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Con la presencia del gobernador Hugo Passalacqua, Misiones renovó su compromiso con la memoria colectiva y exigió justicia en el aniversario del atentado más sangriento de la historia argentina. Las palabras de familiares y referentes de la comunidad judía volvieron a señalar la impunidad como una herida que no cicatriza.
Este viernes por la mañana, en la Plaza 9 de Julio de Posadas, se realizó el acto conmemorativo por el 31° aniversario del atentado a la sede de la AMIA, perpetrado el 18 de julio de 1994, que dejó 85 muertos y más de 300 heridos. El gobernador Hugo Passalacqua encabezó la ceremonia junto a legisladores, funcionarios y miembros de la Comunidad Israelita de Misiones, en un acto cargado de memoria y con una consigna que no pierde vigencia: “Justicia ausente, impunidad presente”.
El homenaje —que se replicó en distintas ciudades del país— incluyó un minuto de silencio, la lectura de los nombres de las víctimas y la exhibición de sus rostros, en una puesta que remarcó la persistencia del dolor y la necesidad de respuestas. La actividad fue organizada por la Comunidad Israelita de Misiones, en sintonía con el acto central en Buenos Aires.
Uno de los ejes del acto fue el reciente anuncio judicial de que, por primera vez en la historia argentina, se llevará adelante un juicio en ausencia para diez acusados prófugos por el atentado. Aunque representa un giro en la causa, muchos siguen advirtiendo que la impunidad sigue siendo el saldo dominante de tres décadas de encubrimientos y dilaciones.
Bruno Bladilo, miembro de la comisión directiva de la comunidad organizadora, fue categórico: “Hace 31 años vivimos uno de los hechos más trágicos de la historia argentina. Seguimos esperando justicia. No hay avances contundentes, y eso es inadmisible para un Estado de derecho”. Además, reafirmó el compromiso de la comunidad con la memoria activa: “Estaremos aquí año tras año, hasta que todos los responsables estén tras las rejas”.
En el mismo tono, el vicepresidente de la Comunidad Israelita de Misiones, Jorge Lindheimer, subrayó la magnitud del crimen y lamentó que, a más de tres décadas, el Estado aún no haya podido (o querido) resolver el caso. “Es el peor atentado de nuestra historia moderna. No se puede naturalizar que sigamos sin justicia. La memoria no puede ser solo un acto simbólico una vez al año”, sostuvo.
También hubo espacio para la emoción profunda, cuando se proyectó un mensaje grabado por Estefanía Kupchik, hija de Luis Fernando Kupchik, una de las víctimas: “Tengo más años vividos sin mi papá que con él. A 31 años de su asesinato, lo único que pido es memoria y justicia. No más impunidad”.
El acto contó con la presencia de autoridades provinciales como la subsecretaria de Culto, Rosanna Barrios; la secretaria de Cultura y Educación de Posadas, Mariela Dachary; los senadores nacionales Sonia Rojas Decut y Carlos Arce, además de representantes de fuerzas de seguridad e instituciones civiles. Todos portaron carteles con las imágenes de las víctimas, reforzando el pedido de verdad y justicia.
Más allá de las palabras y los homenajes, el atentado a la AMIA continúa siendo una deuda dolorosa de la democracia argentina. En Misiones, como en todo el país, la memoria resiste. Pero la justicia —a 31 años— todavía no llega. (www.REALPOLITIK.com.ar)
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