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Axel Kicillof autorizó una licitación de ARBA por más de 370 millones de pesos para comprar uniformes con su logo en plena crisis económica y año electoral, desatando una fuerte polémica por el uso de fondos públicos con fines propagandísticos.
La Agencia de Recaudación de la Provincia de Buenos Aires (ARBA), conducida por Cristian Girard, ha aprobado la licitación pública número 380-1247-LPU24 para la compra de indumentaria destinada a sus agentes en el año 2025. Lo que podría parecer una renovación rutinaria de uniformes promete una fuerte polémica, no solo por el elevado presupuesto asignado sino también por la inclusión del logo de la gestión de Axel Kicillof en toda la indumentaria adquirida. En un año electoral y con la provincia sumida en una crisis financiera, la decisión genera interrogantes sobre las verdaderas intenciones detrás de la compra.
El presupuesto de la licitación asciende a 372.875.007,34 pesos, una cifra impactante en un contexto de ajustes y dificultades económicas en la provincia. La lista de adquisiciones incluye más de 4 mil camisas, doscientas camperas, casi quinietas remeras, 1.500 pañuelos, doscientos pulóveres y miles de pantalones, prendedores y chombas en tonos grises y celestes. No se trata solo de una renovación estética de los uniformes: cada prenda llevará el logo de la gestión de Axel Kicillof, un gobernador que enfrenta dificultades para afianzarse como candidato presidencial en el próximo ciclo electoral.
La decisión de incluir la identificación de la gestión de Kicillof en la vestimenta de ARBA plantea cuestionamientos sobre el uso de fondos públicos para la promoción política. En un año clave para la disputa electoral y con cierta sutiliza, el gobernador financia parte de su campaña de posicionamiento a través del presupuesto de la agencia recaudadora.
El elevado gasto en indumentaria se suma a una serie de contrataciones y licitaciones aprobadas por la administración de Kicillof que han sido severamente cuestionadas. Recientemente, se supo que el gobierno bonaerense destinó 216.550.000 pesos a la organización de ferias y festivales con la contratación de magos, payasos y espectáculos de globología. A esto se añade la adquisición de un teclado musical para un hospital público en medio de la crisis sanitaria y la compra de dos vehículos de alta gama por cerca de 100 mil dólares. Estos gastos contrastan con el ajuste salarial impuesto a los trabajadores estatales, que recibieron un aumento escalonado del 9 por ciento, muy por debajo de la inflación real.
La justificación de estas decisiones resulta difícil en un contexto en el que el propio gobierno provincial ha reconocido su crisis financiera y ha solicitado autorización a la Legislatura para tomar deuda por el equivalente en pesos a 1.200 millones de dólares. Mientras Kicillof y su equipo insisten en la falta de recursos, las prioridades de gasto de su administración parecen estar en contradicción con la situación económica de la provincia.
La licitación de indumentaria de ARBA no es un hecho aislado. Forma parte de una estrategia más amplia de la gestión Kicillof para fortalecer su imagen política utilizando recursos estatales. La presencia del logo de su administración en los uniformes de los agentes de ARBA sugiere un intento de capitalizar el trabajo de la agencia para beneficio electoral.
Esto se suma a otras iniciativas promovidas por el oficialismo bonaerense, como la creación de mesas distritales bajo el eslogan "Es con Axel" y la construcción de una red territorial con presencia en los 135 distritos de la provincia. Estas estrategias buscan consolidar el liderazgo de Kicillof dentro del peronismo y asegurar su desembarco en el poder nacional, aunque el costo de estas políticas recaiga sobre los contribuyentes bonaerenses.
La licitación para la compra de indumentaria de ARBA por más de 370 millones de pesos pone en evidencia las prioridades de la administración de Axel Kicillof en un momento crítico para la provincia. Mientras el gobierno alega falta de fondos para salarios, salud y seguridad, destina cifras millonarias a vestimenta con fines propagandísticos. La controversia en torno a esta adquisición deja en claro que, para la gestión provincial, la promoción política sigue siendo más importante que atender las necesidades urgentes de los bonaerenses. (www.REALPOLITIK.com.ar)
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