“Hoy ni dos salarios mínimos alcanzan para cubrir los gastos básicos de una familia”

“Principalmente trabajamos un índice barrial de precios en diecisiete provincias. En la de Buenos Aires, relevamos más de veinte barrios del conurbano bonaerense. Medimos los precios en comercios de cercanía, no en grandes supermercados que tienen precios estacionales o promociones engañosas”, explicó.

Acosta remarcó que en muchos alimentos hubo variaciones de precios importantes, y que el salario mínimo quedó estancado frente a la suba constante de la canasta básica alimentaria. “Ni siquiera dos salarios mínimos alcanzan para solventar los gastos básicos de una familia. Y eso sin contar salud o vestimenta, sólo alimentos”, aseguró.

En este sentido, señaló que los comercios barriales juegan un rol fundamental para las familias: “Yo compro en el barrio. El almacenero o la almacenera muchas veces te recomiendan qué producto llevar. Esa cercanía ayuda a sobrevivir. En los supermercados muchas veces ni precio hay en las góndolas”.

Respecto a los productos sustitutos, contó: “Antes la crema era crema, hoy hay productos que dicen ser crema y no tienen ni grasa. Pasa también con las gaseosas: hay una diferencia enorme entre las marcas económicas y las tradicionales. Pero muchas familias eligen la más barata porque es lo que pueden pagar”.

Por otro lado, la abogada cuestionó el intento del gobierno nacional de fijar aumentos salariales del 1 por ciento en paritarias para evitar el impacto inflacionario: “Hoy no existe más ningún régimen como Precios Cuidados o Precios Justos. Este 1 por ciento no condice con la realidad. Los precios de la canasta básica suben entre un 2,6 y un 4 por ciento según el producto”.

También advirtió sobre el aumento del trabajo informal en Argentina: “Nos estamos enterando de personas que pierden su empleo estatal y terminan trabajando en un stand de feria. Esa es la economía de la emergencia. La Argentina hoy es un problema para muchas familias que no logran sostener una planificación mínima”.

Por último, reflexionó sobre la carga horaria laboral en la región: “Latinoamérica es una de las regiones con más horas laborales semanales, pero con menor productividad. No producimos bienes de alto valor agregado, y además hay una gran precarización. Hay que revisar esta lógica de más horas, menos derechos”. (www.REALPOLITIK.com.ar)

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