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Desde 2023, las denuncias contra Aguas Bonaerenses SA se han intensificado, debido a la pésima calidad de su servicio. De acuerdo a las quejas de los vecinos y el diagnóstico de especialistas, el agua no es potable y está contaminada.
Ya en julio del año pasado, vecinos de Tolosa reportaron que el agua tenía un exceso alarmante de cloro, lo que imposibilitaba su uso y consumo. Eduardo Hache, de la asamblea vecinal de Tolosa, denunció que el agua tenía tanto cloro que decoloraba y agujereaba las prendas al lavarlas.
Para febrero del 2024, los vecinos de Villa Elvira denunciaron que el agua que salía de las canillas estaba contaminada con combustible, eso generó la clausura inmediata de la estación de servicio de 7 y 85. Tras el cierre, aunque temporal, de la estación de servicio, se abrió una investigación penal que pocos avances tendría. Incluso, los empleados desestimaron el cierre de la misma.
"Nunca estuvimos clausurados. Vino la policía, nos pidieron documentación y nada más. No se hizo ninguna toma de muestras ni nada. Nos hicieron quedar como unos asesinos", había dicho un trabajador la estación señalada. Pero, del otro lado, los vecinos aseguran que el agua sale con olor y sabor a combustible, generando ardor de ojos, diarrea, dolor abdominal y sarpullido en la piel.
Sobre este caso, las autoridades de Aguas Bonaerenses SA (ABSA), que dirige Hugo Antonio Jorge Obed, dijeron que "los análisis indicaron que esas muestras no contenían partículas de hidrocarburos", ignorando así las declaraciones y preocupaciones de los vecinos de Villa Elvira. Pero, apenas un mes después, los vecinos de Gonnet, denunciaron que los tanques ubicados en 15 y 510 y en 18 y 510, están repletos de bacterias que hacen que el agua no sea apta para consumo humano.
Nuevamente, ABSA desestimó las denuncias de los vecinos; pero, en esta oportunidad, sus preocupaciones se confirmaron tras un análisis meticuloso por parte de la Mesa Vecinal del Agua. "Solicitamos a la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) que analice las muestras y se encontraron con bacterias califormes en dos tanques", afirmó Hache, integrante de la Mesa.
Además, otro miembro de dicha organización indicó que el problema no son únicamente las baterías, sino también el "grado de dureza que tiene el agua" que, de acuerdo a las muestras, "supera ampliamente los valores permitidos". Pero, lamentablemente para los vecinos de La Plata, este no sería el último inconveniente que tendrían con el agua.
En septiembre de 2024, amplios sectores de La Plata sufrieron cortes en el suministro de agua. ABSA atribuyó la situación a cortes de electricidad que afectaron las perforaciones en diversas ubicaciones, provocando una disminución en la producción y distribución de agua. Es decir que, nuevamente, se excusaron y no solucionaron el problema de raíz.
También, hace apenas unas semanas, nuevamente los vecinos de Elvira denunciaron que ABSA les cortó el suministro de agua por quince días. Los afectados afirmaron que, lejos de ser situaciones aisladas, "todos los años hacen lo mismo cuando llega el verano", pero que en esta oportunidad la cantidad de días sin agua superó aquellos malos recuerdos.
Pero, el conflicto con ABSA y la irresponsabilidad e incompetencia que esta firma demostró que no tiene tope. En las últimas horas, una vecina de la zona 62, entre 28 y 29, se comunicó con REALPOLITIK para denunciar el pésimo estado en el que sale el agua de las canillas.
Pese a que debería poder usarse para cocinar, beber, bañarse y lavar prendas, esa agua "no es potable", de acuerdo a lo que mencionó esta denunciante afectada. A pesar de su deficitario servicio, ABSA aumentó sus tarifas y obliga, de manera coercitiva, a abonar intereses si los usuarios se atrasan en sus pagos; sin tener en apreciación tampoco el minúsculo detalle de los cortes recurrentes del suministro.
Ítem que también fue detallado por la denunciante que afirma estar quejándose del mal servicio desde el 2011, habiendo pasado por varios cortes de agua por semanas, en estos años. "Si no tengo servicio, no tengo obligación de pago; eso dice la ley", aseguró tras contar cómo la presionan desde ABSA para que abone una deuda pese a no haber gozado del suministro.
"Ahora el agua que te dan es esto, no se puede tomar eso", se lamentó haciendo llegar imágenes del agua turbia y poco confiable para el consumo humano a este medio. "¿Cómo hago? Yo soy jubilada, gano la mínima, 240 mil pesos. ¿Te parece que yo puedo ir a comprar bidones?", preguntó de manera retórica y aseveró: Además de eso "tengo que pagar el agua que de 9 mil se fue a 16 mil. A mí no me aumentaron la jubilación en ese porcentaje. ¡Ojalá!". (www.REALPOLITIK.com.ar)
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