Sábado 19.07.2025 | Whatsapp: (221) 5710138
13 de junio de 2025 | Nacionales

Sin consensos

La condena a Cristina desnudó la profunda división de la Unión Cívica Radical

El fallo en la causa Vialidad contra Cristina Fernández de Kirchner expuso las profundas divisiones internas de la Unión Cívica Radical (UCR), evidenciando su incapacidad para sostener una postura coherente y unificada sobre temas clave como la justicia y la institucionalidad.

facebook sharing button Compartir
twitter sharing button Twittear
whatsapp sharing button Compartir
telegram sharing button Compartir
print sharing button Impresión
gmail sharing button Correo electrónico

En un partido político de la dimensión histórica que tiene la Unión Cívica Radical (UCR) se puede ocultar alguna situación de conflicto durante un tiempo, más no durante todo el tiempo. Y todo sale a la luz cuando aparece alguna variable externa que ponga a prueba, por ejemplo, la capacidad de coherencia del centenario partido.

Tras la condena a seis años a prisión para la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner en la causa Vialidad, todos los dirigentes partidarios se sintieron condicionados y presionados a expresar una opinión por tratarse de un tema de agenda periodística e institucional y los radicales no fueron la excepción.

Para la gran mayoría de los referentes asomó la coincidencia general por avalar un estado de derecho donde hay independencia de poderes y una Justicia que actúa más allá de quien sea el imputado, pero las diferencias aparecen cuando hay que ampliar argumentos.

Más allá de la división de poderes y la adoración por la institucionalidad y la república, la divisoria de aguas está entre quienes dejan todo como el final esperado para un caso de corrupción de una causa emblemática como Vialidad con una amplia difusión periodísticas. También aparecen quienes señalan que hubo serios condicionamientos hacia la Corte Suprema de Justicia de la Nación y, en consecuencia, una clara presión sobre la división de poderes, atentando contra una Justicia independiente.

Asimismo, están quienes sostienen que más allá de alguna postura en contra del populismo y la corrupción que le critican a Cristina también apuntan sus cañones hacia el máximo tribunal, cuyos jueces tuvieron ciertas ansiedades y apuros para resolver el caso en menos de cincuenta días, pero ya llevan un año para dar una definición sobre amparos y recursos contra el decreto de necesidad y urgencia 70/2023 que tantas polémicas despertó.

Vuelta de página

Son los radicales con reciente incorporación o con pocos años de visibilidad quienes sacaron chapa de “coherentes” y ratificaron el pensamiento de sostener a un fallo como el conocido el martes último, y no sólo no lo cuestionaron, sino que empezaron a lanzar la idea de hacer una vuelta de página y avanzar más allá de quien haya quedado en el camino de la Justicia.

Por ejemplo, el flamente presidente de la Unión Cívica Radical, Martín Lousteau y el diputado Martín Tetaz se inscribieron en esa perspectiva y recibieron ciertos cuestionamientos desde sectores del kirchnerismo. Ese mensaje lo podían esperar de los radicales más moderados o más cercanos a los libertarios, pero no desde la mirada progresista de los mencionados.

Para colmo, Lousteau cuenta con el agravante de haber sido ministro de Economía, nada más ni nada menos que de Cristina, y le recuerdan que si avala el fallo tal cual salió del palacio ubicado en Talcahuano y Tucumán, está apoyando una persecusión judicial hacia la exjefa de estado.

Del otro lado más extremo, figuras más cercanas a los libertarios, como el senador nacional Maximiliano Abad y otros apoyaron con mucho ruido el fallo, tal vez esperanzados en realizar un “acting” que llegue a la Casa Rosada, como muestra de un gesto de fidelidad o prueba de amor. Con el paso del tiempo, Abad se muestra cada vez más desesperado en mostrar su fidelidad libertaria.

Sin embargo, las versiones periodísticas, en su gran mayoría, señalan que en Balcarce 50 están de duelo por la caída de la rival que mejor les garantizaba la grieta y una situación de alta competencia electoral para el oficialismo nacional. Es más, esta situación de “duelo” de los libertarios alimentó otra versión que vincula al apuro y a la condena a la exvicepresidente con presiones que se originaron en la furia de ciertos grupos empresarios de gran concentración en la economía cuando se enteraron de su voluntad de ser candidata a legisladora.

Una tercera especie dentro del partido de Alem se ubica con quienes, respetusosos de la institucionalidad y de paladar negro contra la corrupción y el populismo, no dejan de pensar en una Corte de Nación que tiene actitudes de fuerte especulación política y que apuró esta condena contra una exmandataria cuando, por ejemplo, ningún expediente han resuelto contra Mauricio Macri y, lo que es más, plancharon durante décadas recursos contra el expresidente Carlos Menem.

El caso Vialidad sirvió de parámetro para medir el grado de cohesión en un partido cuyos principales dirigentes y sectores carecen de posibilidades para mostrarse en una postura sólida y unificada en una temática tan valiosa como la justicia y la institucionalidad.

Estas divisiones, como hace ya un tiempo, vuelven a mostrarse y reavivan una imagen negativa y con profunda falta de consenso y de coherencia en un partido que quiere renacer y refundarse, pero que no encuentra la receta para hacerlo. (www.REALPOLITIK.com.ar)


¿Qué te parece esta nota?

COMENTÁ / VER COMENTARIOS

¡Escuchá Radio Realpolitik FM en vivo!