
Legislativas
El radicalismo nacional, o parte de su estructura, va reordenando las piezas en el tablero y muchos de sus dirigentes van comprendiendo que el apoyo incondicional a las políticas libertarias de Javier Milei puede generar una primavera pasajera y, a la vez, transformarse en arma de doble filo o, lo que es peor, un peligroso pantano.
Para muestras de lo que sucede basta un ejemplo. Vale resaltar el de la política mendocina que se encuentra en un momento crucial, marcado por la interacción entre diversas fuerzas y personalidades que han comenzado a definir el horizonte electoral de 2025.
En Mendoza, Alfredo Cornejo, actual gobernador -en su segundo período- y referente del radicalismo, viene revisando, como puede, su estrategia en relación con la emergente figura de Javier Milei y su gobierno. Aunque Cornejo ha afirmado que no tiene previsto establecer un frente con los libertarios, su negativa a descartarlo por completo sugiere que está midiendo cuidadosamente las dinámicas cambiantes del electorado.
En los últimos meses, Cornejo no solo ha respaldado las iniciativas legislativas que promueve el presidente Milei, sino que también ha buscado construir una imagen de cooperación en consonancia con el consorcio de los gobernadores radicales. Este alineamiento se ha visto interpretado como un intento de reforzar su posición en un momento de incertidumbre, donde el radicalismo enfrenta el desafío de dividirse por una crisis interna que no se resuelve aún, o diversificarse ante el impacto de nuevas fuerzas políticas que están reconfigurando el mapa político en Argentina, especialmente en la provincia de Mendoza.
Sin embargo, la situación presenta múltiples aristas. Acá es donde ingresa el mendocino Luis Petri, actual ministro de Defensa, quien emergió como un rival dentro de la misma estructura radical. Petri, alentado desde la Casa Rosada, ha comenzado a trazar su propio camino político. En las PASO de 2023, su desempeño fue deficiente, al no lograr el apoyo necesario de sus correligionarios. Sin embargo, su decisión de aliarse con Patricia Bullrich y los libertarios ha sido un movimiento estratégico importante que le permite captar un sector del electorado que se siente atraído por la propuesta de estos nuevos espacios políticos. Patricia hizo una apuesta por Petri para que sea su compañero de fórmula y parece que sigue apostando por él para que en Mendoza esté plasmado el original plan libertario y no una fotocopia.
La colaboración entre Bullrich y Petri ha potenciado su visibilidad y parece haber revitalizado su imagen, permitiéndole ganar terreno dentro del electorado radical mendocino que buscaría nuevas alternativas.
Esta posible jugada libertaria, con Petri a la cabeza, ha puesto a Cornejo en una posición de alerta, porque la eventual postulación del ministro de Defensa como legislador en las elecciones del 2025 representa una amenaza directa a su dominio y a la forma en que el radicalismo está siendo percibido en Mendoza.
Al contemplar la posibilidad de su candidatura, Petri evidentemente apunta a posicionarse como una opción viable dentro de su partido, aprovechando la división o fragmentación que podría darse en el horizonte radical. Además, su alianza con sectores del Pro y con los libertarios lo sitúa en un espacio donde puede articular propuestas que resuenan con un electorado más amplio, que busca opciones antagónicas al peronismo kirchnerista.
Cornejo, consciente de la potencialidad de estas alianzas, se encuentra en una balanza delicada. Por un lado, su apoyo al gobierno de Milei podría traducirse en beneficios a corto plazo, como es una sustentable coparticipación; por otro, podría erigir barreras insalvables ante una posible fragmentación en la base electoral que el radicalismo ha sostenido a lo largo del tiempo. La desconfianza que siente hacia Petri se acentúa no solo por el alineamiento de éste con el Pro y los libertarios, sino también por la incertidumbre sobre su capacidad para unir fuerzas en un momento donde la polarización se intensifica. Es tal sentido, Cornejo es consciente de que debe dar su propia batalla personal para mantenerse como el hombre fuerte provincial, pero no le va a sobrar nada y tal vez recurra a sectores radicales con los cuales ni se saluda.
En consecuencia, el gobernador podría adoptar un enfoque más medido en sus próximos pasos, considerando que cualquier movimiento en falso podría resultar en un debilitamiento de su figura dentro de la Unión Cívica Radical y, por ende, en Mendoza. Esto lo lleva a mantener una estrategia de hacer algún distanciamiento electoral, a pesar de su cercanía al gobierno nacional, buscando fortalecer su autonomía en un contexto en el que la política se vuelve cada vez más fluida y cambiante.
El futuro de la política en Mendoza es incierto y, a medida que se acercan las elecciones, Cornejo y Petri se posicionan en una carrera que podría redefinir tanto sus trayectorias como el destino del radicalismo en la provincia. La habilidad de Cornejo para equilibrar su apoyo al gobierno de Milei con la necesidad de conservar su base electoral en el centenario partido será un factor decisivo para oxigenar su poder.
En resumen, para Cornejo, la interna con Petri se ha transformado en el desafío menos deseado, pero que era, a todas luces, previsible. (www.REALPOLITIK.com.ar)
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