Municipales
Elecciones 2025
¿Karina Milei senadora?
La política siempre tiene sus imponderables y no deja un momento de respiro. Tanto para el gobierno nacional, como para la oposición, las elecciones de este año resultan determinantes, tanto para definir la gobernanza en el tramo final de Javier Milei, como para profundizar la política económica que pretende imponerle a la sociedad argentina.
Para el gobierno nacional no hay lugar para medias tintas: debe imponerse en las elecciones nacionales para dejar al Pro reducido a escombros, y también para acallar las quejas y planteos del cristinismo, que surgirían naturalmente en caso de un resultado adverso. Pero, en perspectiva, las elecciones de 2025 son el prefacio para las generales de 2027.
Diversas cuestiones a las que el gobierno debe dar respuesta han puesto a Karina Milei en situación expectante frente a la próxima competencia electoral. Por un lado, La Libertad Avanza no tiene candidatos de fuste y el apellido Milei encabezando la lista de senadores sería una clarísima señal a la sociedad, además de que silenciaría cualquier queja o malestar interno, y hasta podría aglutinar a sectores de la oposición colaboracionista. Sabido es que “El Jefe” aspira a ser jefe de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires en 2027, por lo que una victoria en las elecciones porteñas de medio término resultaría determinante para sus pretensiones.
Por otro lado, la intensificación del conflicto entre el gobierno y la vicepresidenta, Victoria Villarruel, tendría un vuelco fundamental si Karina consigue sumarse a la Cámara Alta y convertirse en presidenta provisional del Senado, desempeñando un papel similar al de Eduardo Menem en tiempos del gobierno de su hermano. ¿Soportaría Victoria Villarruel la presión a la que estaría sometida o se vería forzada a renunciar? Un dilema que resulta fundamental para el esquema interno de poder del gobierno actual.
Como contrapartida a la candidatura de Karina Milei se plantea que un eventual desembarco de “El Jefe” en el Senado afectaría tanto el funcionamiento del “triángulo de hierro” que integra junto a su hermano Javier Milei y Santiago Caputo, y que, además, impediría que siga desempeñando sus tareas de cuidado espiritual y emocional de su hermano, algo que no resulta un dato menor habida cuenta de la volubilidad de la personalidad del presidente.
Más allá de estas objeciones, el destino –al que los seres humanos no pueden escapar, aunque sí interactuar con él, según enseñó Nicolás Maquiavelo- parece haber colocado a Karina en una disyuntiva de hierro. Hace sólo algunos días Javier Milei deslizó que no creía que su hermana fuera candidata, pero sólo hay dos actores apellidados Milei y que resultan indispensables para potenciar las posibilidades electorales del gobierno. Si los candidatos, en cambio, fueran Manuel Adorni o Daniel Scioli, las posibilidades electorales de LLA disminuirían sustancialmente, y hasta podrían poner en riesgo las condiciones de ejercicio de la segunda mitad del mandato de Javier Milei. Esto lo entendió perfectamente Patricia Bullrich, quien no quiere saber nada de una eventual candidatura como cabeza de lista, ya que sólo le promete el riesgo innecesario de una derrota con el agravante de que debería abandonar de antemano su cómoda posición en el ministerio de Seguridad.
Es verano, pero la convulsiva lógica de la política no se toma vacaciones. (www.REALPOLITIK.com.ar)
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