
Interior
La reciente votación del senador nacional de la UCR, Maximiliano Abad, para dar protección y blindaje a un excolega atrapado “in fraganti” en Paraguay con 200 mil dólares en un caso de contrabando y de dudoso origen, colocó al aún titular del comité provincia en durísimas circunstancias de presentación ante sus correligionarios bonaerenses.
La situación sitúa a Maximiliano Abad en una suerte de equiparación con el jefe del bloque radical de la Cámara de Diputados de la Nación, Rodrigo De Loredo, para ver quién fortalece más el vínculo con la Casa Rosada para agregar el vagón radical a una eventual alianza con La Libertad Avanza y con aquello que despectivamente describen algunos radicales como “los despojos del Pro”.
El legislador cordobés, claro está, hizo muy bien los deberes en cuanto a mostrar empatía con los sectores libertarios en sus distintas incursiones mediáticas, tolerando que se le pregunte y repregunte sobre cómo aceptó, siendo radical, un virtual congelamiento de haberes a los jubilados y que él sólo conteste que son efectos colaterales de un plan para que no vuelva el kirchnerismo y su inflación.
De Loredo tuvo muy buenas perfomances y, con excepción de alguna votación en defensa del presupuesto universitario, fue por demás complaciente con gran parte del DNU 7023 y la famosa ley Bases.
Quien viene presentando muy buenas credenciales para competir con De Loredo con un perfil “Pro Libertario” es Maximiliano Abad, sobre todo a partir de su última participación en el debate para resolver la expulsión del senador por Entre Ríos, Edgardo Kueider, el hombre de los 200 mil dólares sin declarar y sobre cuyo origen dicen que hay que preguntar en cercanías de la Casa Rosada.
En esa sesión Abad votó junto con cuatro senadores del Pro para defender a Kueider de la expulsión, aún en la condición de “flagrancia” del delito que se le imputó, esto es ser descubierto con una valija con una fuerte cantidad de billetes norteamericanos sin declarar.
Justamente, es la “flagrancia” la que habilita a votar en favor de una expulsión por inhabilidad moral, dado que las sospechas también se ciernen sobre el origen de los fondos que no tendría relación con el pago de la dieta legislativa.
Abad fundamentó su votación en una postura por demás garantista al señalar que tenía dudas sobre la configuración delictiva que diezmó la imagen de Kueider y que había que esperar la sustanciación de otras acciones, como la causa penal que se abrió en el juzgado federal de San Isidro a cargo de Sandra Arroyo Salgado.
Sin embargo, desde distintos sectores radicales que no comulgan para nada con su óptica, le remarcaron la “flagrancia”, algo que, en buen romance, significa “agarrar con las manos en la masa” a alguien, por ejemplo, con una suma de dinero que está muy por encima del promedio que podría disponer la mayoría de los mortales.
Uno de los dirigentes bonaerenses que estuvo muy activo en redes y medios para descargar munición gruesa contra Abad fue el exdiputado nacional, Federico Storani, quien resaltó, en su rosario de críticas que “fue realmente penosa y para la antología del llanto la votación realizada por el senador por la Unión Cívica Radical bonaerense y aún titular del comité provincia, Maximiliano Abad, quien apoyó la permanencia de Kueider en sus funciones" y que esto supone su inclinación hacia “una relación carnal con La Libertad Avanza y con el Pro”.
La postura de Abad en el senado respecto de Kueider tampoco habría caído nada bien entre sus aliados de su más inmediato entorno en el radicalismo bonaerense, al menos en las segundas líneas y en la militancia de sectores tales como quienes siguen a Daniel Salvador, Gustavo Posse y el exdiputado nacional Carlos Fernández.
Estos últimos sustentaron la campaña del ex intendente de Trenque Lauquen, Miguel Fernández, para el Comité Provincia, en una elección que aún sigue pendiente en segunda instancia tras un fallo favorable del juez federal Alejo Ramos Padilla.
En las próximas semanas se podrá determinar aún más la dimensión de esta actitud de Abad en el recinto de la cámara alta y en qué medida esto afectó sus relaciones con sus correligionarios en un comité provincia que dejará de conducir a la brevedad. (www.REALPOLITIK.com.ar)
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