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Trabajadores del Organismo Provincial de la Niñez y Adolescencia (OPNyA) denuncian precarización laboral, salarios de pobreza y abandono por parte del ministro Andrés Larroque y los gremios, en un contexto de ajuste y resignación que agrava la crisis del organismo.
La crisis en el Organismo Provincial de la Niñez y Adolescencia (OPNYA) continúa profundizándose, con un panorama desolador para los asistentes de minoridad, quienes denuncian precarización laboral, salarios por debajo de la línea de pobreza y una creciente carga horaria que parece desconocer los límites del desgaste humano.
El malestar de los trabajadores está dirigido no solo hacia el ministro Andrés Larroque, máximo responsable del área, sino también hacia los gremios que, según afirman, han “entregado la dignidad de los trabajadores” al aceptar medidas que vulneran derechos adquiridos durante años.
Las descripciones de la situación en el OPNyA reflejan una mezcla de frustración y desesperanza. “Parecen no tener un punto de inflexión y han entregado derechos adquiridos por años. Ni la motosierra más ambiciosa de Javier Milei se hubiera animado a tanto”, señaló un trabajador, en referencia a los recortes y ajustes impuestos bajo la gestión actual.
Las críticas no solo apuntan al ajuste económico, sino también al ambiente de resignación que parece haberse instalado entre los trabajadores. “Es como una víctima de violencia doméstica que vuelve a creer en el discurso del golpeador”, comparan, en una metáfora que describe el sentimiento de vulnerabilidad y la falta de respuestas concretas por parte de las autoridades.
En este contexto, los asistentes de minoridad no solo enfrentan condiciones de trabajo cada vez más exigentes, sino que también deben lidiar con salarios que no alcanzan para cubrir las necesidades básicas. “Encima de cobrar por debajo de la línea de la pobreza, ahora quieren agregar más carga horaria con el aval de todos los gremios”, denuncian.
Lo más alarmante es la situación de aquellos trabajadores que, a pesar de todo, continúan pagando la cuota sindical. “Siguen financiando a sus propios verdugos”, lamentan.
Las críticas alcanzan también al gobernador Axel Kicillof, quien, según los trabajadores, actúa en connivencia con el ministro Larroque, aprovechándose de un contexto de absoluto control sobre el organismo y los gremios. “Cada cual se las rebusca como puede… en retirada y con una retaguardia totalmente desprovista”, señalan.
La situación del OPNyA refleja un estado de crisis que no solo afecta a los trabajadores, sino también a la calidad de los servicios destinados a niños y adolescentes en situación de vulnerabilidad. Mientras tanto, los empleados del organismo exigen respuestas, pero la gestión actual parece estar lejos de ofrecer soluciones. (www.REALPOLITIK.com.ar)
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