Los partidos se ganan en la cancha (y en otros lados también)

En otras palabras, una mayor valuación pre asegura para este recorte de universo un 80,8 por ciento de posibilidades de ganar un partido ¿Esta premisa es transpolable a los 37 partidos restantes? Claro que no, porque el muestro no supera el 47 por ciento del universo aunque la tendencia es válida para repensar la financiación de nuestros queridos clubes argentinos en pos de la competitividad internacional.

Bajo la convicción que en Argentina estamos en medio de un debate inconducente sobre la propiedad de nuestros clubes o la modalidad asociativa pertinente, situaciones como la descripta en el actual Mundial de Clubes dejan ver que los clubes que ganan son aquellos que presentan estructuras organizacionales profesionales, gobernanzas abiertas e innovación tecnológica en sus administraciones.

Los dirigentes políticos y administradores profesionales del Bayern de Múnich presentan en anfiteatros los resultados de sus gestiones a todos los socios, inclusive están a disposición de cualquier interesado las grabaciones en su web oficial. Sociedade Esportiva Palmeiras tiene un portal de transparencia con indicadores de performance y explicaciones de todo tipo sobre la gestión deportiva e institucional. Clubes como el Real Madrid Club de Fútbol, el Club Atlético River Plate y Clube de Regatas do Flamengo cuentan con ofertas educativas para formar a sus cuadros dirigenciales como líderes en management deportivo.

Ahora bien, nuestros queridos clubes argentinos no pueden escapar de una coyuntura que cotiza sus unidades monetarias en una relación de 1.100 a 1. Eso no es culpa de ellos ni de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA), es simplemente llevar adelante sus operaciones en un país con un 35% de pobreza. Eso no le sucede al Bayern ni al Chelsea Football Club. Aún así, lo interesante es que los clubes argentinos terminan compitiendo contra clubes brasileros y europeos que muchas veces triplican en dólares los presupuestos de sueldos en jugadores (y a veces más).

La financiación de los clubes argentinos es el debate correcto. La solución no es el ingreso de capitales privados, menos aún el cambio en la propiedad. Quienes defienden eso, no son verdaderos hinchas de sus clubes ni entienden la historia e identidad de aquellos que amamos y vivimos para nuestros equipos. Desde hace tiempo promuevo que la estrategia a adoptar es convertir a nuestros clubes en fábricas de jugadores para recomponer progresivamente la competitividad internacional. Ser formadores de talento, involucrándonos en la formación integral de adolescentes que puedan brillar en nuestros país y en donde los requieran.

¿Alcanza con eso? Claramente no. Si no evolucionamos los perfiles de nuestros dirigentes deportivos ni apostamos a la gobernanza abierta, la estrategia inicial es una quimera. Apostemos a minimizar déficits, modernizar estructuras y diversificar ingresos en una industria deportiva donde los intangibles están signados por el talento de los jugadores y la pasión de los hinchas, siendo todo cada vez más cercano a la industria del entretenimiento.

Los partidos se ganan en la cancha, pero en otros lados también. Ya no en los escritorios, sino en las estructuras organizacionales modernas donde dirigentes deportivos profesionales administran recursos intangibles y apuestan a volver a competir internacionalmente. Sólo así los clubes argentinos serán protagonistas en próximos mundiales de clubes.

 

(*) Martín Saiz es doctor en Administración de Empresas, doctorando en Historia, autor de dos libros sobre Administración de Recursos Humanos y egresado de FIFA-CIES

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