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Ramiro Berdesegar, coordinador nacional de la Corriente Clasista y Combativa (CCC), conversó en el marco de una nueva movilización por San Cayetano, patrono del trabajo. Denunció el ajuste económico, el endeudamiento de las familias y la criminalización de la protesta, al tiempo que destacó la unidad del movimiento obrero contra Javier Milei.
“San Cayetano es una movilización con mucha historia que los movimientos populares revivimos hace nueve años, en pleno gobierno de Mauricio Macri, y que retomó la consigna de Tierra, Techo y Trabajo, apoyada también en su momento por el Papa Francisco”, inició Ramiro Berdesegar. “Hoy la movilización cobra una nueva fuerza en un contexto profundamente angustiante, donde el hambre se convirtió en la ley para millones de hogares”.
En esa línea, el dirigente social apuntó: “El 91 por ciento de las familias argentinas están endeudadas y la mayoría de esa deuda es para cubrir necesidades básicas como comida y servicios. Mientras tanto, el gobierno de Javier Milei ha destinado 64,5 billones de pesos al pago de la deuda pública, mientras veta leyes como la emergencia en discapacidad o el aumento para jubilados”.
Además, subrayó que la movilización del 7 de agosto expresó “la unidad del conjunto del Movimiento Obrero Argentino”, una característica que, según afirmó, marca un salto de calidad. “Este año no solo convocamos los movimientos populares, sino también todas las centrales sindicales. Fue una marcha mucho más masiva que la del año pasado. Se está construyendo un programa común y, pese a un pueblo dividido, se ha luchado desde el primer día”, aseguró.
Sobre los debates actuales en torno a la reforma laboral y previsional, Berdesegar fue contundente: “Milei quiere volver a la Argentina del siglo XIX, donde la oligarquía tiraba manteca al techo mientras los trabajadores pasaban hambre. Por eso bajan retenciones a los grandes grupos agroexportadores, pero niegan aumentos a jubilados y fondos para discapacidad o educación”.
En referencia a las polémicas declaraciones del presidente sobre la crisis social –quien relativizó la gravedad de la situación afirmando que “si fuera tan grave, habría muertos en la calle”–, respondió: “El drama no es más grave porque no pudieron romper con la organización popular. Los comedores, los clubes barriales, las parroquias y las organizaciones sociales siguen sosteniendo a las familias más golpeadas”.
Finalmente, el dirigente de la Corriente Clasista y Combativa cerró con una definición política: “Este gobierno vino a destruir la organización gremial, sindical y barrial para avanzar con su plan de exclusión. Pero esta marcha fue una muralla. Nuestro rol como movimiento obrero es estar a la altura de esta circunstancia histórica y defender los derechos, los recursos y el futuro de nuestro pueblo”. (www.REALPOLITIK.com.ar)
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