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El acuerdo impulsado por el intendente Javier Murer busca evitar un desalojo forzado, pero enfrenta el rechazo de sectores libertarios que exigen la ejecución de la sentencia judicial.
Villa La Angostura enfrenta un debate decisivo sobre el futuro del camping en el lago Correntoso, ocupado desde 2011 por la comunidad mapuche Paichil Antriao. La propuesta del intendente Javier Murer, que plantea un acuerdo para regularizar la ocupación bajo condiciones estrictas, ha generado una fuerte resistencia, especialmente por parte de Juntos por la Libertad, quienes calificaron la iniciativa como un "acto de claudicación frente al Estado de derecho".
En abril de 2024, el Tribunal Superior de Justicia de Neuquén determinó que el municipio tiene la posesión del terreno, ordenando el desalojo de los ocupantes. Sin embargo, la comunidad mapuche interpuso una queja ante la Corte Suprema, lo que dejó el fallo sin firmeza. Mientras tanto, sectores libertarios insisten en que la sentencia debe ejecutarse sin dilaciones.
"El camping es un patrimonio colectivo, no un bien negociable", afirmaron desde Juntos por la Libertad, cuestionando el acuerdo como una concesión que socava el principio de igualdad ante la ley.
La propuesta contempla que la comunidad Paichil Antriao reconozca al municipio como propietario del predio y se comprometa a cumplir con regulaciones legales y ambientales. A cambio, se les permitiría gestionar actividades como turismo lacustre, artesanías y alquiler de kayaks, bajo capacitaciones específicas. Además, el convenio incluye una cláusula de extinción en caso de incumplimiento, habilitando incluso el uso de la fuerza pública.
Para la comunidad mapuche, el acuerdo es una oportunidad para alcanzar una solución política que evite la confrontación directa. “Es positivo que se priorice el diálogo en lugar de perpetuar los conflictos”, sostuvo Luis Virgilio Sánchez, abogado de los Paichil Antriao.
La propuesta ahora depende del Concejo Deliberante, donde la oposición liderada por Juntos por la Libertad promete frenar el acuerdo. “Se trata de un acto de rendición política que sienta un peligroso precedente para otros conflictos territoriales”, argumentaron desde el bloque opositor.
Por su parte, el intendente Murer defendió la iniciativa como una salida responsable para evitar tensiones sociales en la localidad. “Un desalojo podría escalar en un conflicto social innecesario. Este acuerdo ofrece una vía ordenada y beneficiosa para ambas partes”, subrayó.
Mientras el Concejo Deliberante prepara el debate, la comunidad de Villa La Angostura sigue dividida. La resolución de este conflicto no solo definirá el futuro del camping en el Correntoso, sino que también marcará un precedente en las relaciones entre las comunidades indígenas, los gobiernos locales y la justicia en Argentina. (www.REALPOLITIK.com.ar)
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