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17 de diciembre de 2024 | Cultura

Música

La vuelta de Los Piojos a La Plata

Los Piojos volvieron después de 15 años. Todo fue una locura y las dos horas y media de show dieron el puntapié inicial a lo que serán los 7 conciertos programados entre diciembre y enero.

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por:
Matías Bonadeo

Los Piojos volvieron después de 15 años. Todo fue una locura y las dos horas y media de show dieron el puntapié inicial a lo que serán los 7 conciertos programados entre diciembre y enero.

Unas pantallas increíbles demostraron que la banda estaba preparada para usar la tecnología del 2024, además de poder expresar con imágenes de ellos, dibujos de los Piojos y viejas imágenes.

Tocaron mucho de lo más viejo y poco de lo último. El arranque con “Te Diría” y un Andrés Ciro con un saco bordó con el 87 atrás y una remera de “Ay Ay Ay” hizo estallar el estadio de emoción. Las 60 mil almas, en un ritual sin calma, empezaron a saltar y cantar.

Cuando terminó el tema, sentimos que ya no era un sueño, era una realidad: la banda de nuestras vidas estaba de vuelta. “¿Esto está pasando?” decía Ciro. Y sí, está pasando y seguirá pasando. “Desde lejos no se ve”, “Babilonia”, “Ay Ay Ay”, “Todo pasa”, “Buenos tiempos” y “Llevátelo” fueron las primeras canciones para la vuelta.

“20 años no es nada, 15 mucho menos”, nos contaba el cantante, quien se lo vio tranquilo, no tan expresivo. La banda sonó increíble y las pantallas se llevaron el premio mayor. Primero arrancó tocando Daniel Buira con sus canciones de la etapa 1992 al 1999, luego siguió Sebastián Cardero para también hacer sus temas de la etapa 2000 al 2009 y luego a dos baterías hasta el final del show.

Para "Marado", Ciro se calzó la casaca del Diego del 94 y las pantallas con las imágenes del astro hicieron el resto.

Piti Fernández, guitarrista fundador, con campera de cuero, pudo interpretar “Reggae Rojo y Negro” y se sintió fuerte el homenaje a Tavo en “Sudestada” con toda la banda cantando juntos y el guitarrista apareciendo en las pantallas cantando como si estuviera más vivo que nunca.

Todo operado por Osky Sofio y Esteban Freier bajo la mirada productora de 300 producciones. El despliegue de Juan Manuel Ábalos en guitarra, tanto como la incorporación de Luciana Valdés, más conocida como Luli Bass, en el bajo para suplir la ausencia del histórico Miguel Ángel Micky Rodríguez.

“Los Piojos son mi vida, vengo de Córdoba y hoy puedo traer a mis hijos. Ojalá que arranquen con ‘Te Diría’ porque me muero”, nos contaba un hombre con su hijo a caballito, con remera piojosa amarilla de “Tercer arco”. Para “Fantasma”, Ciro salió encapuchado y bajó del escenario para saludar a todos los que estaban contra la valla.


“Ruleta” iluminó de color verde todo, haciendo referencia al disco “Verde paisaje del infierno”, y la gente no paró de cantar para darle paso a "Vine hasta aquí" y "Luz de Marfil" también del mismo disco y en esta última canción estalló el estadio porque el pogo del estribillo es algo de otro planeta.


Luego siguió "Pacífico" para emocionar a todos.


"Vine con mi hijo Mateo, le conté tanto de la banda de mi vida que ni bien salió la fecha mi niño me pidió que compre más de dos fechas", nos contaba una madre super emocionada, toda vestida con los dibujos de Los Piojos.


Un video emotivo nos llegó al alma a todos apareciendo imágenes de Tavo y los demás que recorrían el camino construido con el correr de los años. “Si no existe la memoria todo lo nuestro es suicida”, decía un grafiti en la pantalla y terminaba la filmación.


Arriba del escenario, tanto en palabras como en imágenes en las pantallas, contraposición, la figura de Gustavo “Tavo” Kupinski, el guitarrista fallecido en el año 2011, atravesó todo el recital.

Llegó la mención obligada a Diego con “Marado”, en el estadio que lleva su nombre y está repleto de imágenes y referencias al 10. Mientras pasaban goles y goles del Diego, Ciro se calzó la camiseta de la selección del año 94.


Como la historia es circular y siempre se repite, al igual que en el Monumental en el 2009, en La Plata estuvo como invitado Alejandro Dell’Osa, un seguidor del grupo que en aquel momento había leído una carta despedida sobre el escenario. En este caso, Alejandro volvió a ponerse en contacto con el grupo y leyó, en su ritual número 101, un escrito de reencuentro. “Hoy nos llega un llamado de antaño que nos invita a reencontrarnos con lo que fuimos”.

Luego llegó “Verano del 92”, y los encargados de las percusiones fueron todos los hijos del grupo en una versión muy linda que, luego de terminado el tema, Ciro les pidió a cada uno que explicaran de quién eran hijos.


Fue un show como los de antes, por ejemplo, cuando llegó el turno de "Como Ali", el hit del año 2003 del álbum "Máquina de Sangre". Volvieron a ponerse sus batas verdes de box que acompañaron la gira 2004 y podíamos apreciar las pantallas con imágenes del boxeador como un jueguito en 8 bits.

"Este es el último tema de la noche", decía Ciro luego de cantar 21 canciones ya y fue el turno de "No Pares" y "Fumigator", donde el escenario se llenó de cucarachas humanas que corrían y bailaban con Ciro por todo el escenario.


"Muévelo" hizo lo mismo, pero en este caso, el cantante eligió a chicos y chicas para que suban a bailar con toda la banda. Un parate de unos minutos y Ciro volvió con el último tema, el ya acostumbrado "El farolito", para hacer estallar al estadio de emoción. Quedaban pocos temas, pero era el turno de "Finale" para emocionarse y escuchar la lectura de banderas de siempre, donde la gente conservó su trapo que dice de dónde es. Después de 15 años, la lectura fue infinita.
Y la banda se despidió con "Cruel" y el himno nacional argentino.


Restan 6 shows más en La Plata, Cosquín Rock y Quilmes Rock. No sabemos qué pasará después, si seguirán, si habrá disco nuevo, pero la emoción de volver a vivir lo que vivíamos de chicos y que los padres tanto del público como de los músicos puedan compartir lo que siempre le mostraron y le contaron a sus hijos es algo alucinante. (www.REALPOLITIK.com.ar)


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