
Cultura
El gobernador de Río Negro, Alberto Weretilneck, encendió la mecha del debate político con declaraciones explosivas que generaron un inmediato y amplio repudio desde distintos sectores.
El gobernador de Río Negro, Alberto Weretilneck, encendió la mecha del debate político con declaraciones explosivas que generaron un inmediato y amplio repudio desde distintos sectores. En una entrevista televisiva con Canal 10 de General Roca, el mandatario acusó tanto al peronismo como a La Libertad Avanza de responder “al poder central” y no a los intereses rionegrinos, al tiempo que posicionó a su espacio, Juntos Somos Río Negro, como el único defensor genuino de la provincia.
Weretilneck aseguró que “la única defensa que hoy tiene Río Negro ante el avance del centralismo” es contar con legisladores alineados al proyecto provincial, y disparó directamente contra dirigentes como Martín Soria, Martín Doñate, Aníbal Tortoriello y Lorena Villaverde, a quienes acusó de ignorar temas clave como la crisis de la fruticultura, la infraestructura vial o la importancia de proyectos energéticos como el oleoducto Vaca Muerta Sur y el GNL.
Las respuestas no tardaron en llegar. El diputado peronista Martín Soria lo acusó de haber respaldado en el Congreso todas las iniciativas del gobierno de Javier Milei, “a cambio de una rotonda fallida”, ironizó en su cuenta de X.
Desde el PRO, el legislador Santiago Ibarrolaza lo cruzó por “subestimar a los rionegrinos” con un discurso que, según él, busca distraer la atención de los problemas reales de la gestión provincial.
Por su parte, la diputada nacional de La Libertad Avanza, Lorena Villaverde, no se quedó callada y le respondió con dureza. En un comunicado, lo acusó de estar más preocupado por recaudar que por administrar con eficiencia. “Tenemos un gobernador obsesionado con meterle la mano en los bolsillos a los rionegrinos, mientras la provincia se hunde”, disparó.
Además, Villaverde sostuvo que el deterioro en la relación entre Nación y Provincia responde, en realidad, a la falta de capacidad del gobernador para adaptarse a una nueva etapa política que exige austeridad y reducción del gasto público: “Weretilneck aún no entendió que gobernar ya no es sinónimo de despilfarrar”, sentenció.
En medio de un clima electoral que se recalienta, el gobernador se metió de lleno en la disputa por la representación rionegrina en el Congreso, pero sus declaraciones no lograron cerrar filas en defensa propia, sino que provocaron una ola de críticas que dejó al descubierto una grieta interna en la política provincial, con todos los espacios cruzando reproches y marcando distancia de su conducción. (www.REALPOLITIK.com.ar)
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