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A pocos días de asumir, el intendente Marcelo Matzkin prometió reducir los cargos jerárquicos y beneficiar a los empleados de carrera. Durante el año que siguió, no sólo no desvinculó a nadie sino que además creó cargos que no existían. El financiamiento de la costosa estructura a través de mayores impuestos.
El intendente de Zárate, Marcelo Matzkin, asumió su cargo con una promesa clara: reducir los cargos jerárquicos en un 20 por ciento, optimizando los recursos municipales y brindando oportunidades a empleados de carrera. Sin embargo, la realidad ha demostrado que estas palabras quedaron en el olvido. No solo no hubo una reducción de cargos, sino que se crearon nuevos puestos jerárquicos, con sueldos superiores a los vigentes, y hasta se firmaron contratos para cargos inexistentes.
A modo de ejemplo, baste un botón. Casi inmediatamente después de asumir, Matzkin firmó el contrato que plasmaba la incorporación de Andrea Acosta como directora de Islas, con un jugoso salario acompañando al nombramiento. Sin embargo, un breve repaso por la estructura municipal deja una sorpresa al descubierto: no hay ninguna dirección de Islas.
A partir de enero de 2025, se han sumado nuevas categorías al organigrama municipal, incluyendo auxiliar de jefatura, administrativo S1, S2 y S3, así como diversas posiciones dentro del escalafón de operarios superiores. Estas incorporaciones no reemplazan cargos previos, sino que los amplían, elevando los costos salariales sin una justificación clara. Ante este panorama, surgen múltiples interrogantes: ¿Habrá una recategorización del personal municipal? ¿Se planea el ingreso de nuevos empleados? ¿Por qué estas decisiones se toman sin una comunicación clara a la ciudadanía?
La falta de transparencia en estas medidas genera dudas sobre la administración del presupuesto municipal. Mientras el intendente Matzkin proclamaba en diciembre de 2023 que los incrementos salariales debían favorecer a los empleados de menor rango y no a los funcionarios jerárquicos, los datos evidencian lo contrario: los mayores aumentos, que oscilaron entre el 29 y el 109 por ciento, beneficiaron a secretarios, subsecretarios y directores generales. En cambio, los empleados de menor jerarquía recibieron ajustes salariales significativamente menores.
Este esquema de aumentos desmedidos y la proliferación de cargos jerárquicos parecen responder a intereses políticos y sindicales más que a una mejora en la eficiencia administrativa. ¿Es esta una estrategia para apaciguar a los sindicatos mediante concesiones económicas? Si es así, ¿quién vela realmente por los derechos de los empleados municipales de menor rango? La inacción de los gremios podría interpretarse como una complicidad con una estructura que prioriza a la cúpula política en detrimento del resto de los trabajadores.
Además, los vecinos de Zárate son quienes, en última instancia, financian estas decisiones mediante el pago de tasas municipales cada vez más altas. Mientras tanto, los servicios municipales siguen presentando deficiencias, lo que genera un creciente malestar en la comunidad.
Frente a esta realidad, es imperativo que la municipalidad de Zárate brinde explicaciones claras sobre el manejo de los fondos públicos y que se garantice una gestión más equitativa y transparente. De lo contrario, la desconfianza ciudadana seguirá en aumento, alimentada por promesas incumplidas y decisiones que contradicen el discurso oficial. (www.REALPOLITIK.com.ar)
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