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El físico e investigador del CONICET, Jorge Aliaga, dialogó con RADIO REALPOLITIK FM (www.realpolitik.fm) y brindó un crudo diagnóstico sobre el presente del sistema científico argentino: "Ya vivimos varios ajustes, pero esto es otra cosa", advirtió.
“Muy preocupante”, fue la primera definición del físico Jorge Aliaga al describir el estado actual del sistema científico-tecnológico argentino. Según explicó, la crisis no es sólo presupuestaria: “Lo que está pasando es una situación mucho más grave que un ajuste. Ya vivimos varios ajustes, pero esto es otra cosa”.
Aliaga detalló que históricamente la ciencia argentina ha atravesado momentos críticos —desde la Noche de los Bastones Largos en 1966 hasta la crisis de 2001—, pero siempre como consecuencia de crisis políticas o económicas. Esta vez, asegura, hay un componente ideológico claro: “Lo que vemos es una decisión política. El presidente fue claro cuando decía ‘afuera el CONICET’”.
En ese sentido, recordó el discurso de Javier Milei al presentar el presupuesto 2025, donde planteó que el estado solo debía ocuparse de seguridad, relaciones exteriores y equilibrio macroeconómico. “El resto —dijo— corresponde a las provincias o a los privados. Eso implica dejar afuera salud, educación y ciencia”, advirtió.
El físico también criticó duramente el impacto económico sobre los investigadores. “Los sueldos de toda la administración pública, incluidos los investigadores, perdieron un 30 por ciento respecto de 2023. Si lo comparamos con 2012, la caída es del 50 por ciento en poder adquisitivo”, señaló.
Sin embargo, el problema va más allá de los salarios. “La gente no está recibiendo plata para trabajar. La Agencia de Promoción Científica y Tecnológica está completamente desfinanciada, con todos los proyectos paralizados. No hay dinero ni para reponer una computadora”, explicó.
Además, repudió los constantes ataques verbales desde el oficialismo: “Desde las más altas esferas nos dicen ‘consigan un trabajo digno, dejen de robar’. Es una locura. Ganás poco, no podés hacer tu laburo y encima te dicen chorro delante de todo el mundo”.
También se refirió a los despidos en CONICET donde fueron cesanteadas 100 personas: “Fue una orden no escrita de bajar el 10 por ciento de la planta. No importaba qué hacía la gente. Después, los familiares piensan que eran ñoquis. Es perverso”, denunció.
Finalmente, Aliaga alertó sobre una consecuencia silenciosa pero crítica: la fuga de cerebros. “El trabajo científico es internacionalizado. Cuando se destruye el sistema local, mucha gente se va. Y recuperar eso después es muy difícil”, concluyó. (www.REALPOLITIK.com.ar)
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