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28 de mayo de 2025 | Provincia

Caos

OPNyA: El fracaso prematuro del nuevo régimen horario

El intento del Organismo Provincial de la Niñez y Adolescencia (OPNyA) de imponer un nuevo régimen horario fracasó estrepitosamente tras una ola de fugas, denuncias internas y el rechazo masivo del personal, profundizando la crisis del organismo bajo la gestión de Andrés Larroque.

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por:
Santiago Sautel

La gestión del Organismo Provincial de la Niñez y Adolescencia (OPNyA), bajo la órbita del ministro Andrés "Cuervo" Larroque, continúa acumulando señales de desgaste, ineficiencia y descontento. En un contexto marcado por denuncias de corrupción y desmanejo, el organismo vuelve a ser noticia por la crisis desatada tras la implementación fallida del nuevo régimen horario en uno de sus centros clave.

Uno de los episodios más elocuentes tuvo lugar en el instituto de Pablo Nogués, ubicado en Pasco 1748, Malvinas Argentinas. En apenas catorce días, se produjeron catorce fugas de jóvenes internados, un dato que por sí solo refleja la gravedad del escenario. El centro fue uno de los primeros en aplicar, de manera experimental, un nuevo régimen de turnos 12x36 horas, impulsado por las autoridades del OPNyA con el aval de cuatro gremios y en el marco de un decreto del gobernador Axel Kicillof que establece su implementación plena en los próximos sesenta días.

Sin embargo, el rechazo entre los trabajadores es abrumador: más del 90 por ciento del personal se opone a la medida, alegando que la experiencia acumulada demuestra su inviabilidad. Muchos agentes con décadas de trayectoria aseguran haber probado en el pasado turnos de ocho horas diarias, 12x36 e incluso 24x48, concluyendo que el sistema actual de 24x72 es el único que garantiza cierto equilibrio entre eficacia operativa y bienestar laboral.

Entre el enojo y la ironía, algunos trabajadores comentan: “Tanto insistieron con las 12x36 que lograron las 14x14”, en alusión a la cantidad de fugas producidas, todas durante los relevos de guardia. El primer día se escaparon siete jóvenes; al siguiente, tres más; y en los días posteriores, otros cuatro. Las cifras hablan por sí solas.

Pero las fugas no son el único problema. La situación interna del instituto también se vio sacudida por la reciente desafectación de una agente policial femenina, acusada de suministrar estupefacientes a los jóvenes internados. A esto se suman sospechas crecientes sobre la participación de otros efectivos en conductas similares, que agravan el cuadro de crisis institucional.

A pesar de estos hechos, desde la conducción del organismo se insiste en culpar al personal histórico. Según denuncian trabajadores del lugar, el nuevo director de Institutos Penales suele lanzar amenazas como “los voy a hacer mierda”, mientras, paradójicamente, los mismos trabajadores cuestionados son convocados para cubrir horas extras y sostener el funcionamiento diario de los centros.

En paralelo, el malestar se extiende a otras instituciones del sistema, donde el clima laboral es cada vez más tenso. Los trabajadores, con salarios bajos y tareas de alta responsabilidad social, no vislumbran mejoras a corto plazo. Al contrario, la sensación general es de hartazgo e incertidumbre.

Consultado sobre este panorama, el secretario de Minoridad del Sindicato de Trabajadores Auxiliares No Docentes, Administrativos y Minoridad (STANDAYM), Pablo Lenz, expresó: “Ellos han planteado un escenario que es a todo o nada, y es lo que van a obtener… Nada, porque nosotros no vamos a ir para atrás. Detrás nuestro está la comida y la escuela de nuestros hijos, nuestras familias y nuestra dignidad, así que sólo nos queda salir para adelante. No somos delincuentes, somos trabajadores que hemos sostenido este sistema durante años, un sistema que nos considera material descartable”.

“Tanto el fuero penal juvenil como el ejecutivo de turno han descansado sobre nuestras espaldas. Si la realidad del sistema no es aún peor, es porque los asistentes de minoridad dejamos parte de nuestra vida en los pasillos y patios de cada institución. Estamos hartos de paracaidistas que en cada gestión experimentan a costa nuestra, y para nuestra desgracia, esta gestión —la peor— repitió el mandato”, añadió.

Mientras el descontento crece y se multiplican los frentes de conflicto, el OPNyA —bajo la responsabilidad directa del ministro Larroque— enfrenta uno de los momentos más críticos desde su creación. (www.REALPOLITIK.com.ar)


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