Diez años de “Ni Una Menos” y Jujuy vuelve a marchar

Este martes 3 de junio se cumplen diez años desde el primer grito masivo de “Ni Una Menos” en el país, pero en Jujuy la fecha llega atravesada por una nueva ola de horror: tres femicidios en apenas 21 días reavivan el dolor, la bronca y la exigencia de justicia en una provincia donde la violencia de género no se detiene.

En este contexto, la Multisectorial de Mujeres convocó a una marcha que partirá a las 17 horas desde la Casa de Gobierno. El crimen de Tamara Fierro, el más reciente, se suma a los de Angelina González y Paola Vargas, todas víctimas de una violencia machista que el Estado no logra (o no quiere) frenar.

Durante una conferencia de prensa realizada este lunes, Mónica Cunchila, de Padres del Dolor, fue contundente: “No queremos más femicidios. Desgraciadamente mayo fue tremendo, nos recuerda al 2020 cuando tuvimos cinco femicidios en 40 días. A todos les pedimos que acompañen, que se sumen. Esto no puede seguir siendo naturalizado”.

Desde Mumalá, la referente Susana Rengifo alertó sobre el retroceso de las políticas públicas: “Tenemos 63 femicidios registrados en la provincia. Lo que vemos es un desmantelamiento del Estado, una ley de emergencia que no sale del papel. Las vidas de mujeres y disidencias están en peligro y las respuestas oficiales no existen”.

La abogada Mariana Vargas, integrante de la Multisectorial y querellante en el caso Fierro, reveló detalles escalofriantes sobre el crimen más reciente: “Hay una imputación por femicidio y otra por encubrimiento. Pero entendemos que hay más implicados, que hubo una asociación ilícita que permitió quemar el cuerpo con una sincronización inquietante. Hay miedo en Fraile Pintado. Ese miedo hizo que no se denunciaran situaciones graves antes”.

Además, Vargas vinculó el caso con otros crímenes similares ocurridos en la zona, como el de una joven drogada, violada y arrojada a las vías, que pudo salvarse gracias a la intervención de vecinos.

A diez años de la consigna que sacudió al país, Jujuy vuelve a marchar. Pero lo hace entre el duelo, la rabia y el hartazgo. Porque mientras se multiplican las promesas, las mujeres siguen muriendo. Y el Estado, otra vez, llega tarde. (www.REALPOLITIK.com.ar)

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