiempo, pero eventualmente, la falta de consistencia puede ser el principio del fin para cualquier líder.

Macron también ha demostrado una capacidad impresionante para jugar en ambos lados del espectro político, tal como lo hacía "Meñique" en su intento de mantenerse siempre en una posición de ventaja. Sin embargo, este enfoque puede resultar insostenible a largo plazo, ya que las alianzas temporales y los compromisos poco firmes terminan erosionando la base de apoyo. A medida que la presión política y social aumenta, Macron deberá enfrentar la realidad de que no puede continuar operando en el límite de la traición sin pagar un precio significativo. El electorado francés ya no está dispuesto a aceptar la falta de coherencia, y la expectativa de un cambio político se hace cada vez más evidente.

Conclusión

En definitiva, la reciente estrategia de Macron deja un sabor amargo para aquellos que creían en una visión más consistente y clara de la política francesa, sin importar su ideología. Aunque haya logrado evitar el ascenso de Le Pen en las elecciones europeas, el costo político ha sido extremadamente alto, mostrando un presidente dispuesto a traicionar tanto a la izquierda como a la derecha si eso significa mantenerse en el poder.

Esta dinámica de traiciones y cambios abruptos ha generado un ambiente de profunda desconfianza hacia el liderazgo de Macron, haciendo que muchos ciudadanos sientan que no hay una dirección estable para el país. La incertidumbre y la falta de coherencia en sus políticas no solo afectan la estabilidad del gobierno, sino que también socavan la credibilidad de la clase política en general. (www.REALPOLITIK.com.ar)


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