
Pelota dividida
Este medio tuvo acceso a un video grabado dentro de uno de los centros de recepción que dependen del gobierno de Axel Kicillof y muestra al menor de catorce años acusado del crimen de Kim Gómez siendo hostigado y maltratado por otros internos, reflejando una práctica común dentro del Organismo Provincial de la Niñez y Adolescencia (OPNyA).
A días de que la Justicia decidiera mantener institucionalizado al menor de catorce años acusado de haber participado en el brutal asesinato de Kim Gómez, la nena de siete años acribillada en La Plata durante un robo, REALPOLITIK accedió a un video registrado desde el interior de uno de los institutos, dependiente del Organismo Provincial de la Niñez y Adolescencia (OPNyA), donde estuvo alojado.
Las imágenes, lejos de retratar una eventual reinserción en la sociedad, resultan polémicas: el propio joven -cuya identidad se protege por razones legales- aparece siendo filmado y hostigado por otros internos que, celular en mano, lo rodean, lo insultan y lo empujan en medio de un clima de completa impunidad. No hay personal del instituto a la vista y todo ocurre a plena luz del día, como una muestra más del abandono al que la gestión de Axel Kicillof y el ministro Andrés Larroque exponen a estas dependencias.
“Los pibes chorros manejan todo ahí adentro”, confió una fuente con acceso al adolescente. “Tienen celulares, drogas y libertad total para hacer lo que quieran. La dirección está pintada”, añadieron.
El silencio encubre una escena inaceptable para cualquier ser humano: según fuentes del lugar, al menor de catorce años le quemaron la espalda y los genitales con cigarrillos, como parte de un castigo interno por haber “traído quilombo” al centro tras el resonante crimen de Kim.
La familia de la víctima, lejos de mostrar alivio por el encierro del sospechoso, viene advirtiendo hace días que la situación judicial es apenas un parche frente a una tragedia evitable. El padre de Kim fue tajante: “Desde el día uno, cuando lo vi, supe que mentía. Quería equivocarme porque es un chico, pero no... mintió, y la jueza lo comprobó”.
Aunque el asesino de catorce años es inimputable, la jueza María José Lescano ordenó su institucionalización mientras se esperan informes clave del servicio local de niñez. A raíz del maltrato sufrido, fue trasladado al centro de Azul, donde permanece alojado en una celda individual. Mientras tanto, el OPNyA profundiza su condición de olla a presión, donde chicos con antecedentes de violencia conviven sin contención ni esperanza de reinserción real.
Las torturas contra el joven, hasta el momento, no tuvieron respuesta oficial. Tampoco hubo sanciones internas ni manifestaciones públicas de la gestión de Kicillof por la tenencia de teléfonos celulares ni por el video que prueba lo incontrolable de la situación. El crimen de Kim Gómez fue un antes y un después para el país. Pero lo que ocurre ahora en las sombras del sistema de niñez es la contracara de un estado provincial que hace tiempo eligió darle la espalda a los problemas y mirar hacia otro lado. (www.REALPOLITIK.com.ar)
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