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Noche de conmemoración
Marciello toca Almafuerte: Hice mío tu nombre
En un show de tres horas y 40 canciones ante un Malvinas Argentinas repleto, el guitarrista refrendó la obra de la leyenda que creó con Ricardo Iorio hace exactamente treinta años y nunca se llegó a desarmar de manera oficial.
Inmediatamente después de disolver Hermética, Ricardo Iorio se lanzó en diciembre de 1994 a generar un nuevo proyecto con el claro propósito de liderarlo. De ahí la decisión de hacerse cargo no solo del bajo, las letras y muchas de las músicas, sino también de la voz. Pero el destino quiso que en el camino apareciera Claudio Marciello, virtuoso guitarrista de San Justo que ya venía pidiendo pista. Y Almafuerte terminaría siendo un proyecto de a dos que duró veinte años, dejó ocho discos de estudio y desandó una historia inconclusa, sin final: el grupo nunca se desactivó oficialmente, solo hubo una pausa prolongada, pero con distintos acercamientos entre las partes.
En pleno auge de Almafuerte, cuando la banda ya estaba consolidada y podía llenar Obras o cualquier reducto del país, el Tano Marciello comenzó a experimentar su formato solista. Almafuerte terminó en 2001 su contrato con la multinacional Universal y entonces creó Dejesú Records, su propio sello, cuyo primeros lanzamientos fueron un disco en vivo en Obras y "De pie", ópera prima de Marciello grabada básicamente con la base rítmica de Almafuerte (Bin Valencia) y el aporte de Iorio en "Libre de temor".
En lo sucesivo, y a medida que el ritmo de shows por año del grupo iba cesando conforme avanzaba el nuevo milenio, Marciello le fue dando más músculo a su experiencia solista con otros discos ("Identificado" de 2010, "Rock Directo" de 2013, "CTM" de 2017, "Crudamente" de 2019 y "Emergencia" de 2023) y cada vez más presentaciones, sobre todo cuando Almafuerte se desactivó. La muerte de Ricardo encontró al Tano con el deseo pendiente de volver a tocar juntos (la última vez lo hicieron en 2017, Marciello invitado de Iorio solista).
El proyecto CTM (las iniciales de Claudio Tano Marciello) ya acumula varios años, y de hecho está trabajando en canciones de lo que sería su disco de estudio número ocho, la misma cantidad que grabó con Almafuerte. Lo completa con el guitarrista Giuliano Noe, el bajista Leo Radaelli (que también aporte en voces) y la más añeja de las compañías que el Tano tiene en su curso solista: la baterista Melina Marciello. Su hija.
Las conmemoraciones que el guitarrista decidió hacerle en 2024 a la banda que formó fueron, en principio, un hecho de justicia: nadie más autorizado que él para refrendar ese repertorio sagrado de miles de personas. El sábado pasado, 28 de diciembre, se agotaron las localidades para la función cumbre del Microestadio Malvinas Argentinas de La Paternal. Fue una fecha organizada con sorpresa: el Tano inicialmente quiso hacerlo una noche de octubre en el Teatro Flores, luego debió agregar otra, y así entendió que esto que él estaba proponiendo era mucho más que un concierto.
Lo que pasó en el Malvinas fue, esencialmente, un exorcismo popular (a pesar de que Ricardo canta en "Desde el más allá" que "no hay exorcismo que cure mi mail"). Un homenaje a Iorio-Marciello, yunta que a muchos emocionó de la misma forma que a otros Solari-Beilinson o Lennon-McCartney, por citar algunas. Solo que, quizás por modestia, el Tano no prefiera denominarlo de tal manera: entiende que la idea de auto-homenaje puede sonar arrogante. Entonces habla de conmemoración.
"CTM conmemora a Almafuerte". Así aclara Marciello. No es Almafuerte porque, simplemente, ya nada puede serlo. Pero, al mismo tiempo, es lo más cerca que podremos estar en este momento de ese relicario. Así, el Tano se jugó en Malvinas a todo o nada: la lista de canciones, que en los dos Flores fueron de 31, ahora subieron a 40. Un total de tres horas de show que pasaron por todos los lugares posibles. "Ocho discos de estudio, cinco en vivo, tres DVD: fue fácil elegir canciones, pero difícil decidir cuales dejar afuera. Hicimos lo que pudimos, espero que les guste", dijo, cerca del final.
El repertorio abarcó todos los discos y todas las etapas de Almafuerte. Que fue, también, una manera de entender la musicalidad que Marciello le fue aportando a la identidad del grupo. Desde los arrestos más thrasheros del principio ("El pibe tigre", "Niño jefe") hasta sus instrumentales ("Ceibo", "Motivo ciudadano", "Caballo negro"), pasando por hitos del cancionero popular argentino como "Se vos", "Toro y pampa" o "A vos amigo".
Los únicos invitados fueron Beto Ceriotti, bajista de Almafuerte y también de El Reloj al mismo tiempo que el Tano, y David Valencia, hijo de Bin, el último y más duradero baterista del último grupo de Ricardo Iorio. Con esa base rítmica, Leo Radaelli pasó a una tercera guitarra, mientras que Melina Marciello fue a las voces. E hicieron "Debes saberlo" y "Patria al hombro", los temas iniciales de los dos primeros discos sin Ricardo en el bajo ("Ultimando" y "Toro y pampa").
La lista de temas ocupó cuatro hojas. A medida que éstas se iban completando, Marciello arrancaba ese pedazo del papel que tenía pegado en el piso del escenario y se lo regalaba al público. Al término del primero de esos cuartos, el Tano contó algo que ya dijo otras veces pero lo mismo sigue calando: la historia de "Zamba de resurrección", la primera canción que hicieron juntos para Almafuerte, grabada en el disco debut "Mundo guanaco".
Otros momentos de gran intensidad fueron aquellos en los que aparecieron voz y rostro de Iorio. El primero, acompañando el bello y crudo "Mi credo", de "Trillando la fina", desde los parlantes y las pantallas. El segundo, recitando "Piu Avanti", poema de Pedro Bonifacio Palacios, como preludio de la canción "Almafuerte".
"Les estoy profundamente agradecidos. Porque yo se que se dan una idea, pero hay que estar acá arriba, adelante de todos ustedes, con esta responsabilidad, y poner las pelotas para decir: 'lo voy a hacer, loco'. ¿Saben por qué? Porque esto también les pertenece a ustedes", dijo el Tano, cerca del cierre. Aunque aclaró: "No llegamos al final. Llegamos, por fin, al reencuentro tan ansiado de hace tanto tiempo. Esa es la verdad. Yo creo que todo se termina cuando me vaya de acá". ¿Habrá, entonces, más?
Como último bis, "Sirva otra vuelta pulpero", cuando la medianoche ya abría paso al domingo 29 de diciembre de 2024. En esa misma fecha, pero de 1994 —exactamente treinta años atrás— Ricardo llamaba al Tano: Hermética se acababa de disolver y quería hacer algo con él. El resto fue historia. (www.REALPOLITIK.com.ar)
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