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El pasado 26 de enero de 2025, durante los festejos del Año Nuevo chino en la Plaza Parques Nacionales Argentinos en la Ciudad de Buenos Aires, un grupo de practicantes argentinos de Falun Dafa fue brutalmente agredido por ciudadanos chinos.
El pasado 26 de enero de 2025, durante los festejos del Año Nuevo chino en la Plaza Parques Nacionales Argentinos en la Ciudad de Buenos Aires, un grupo de practicantes argentinos de Falun Dafa fue brutalmente agredido por ciudadanos chinos en lo que parece una acción coordinada con la Embajada china y autoridades del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.
Falun Dafa, también conocido como Falun Gong, es una disciplina espiritual de origen chino que promueve los principios de Verdad, Benevolencia y Tolerancia. Durante los años '90, alcanzó una gran popularidad en China, con cerca de 100 millones de creyentes. Sin embargo, a partir de 1999, el Partido Comunista Chino inició una persecución brutal contra los practicantes, calificándolos como “delincuentes” y condenándolos a torturas y encarcelamientos.
En Argentina, esta persecución transnacional se ha mantenido durante más de dos décadas, con denuncias sobre la influencia de la Embajada china sobre las autoridades locales.
El incidente ocurrió cuando los practicantes argentinos de Falun Dafa, que asisten cada año a las celebraciones del Año Nuevo chino, fueron identificados por grupos de patotas chinas mientras participaban pacíficamente en los festejos. Según el informe de la Asociación Civil Estudio de Falun Dafa en Argentina, los agresores rodearon a los creyentes, golpeándolos físicamente, confiscando sus banderas y pertenencias, e incluso agrediendo a mujeres y niños.
Testigos y videos grabados por ciudadanos en el lugar confirman que la Policía de la Ciudad de Buenos Aires no intervino durante las agresiones, a pesar de los gritos de auxilio. De hecho, algunos practicantes fueron detenidos ilegalmente y acusados falsamente de agresión y hostigamiento.
El informe señala que las autoridades locales, en connivencia con la Embajada china, permitieron que los agresores actuaran sin consecuencias, e incluso se le dieron instrucciones a la policía de no intervenir. Uno de los testimonios de un oficial de policía, citado en el informe, reveló que recibieron la orden de “no dejar entrar a personas con remeras amarillas o carteles de Falun Dafa”.
Los agresores, que llevaban pulseras celestes en sus muñecas, se retiraron sin ser detenidos. El ataque también estuvo dirigido a ocultar los símbolos de Falun Dafa y evitar que los participantes portaran prendas con mensajes como “Falun Dafa es bueno” o “Verdad, Benevolencia y Tolerancia”, que podrían dañar la imagen de China.
Este ataque refleja la injerencia extranjera de la República Popular China en los asuntos internos de Argentina, y pone en evidencia la complicidad de las autoridades locales en la represión de la libertad religiosa. En un país que se considera democrático, el derecho a la libertad de creencia debería estar garantizado por la Constitución Nacional.
Los practicantes de Falun Dafa en Argentina han denunciado estas agresiones y exigido garantías de que podrán seguir practicando su fe sin temor a represalias. “La soberanía argentina no debe ser pisoteada por una potencia extranjera”, subrayan, al tiempo que exigen a las autoridades locales y nacionales que protejan los derechos fundamentales de los ciudadanos, y no permitan que grupos extranjeros violen las leyes y la soberanía del país.
Este ataque, que se inscribe en una campaña transnacional de represión contra los practicantes de Falun Dafa, plantea la urgente necesidad de que el gobierno de Argentina proteja a sus ciudadanos de la intromisión extranjera y garantice el respeto por los derechos humanos en todo su territorio.
El caso ocurrido durante el Año Nuevo chino en Buenos Aires pone de manifiesto la falta de acción por parte de las autoridades locales frente a una violencia que no solo afectó a ciudadanos argentinos, sino que también involucra a un gobierno extranjero que actúa para silenciar la libertad religiosa. La comunidad de Falun Dafa continuará su lucha pacífica por la libertad de creencias en un país que, según su constitución, debe garantizar el derecho a vivir sin persecución. (www.REALPOLITIK.com.ar)
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