Fuerte caída en la tasa de natalidad en Argentina: "No es necesariamente una mala noticia", afirmó CIPPEC

Desde el año 2014, la Argentina atraviesa una caída histórica en su tasa de fecundidad. Según Emanuel López Méndez, coordinador de Protección Social del Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento, el descenso acumulado es del 43 por ciento. El especialista detalló que el fenómeno, lejos de ser exclusivo del país, se inscribe en una tendencia regional y global, aunque en el caso argentino se produjo con mayor rapidez.

“Hasta ese momento veníamos con una baja sostenida, pero lenta. A partir de 2014, la caída se aceleró notablemente”, explicó López Méndez. No obstante, aclaró que Argentina aún mantiene una tasa superior a países como Chile y Uruguay.

Uno de los aspectos que destacó como positivo es la disminución de la fecundidad adolescente, que se redujo en un 66 por ciento. “Esto implica que muchas jóvenes están pudiendo terminar el secundario, insertarse en el mercado laboral y acceder a estudios superiores”, celebró.

Desde CIPPEC enfatizan que esta transformación demográfica no debe leerse solamente en clave de alarma. “Este es el momento ideal para invertir en niñez y juventud”, remarcó. Con menos nacimientos, argumentó, se abren oportunidades para mejorar la calidad educativa, como aumentar la inversión por alumno, aprovechar infraestructura existente y fortalecer la formación docente.

Sin embargo, también reconoció desafíos profundos. El envejecimiento poblacional impactará en políticas clave como el sistema jubilatorio, el mercado laboral y la sostenibilidad fiscal. “Todavía no llegamos al punto crítico, pero en unas décadas habrá una población mucho más envejecida, y debemos prepararnos desde ahora”, advirtió.

Consultado sobre las causas de esta caída, López Méndez apuntó a un fenómeno “multicausal y generalizado”. Afecta a todas las edades, provincias y niveles socioeconómicos. Si bien el acceso a métodos anticonceptivos de larga duración, como el implante subdérmico, influyó, el cambio de fondo es cultural: “Estamos ante decisiones más autónomas de las mujeres, que priorizan estudios, trabajo y planificación”.

En ese sentido, destacó el rol de los movimientos feministas como parte de una transformación más amplia en los patrones sociales. También subrayó que, contrariamente a lo que suele creerse, no hay una relación lineal entre ingresos y cantidad de hijos: “Inclusive los sectores más pobres vieron reducir su fecundidad a partir de 2014. La decisión de tener menos hijos también está asociada a la expectativa de vida, proyección económica y cambio en los deseos personales”.

Finalmente, López Méndez llamó a evitar respuestas simplistas y a diseñar políticas públicas que partan del nuevo escenario. “Hacer políticas para revertir esta tendencia no suele funcionar y puede implicar enormes gastos sin resultados. Lo que sí debemos hacer es adaptarnos, repensar nuestros sistemas de protección y sostener la cobertura previsional con criterios de equidad”, concluyó. (www.REALPOLITIK.com.ar)

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