
Municipales
Le robaron el auto al funcionario bonaerense y concejal kirchnerista Javier Rehl Gómez a tres cuadras de la municipalidad de Escobar, en un nuevo hecho de inseguridad que refleja el creciente avance del delito en la provincia.
Un nuevo episodio de inseguridad sacudió anoche al centro de Belén de Escobar. Esta vez, la víctima fue nada menos que Javier Rehl, presidente del bloque de concejales de Unión por la Patria en el Honorable Concejo Deliberante de Escobar y actual funcionario del gobierno de Axel Kicillof, donde se desempeña como titular de la Subsecretaría de Asuntos Electorales y Parlamentarios de la provincia de Buenos Aires.
El hecho ocurrió a escasos metros de la municipalidad de Escobar, en la intersección de Hipólito Yrigoyen y César Díaz, cuando un grupo de delincuentes armados descendió de un vehículo blanco, interceptó al funcionario, y lo obligó a abandonar su coche. Las imágenes registradas por cámaras de seguridad muestran cómo Javier Rehl corre hacia la vereda para resguardarse mientras los asaltantes huyen con su auto.
Este hecho se da en un contexto alarmante de crecimiento sostenido de la inseguridad en la provincia de Buenos Aires, donde, según datos oficiales del ministerio de Seguridad de la Nación, se denuncia un robo cada cuatro minutos. En 2024, se contabilizaron 128.477 robos en territorio bonaerense, lo que representa un aumento del 18 por ciento respecto al año anterior. La tasa de robos cada 100 mil habitantes pasó de 597 a 706, confirmando que la provincia lidera el ranking de incremento del delito a nivel nacional.
El robo sufrido por Rehl no es un caso aislado, sino parte de una escalada que afecta tanto a ciudadanos comunes como a funcionarios del propio oficialismo. Las cifras son contundentes y, pese al relato oficial, el delito en el conurbano bonaerense se muestra cada vez más violento y audaz.
Mientras el gobierno provincial ensaya respuestas burocráticas y estadísticas que poco impactan en la vida real de los vecinos, la inseguridad sigue ganando terreno, incluso en zonas donde uno podría esperar un mayor despliegue de presencia policial, como el centro de una ciudad cabecera de partido.
La paradoja es evidente: quienes tienen a su cargo el diseño y la implementación de políticas públicas tampoco escapan al drama de una provincia que se desangra en manos del delito. Y si a un alto funcionario bonaerense lo despojan de su vehículo a tres cuadras de la intendencia, nada bueno puede esperarle al resto de los ciudadanos. (www.REALPOLITIK.com.ar)
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