
Interior
La relación entre el presidente estadounidense Donald Trump y el mandatario colombiano Gustavo Petro atraviesa un nuevo capítulo de tensiones diplomáticas.
En medio de un conflicto por la deportación de ciudadanos, Gustavo Petro rechazó inicialmente recibir los aviones con colombianos provenientes de Estados Unidos, una postura que amplió el distanciamiento entre ambas administraciones.
En este contexto, Petro sorprendió con una polémica declaración en la que afirmó que no viajaba a Estados Unidos porque le resultaba “aburrido”. Las palabras, dirigidas al mandatario estadounidense, Donald Trump, generaron críticas y alimentaron las tensiones previas. Cabe señalar que Petro, junto con otros líderes latinoamericanos, fue una de las notorias ausencias en la ceremonia de inauguración del segundo mandato presidencial de Trump.
Sin embargo, la controversia escaló cuando un video, difundido en redes sociales, reveló al presidente colombiano en Nueva York, específicamente en la estación de transporte público de la calle 66 Lincoln Center, en plena Séptima Avenida, una de las zonas más exclusivas y caras de la ciudad. La presencia de Petro sonriente en Nueva York, pese a su declaración de desinterés en visitar Estados Unidos, ha sido interpretada como una contradicción y generó críticas hacia el progresismo que dice representar.
La situación pone de manifiesto un patrón recurrente de contradicciones en el discurso de algunos líderes políticos. Mientras Petro mantiene un discurso crítico hacia el gobierno de Trump y sus políticas migratorias, su presencia en una de las zonas más exclusivas de Nueva York despierta cuestionamientos sobre la coherencia entre sus palabras y acciones. (www.REALPOLITIK.com.ar)
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