
Interior
El clan D’Onofrio - Pombo, encabezado por el ministro de Transporte bonaerense Jorge D’Onofrio, concentra cargos jerárquicos y contratos estatales para numerosos familiares y allegados, evidenciando un entramado de nepotismo y beneficios exclusivos que se entremezclan con la trama judicial por lavado de dinero y empresas offshore.
Armar un curriculum o aprender una profesión son desafíos que, tarde o temprano, todas las personas deben atravesar en su vida. O casi todos. Podría afirmarse que el clan D’Onofrio - Pombo y sus respectivos familiares son casi una excepción a la regla, ya que la inmensa mayoría de sus miembros no ha trabajado nunca en la actividad privada y depende exclusivamente del estado.
Jorge Alberto D’Onofrio es desde el 2022 ministro de Transporte de la provincia de Buenos Aires y cuenta con un curriculum previo interesante: fue funcionario en la secretaria de Deportes de la provincia de Buenos Aires, ocho años senador y cuatro años diputado provincial.
Pero lo curioso es que toda su familia se benefició con su carrera política: su mujer María Adriana Ortiz actualmente es secretaria de una fiscalía en Pilar, su hija Agustina D’Onofrio es secretaria de un juzgado penal y su otra hija Delfina D’Onofrio es empleada de la municipalidad de Pilar (aunque, nobleza obliga, no son pocos los que aseguran que nunca la vieron por la sede comunal).
A esto habría que sumarle que su hermano, Eduardo D’Onofrio, es secretario de Hábitat de la municipalidad de Pilar, y su yerno, Gabriel Ganem, secretario del juzgado administrativo de Faltas de San Isidro. Este último caso es paradigmático, ya que el afortunado fue casualmente nombrado por su suegro y depende directamente del ministerio que conduce.
No por casualidad, Claudia Pombo, a la que se vincula sentimentalmente con Jorge D’Onofrio, también siguió sus pasos. Hasta la semana pasada Claudia era presidenta del Concejo Deliberante de Pilar, pero fue sustituida debido a las denuncias por el entramado de las fotomultas y la licitación a dedo del sistema de Verificación Técnica Vehicular (VTV). Sin embargo, Claudia es concejal hasta 2027 y, por otro lado, comparte banca legislativa con su hermana Roxana Pombo (quien también es concejal desde 2019).
Pero Claudia tiene una familia numerosa, constituida por cinco hermanos, dos mujeres y tres varones.
Roxana, además de concejal de Pilar, es también directora de Estrategias Portuarias y Aeroportuarias en el ministerio de Transporte que conduce Jorge D’Onofrio. En su nucleo íntimo ironizan sobre esta situación, ya que la funcionaria de Axel Kicillof sufriría aerofobia y no puede subir a aviones sin consecuencias.
Florencia Cardozo Basail (media hermana de Claudia) también fue beneficiada por la empleomanía familiar: es empleada en la municipalidad de Pilar y cobra un sueldo extra a través de un convenio de ACARA con la Agencia de Seguridad Vial y el ministerio de Transporte de la provincia de Buenos Aires. Anteriormente fue asesora en el Senado provincial (cuando D’Onofrio oficiaba de legislador bonaerense).
Por su parte, Marcelo Suárez Basail (otro medio hermano de Claudia Pombo), también posee un contrato en la Cámara de Senadores de la provincia de Buenos Aires y tiene la suerte de ser beneficiario de otro jugoso contrato paralelo devenido del convenio entre la Agencia de Seguridad Vial y el ministerio de Transporte. Su esposa, Valeria Baro, es la secretaria privada de Claudia Pombo y, para no ser menos, también percibe dos contratos: uno en el Senado provincial y otro en ACARA.
Pero la historia de Claudia no termina ahí. Su yerno Facundo Asensio es director del Ente Regulador de la VTV. La generosidad familiar llevó a que Asencio le conceda cedula verde de sus vehículos a Jorge D’Onofrio y Claudia Pombo.
El más pequeño de los hermanos Pombo, Matías Cardozo Basail, también siguió la misma escuela familiar: es empleado del ministerio que conduce D’Onofrio.
Finalmente, Manuel Parral, el secretario privado del ministro Jorge D’Onofrio, no quiso quedarse atrás en la historia: es monotributista categoría D, figura como empleado en la Cámara de Senadores bonaerense y tiene un contrato de sobresueldo gracias al convenio con la Agencia Nacional de Seguridad Vial. Para cerrar la historia, su hija Catalina Parral también tiene un contrato en el convenio con ACARA - Agencia de Seguridad Vial.
Porque para el clan D’Onofrio – Pombo lo primero es la familia. (www.REALPOLITIK.com.ar)
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