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9 de diciembre de 2024 | Nacionales

La política económica de Milei

¿Tierra arrasada detrás de la primavera financiera?

Detrás de los anuncios y de los fuegos de artificio que lanza el gobierno referidos al éxito de su política financiera se esconde un lado oscuro: el consumo se cae a pedazo y el salario mínimo está en niveles inferiores a los de 2001.

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por:
Alberto Lettieri

En el mes de octubre, la caída del consumo interanual fue del 20 por ciento, según la consultora Scentia, y las expectativas no son optimistas: las principales empresas del sector recién esperan alcanzar el nivel de ventas de los años 2022 y 2023 "recién dentro de dos o tres años", en caso de continuarse con los lineamientos del programa actual.

La caída del consumo ha sido calificada como “dramática” por los empresarios del sector. Entre los productos más afectados se encuentran los denominados como “impulsivos”, que se desplomaron un 29,1 por ciento. Los siguieron “higiene y cosmética”, con un saldo negativo del 25,8; bebidas con alcohol 22,3: bebidas sin alcohol 17,1: desayunos y meriendas 19,3: limpieza de ropa y hogar 18,2: perecederos 17,2: y alimentación 17,1.

Para los empresarios resulta indispensable la recuperación del poder adquisitivo del salario, que desde la llegada de Javier Milei al gobierno viene retrocediendo sin cesar, más allá de los anuncios oficiales sobre su pretendida recuperación en dólares. Desde fines de 2023 hasta octubre de 2024, el salario mínimo, vital y móvil cayó un 28,4 por ciento en términos reales. Si se lo compara con el de 2015, a la finalización del gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, la pérdida se incrementa al 50 por ciento, según datos del Centro de Investigación y Formación de la República Argentina (CIFRA), que en su último informe constata que "el retroceso histórico es tan grande que el valor real del salario mínimo ya es inferior al vigente durante la mayor parte de la década de 1990 y en la crisis final del régimen de convertibilidad, cuando esa política se había abandonado como herramienta para determinar pisos salariales e impulsar una menor desigualdad salarial". 

Saliendo del paraíso creado para financistas y especuladores, el contexto es crítico. Según CIFRA, la comparación del salario mínimo con los indicadores de pobreza y de indigencia es mucho peor, incluso, que las del caótico año 2001. "El salarió mínimo en octubre sólo alcanza para adquirir el 54,3 por ciento de la canasta básica de alimentos que define la línea de indigencia para una familia tipo y poco más de una cuarta parte de la canasta de pobreza". 

Claro está que la responsabilidad de esta declinación no puede adjudicarse enteramente al gobierno actual, aunque sí el abrupto colapso de esta variable. El poder adquisitivo de los salarios viene retrocediendo constantemente desde 2015. A punto tal que CIFRA sostiene: "Si no hubiese tenido lugar la pérdida de poder de compra del salario mínimo sucedida desde fines de 2015 a la fecha, en el pasado mes de octubre este salario hubiera sido superior a 590 mil pesos y hubiese representado más del 143 por ciento sobre la canasta básica alimentaria".

Con Milei la economía productiva ha experimentado una debacle tal que varios hipermercados han establecido descuentos del 25 por ciento sin tope de reintegro, a lo que se suman los implementados por diversos bancos. En los mayoristas la situación no es diferente, ya que se están publicando precios de remate de mercadería para recortar pérdidas y evitar el cumplimiento de las fechas de vencimiento de numerosos productos.

La situación se agrava aún más atendiendo a que el plan económico del gobierno apuesta a generar una significativa entrada de divisas a través de actividades como minería y combustibles, que no tienen impacto alguno en la generación de empleo. Podría darse así la paradoja de unas finanzas estales incrementadas sustancialmente y un PBI en crecimiento constante, acompañado de una caída del empleo sistemática y una disminución permanente de los niveles de ingresos de la mayoría de los argentinos, confirmando la “latinoamericanización” o “africanización” de la economía argentina.  El gran sueño dorado de buena parte del empresariado más concentrado, pero cuyo impacto en la estructura y la paz social resulta imprevisible. (www.REALPOLITIK.com.ar)


ETIQUETAS DE ESTA NOTA

Alberto Lettieri, Javier Milei, Scentia

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