Municipales
Ruptura política
Tras el divorcio con Lucas Ghi, el sabbatellismo apuesta al desgaste para retener Morón
La ruptura entre Martín Sabbatella y Lucas Ghi desata tensiones en Morón, donde el sabbatellismo busca desgastar al intendente para presionar su desvinculación frente a la pérdida de apoyo electoral.
La ruptura política entre Martín Sabbatella y el intendente de Morón, Lucas Ghi, marca un nuevo capítulo en la interna local, generando tensiones que trascienden lo personal. En este contexto, el entorno sabbatellista parece apostar por una estrategia de desgaste para retomar el control del distrito a través de Diego Spina, actual secretario de Gobierno de Morón y eventual sucesor por haber sido primer candidato a concejal de la lista oficialista.
La estrategia responde a la compleja posibilidad de volver a imponerse en elecciones abiertas. Fuentes cercanas al espacio advierten que Sabbatella busca capitalizar los costos políticos que pueda sufrir Ghi en los próximos meses, aislándolo gradualmente y fortaleciendo la figura de Spina como el “heredero natural” del proyecto.
Un divorcio anunciado
La separación entre Sabbatella y Ghi fue oficializada por Mónica Macha, diputada nacional y esposa del líder de Nuevo Encuentro, a través de una carta que calificó la actitud del intendente como un acto de “deslealtad” hacia el espacio que lo formó políticamente. Sin embargo, más allá de los reproches emocionales, esta fractura responde a diferencias sobre el rumbo de la gestión y el control político del municipio.
En los últimos meses, Ghi tomó distancia del sabbatellismo, buscando consolidar su liderazgo propio. Desde NE interpretaron esta movida como una traición a la estructura que, según destacan, fue fundamental para las cuatro elecciones que llevaron al dirigente a la intendencia.
Lo que vendrá
Con esta ruptura, la continuidad del sabbatellismo al frente de Morón parece depender de una maniobra que busca eludir el desgaste electoral que enfrentaría un candidato más cercano a Sabbatella. Para el sabbatellismo, esta es una jugada de alta apuesta. Mientras Ghi aún no se pronuncia públicamente sobre el conflicto, su gestión enfrenta el desafío de mantener la gobernabilidad en medio de estas tensiones internas.
La fractura local no solo pone en jaque el liderazgo en Morón, sino que también evidencia las dificultades de un espacio político para reinventarse en un escenario cada vez más competitivo. Resta por ver si el divorcio político entre Sabbatella y Ghi logra reencauzarse o termina siendo el final de un ciclo. (www.REALPOLITIK.com.ar)
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