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Pilar Ramírez, exfuncionaria kirchnerista y actual figura prominente del liberalismo en CABA, oculta un pasado político y empresarial vinculado a figuras del poder, con sociedades en el sector financiero e inmobiliario que generan más preguntas que respuestas.
Es legisladora porteña, presidenta del bloque de La Libertad Avanza en la Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y una de las figuras con más proyección dentro del oficialismo en CABA. Su nombre suena fuerte como eventual candidata a jefa de Gobierno en 2027. Pero detrás del presente libertario de María del Pilar Ramírez se esconde una historia de vínculos con el kirchnerismo, pasajes opacos por el estado y una trama empresarial silenciosa pero activa. Un currículum plagado de omisiones, reversiones ideológicas y conexiones con actores del mundo financiero e inmobiliario, que conviven con su insólito discurso de renovación política.
Aunque hoy construye su figura pública sobre los pilares de la libertad, el mercado y la transparencia, los primeros pasos de Pilar Ramírez en la función pública estuvieron muy lejos de cualquier credo libertario e iniciaron hace más de veinte años. Según reconstruyó este medio, su carrera comenzó en marzo de 2003, cuando fue designada asesora del Consejo de la Magistratura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires con un sueldo de 1.250 pesos, el equivalente a 431 dólares de la época.
Tres meses después, ocupó un cargo como asesora de gabinete en el ministerio de Justicia de la Nación, bajo la gestión de Gustavo Béliz durante la presidencia de Néstor Kirchner. Para 2005 ya presidía la fundación Argentina Estratégica (FAE), un think tank vinculado al ministerio de Gobierno bonaerense cuando el área estaba bajo el control de Florencio Randazzo, con Felipe Solá como gobernador.
Durante los años dorados del kirchnerismo, Ramírez ocupó un cargo clave en Aerolíneas Argentinas, donde se mantuvo incluso tras la llegada de Mauricio Macri al poder. Su vínculo con Mariano Recalde, entonces titular de la empresa y uno de los referentes principales de La Cámpora, le permitió conservar su puesto hasta julio de 2016, cuando fue despedida en medio de acusaciones por presuntas irregularidades en el área de Marketing.
Sin embargo, nada de esto aparece en su cuenta de LinkedIn Corporation. Ni el Consejo de la Magistratura, ni la fundación Argentina Estratégica, ni siquiera Aerolíneas Argentinas figuran de manera clara. Apenas una línea sin fechas que resume ocho años en la aerolínea de bandera. Tampoco ahonda en su paso por el Ente Nacional de Obras Hídricas de Saneamiento (ENOHSA), donde trabajó entre marzo de 2021 y junio de 2022 durante el gobierno de Alberto Fernández, justo en uno de los organismos que el ministro Luis Caputo prometió cerrar por ser un “antro de corrupción”.
El salto desde el kirchnerismo duro hasta el corazón del mileísmo no parece haber requerido más que un cambio de discurso. Hoy, Ramírez es una de las dirigentes con más llegada a Karina Milei y una de las voceras oficiosas del presidente Javier Milei en la ciudad. Pero su verdadero sostén político parece estar en otro lado: su esposo, Darío Wasserman, actual vicepresidente del Banco de la Nación Argentina y una figura de peso en la ingeniería electoral y financiera de La Libertad Avanza.
Wasserman no sólo acompaña en lo político: también comparte relaciones con empresarios del círculo íntimo de Ramírez. De hecho, es socio de Mariano Rubinstein en la empresa Star Tower SA, dedicada a negocios inmobiliarios, construcción, licitaciones públicas y fideicomisos con inversiones de decenas de millones de dólares. Una sociedad que comparte domicilio con otra empresa fundada por Ramírez: 3DF 2400 SA.
La vida empresarial de Ramírez se mantiene bajo un perfil mucho más bajo que su exposición política, pero no por ello es menos activa. Documentación oficial a la que tuvo acceso REALPOLITIK revela su participación en al menos dos sociedades: Credig SA y 3DF 2400 SA, ambas con objetos sociales amplios que permiten desde administración financiera hasta desarrollos inmobiliarios y participación en fideicomisos.
Credig SA, constituida el 30 de septiembre de 2020, tiene su domicilio legal en la lujosa Torre Cavia, en avenida Figueroa Alcorta 3535. Ramírez figura como accionista mayoritaria, con el 81 por ciento del capital social. El resto pertenece a Martín José Apaz, un economista que fue designado presidente y también pasó de ser empleado de la Cámara de Diputados de la provincia de Buenos Aires a empresario de primer nivel, hoy conduciendo APOLA SA junto a María Belén Olaiz. El objeto social de la empresa de la histórica trabajadora del estado incluye asesoramiento financiero, actuación como fiduciario, otorgamiento de préstamos y participación en otras sociedades, incluso en el extranjero.
3DF 2400 SA, por su parte, fue constituida en marzo de 2021 y comparte socios con vínculos estrechos al sector desarrollador: Mariano Rubinstein y Ezequiel Rubinowicz. Su sede está en Costa Rica 5546, oficina 208, en Palermo. La empresa se dedica a compra y venta de inmuebles, financiación de operaciones, exportación de materiales de construcción, y formación de fideicomisos.
En ese marco, vale destacar que la reciente aparición de 3DF 2400 SRL en el acta de la asamblea extraordinaria de Argentina Ciudad SGR, donde se formaliza su salida y el ingreso de una nueva firma, revela que su entorno formó parte del entramado de esta sociedad de garantía recíproca, inscripta oficialmente en el registro del sector. Este dato, que pasó desapercibido en el debate público, sugiere que Ramírez no solo habría operado como funcionaria sino también como engranaje de estructuras empresariales que buscan influir en el ecosistema financiero, aprovechando marcos estatales de respaldo al crédito privado. En un contexto de reacomodamientos políticos y económicos, estos movimientos societarios parecen apuntar menos a una salida del poder que a su reconversión, cuidando los negocios detrás de cada identidad pública.
Pero los vínculos no terminan ahí. Rubinowicz también es socio de Mariela Siganevich en Los Rubi SRL, dedicada al comercio exterior y regalería, y posee otras empresas como Tekno Homes SA. Además, Rubinstein comparte la ya mencionada Star Tower SA con Darío Wasserman, quien posee otras tantas compañías tales como Emprendimientos Nuñez SA y Móvil SGR. Todas las empresas están registradas con domicilios que se entrecruzan, consolidando una red societaria cerrada entre socios recurrentes y propósitos amplios.
Lo que emerge del repaso por la vida pública y privada de Pilar Ramírez es un patrón: siempre cerca del poder, sin importar su signo. Kirchnerismo, albertismo, liberalismo. Desde cargos estatales en gestiones peronistas hasta la cúspide del mileísmo porteño. Desde asesorías en el Consejo de la Magistratura hasta su rol como empresaria con intereses financieros e inmobiliarios. Desde vínculos con Recalde hasta una relación con Karina Milei.
Mientras el vocero presidencial Manuel Adorni empieza a hacer agua dentro del esquema comunicacional de Javier Milei, Ramírez se presenta como una alternativa “testimonial”, aunque asegura ser la verdadera jefa política del distrito. En paralelo, sus vínculos societarios, su patrimonio y sus relaciones empresariales se mantienen en silencio, lejos del escrutinio público y ajenos al discurso de "la casta" que tanto repite su espacio. Algo parecido a lo que pasa con la lista de candidatos de LLA en CABA.
Pero la historia -esa que ella elige esconder- sugiere otra cosa: una dirigente experta en camuflaje, en rebranding ideológico, y en moverse con destreza entre el estado, el capital y el relato. (www.REALPOLITIK.com.ar)
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