
Pelota dividida
Cuatro menores intentaron suicidarse en el Centro de Pablo Nogués, reflejando el colapso del sistema de niñez provincial y la grave crisis de gestión en el Organismo Provincial de la Niñez y Adolescencia (OPNyA), que se encuentra bajo el mando de Andrés Larroque.
En las últimas horas, cuatro jóvenes alojados en el centro de menores de Pablo Nogués intentaron quitarse la vida por ahorcamiento. El dispositivo, conocido en la jerga como el “experimento Nogués” debido a la implementación del régimen de trabajo 12 x 36 horas de forma experimental, atraviesa una situación límite que desde REALPOLITIK hemos advertido reiteradamente: no se puede esperar otra cosa que el colapso.
De forma simultánea, cuatro menores protagonizaron intentos de suicidio. Dos de ellos permanecen hospitalizados en recuperación, mientras que los otros dos fueron rescatados a tiempo, evitando lesiones graves. La situación es crítica: hay solo tres trabajadores para atender a veinticinco internos, una proporción alarmante que se repite en los otros dos módulos del centro.
Personal con experiencia en el sistema asegura que este tipo de situaciones pueden ocurrir cuando los menores alojados son vejados o violentados por otros internos y no encuentran respuesta ni contención por parte de los adultos responsables. Lo que sorprende es cómo esta institución, que se encuentra bajo la órbita del ministerio de Desarrollo de la Comunidad de la provincia de Buenos Aires, que conduce Andrés Larroque, aún no ha colapsado por completo, algo que desde hace tiempo venimos denominando como “crónicas de una muerte anunciada”. En este caso, la muerte anunciada refiere al sistema institucional, aunque lamentablemente comienza a reflejarse en los cuerpos y las vidas de los menores.
El Organismo Provincial de la Niñez y Adolescencia (OPNYA) se encuentra en un estado de colapso absoluto. Y si a eso se le suma la impericia de quien actualmente conduce el dispositivo, Patricia “Chueca” Vázquez, el resultado es una bomba de tiempo que pone en riesgo tanto a los trabajadores como a los jóvenes alojados. Para muchos trabajadores jóvenes, la única salida ha sido la renuncia. Otros, con el desempleo como amenaza latente, optan por resistir mientras pueden. Del otro lado, están los chicos. Aquellos que no logran fugarse, que no encuentran escape ni alivio y ven en el suicidio una opción de salida.
En medio de esta situación dramática, causó sorpresa la presencia de Daniel “Cámara Lenta” White en el dispositivo, un personaje señalado como uno de los principales responsables del cierre del centro hace apenas dos años. Su regreso, en este contexto, resulta inexplicable, aunque tratándose del OPNyA, ya nada sorprende. (www.REALPOLITIK.com.ar)
¿Qué te parece esta nota?