"La baja participación favorece, paradójicamente, a las fuerzas opositoras más fragmentadas y perjudica al oficialismo. Aunque La Libertad Avanza se imponga en provincias claves como Santa Fe y Córdoba, perder en Buenos Aires limita su alcance nacional", explicó Carlos Fara.
El analista advirtió que "el poder de las minorías estratégicas en el Congreso de la Nación Argentina será determinante. Provincias Unidas y otras fuerzas provinciales podrían ser árbitros de la política argentina en los próximos dos años, ya que el gobierno necesitará aliados para alcanzar el tercio de bancas requerido para sancionar leyes o avanzar en reformas estructurales".
Sobre la capacidad del Ejecutivo de avanzar con decretos y reformas, Fara señaló: "El gobierno puede intentar impulsar su agenda, pero la fuerza legislativa no será suficiente. Si no alcanza los 35, 36 por ciento a nivel nacional, incluso siendo la coalición más votada, no tendrá un resultado positivo para avanzar en temas sensibles".
Asimismo, agregó: "La situación económica será clave. Si la reactivación no es fuerte, el margen para responder a demandas de gobernadores o a políticas sociales seguirá limitado. Esto anticipa un Congreso con mucha conflictividad y la necesidad de negociar constantemente".
Finalmente, Fara concluyó: "El escenario que realmente debería alegrar al gobierno sería alcanzar cerca del 40 por ciento de votos a nivel nacional. Con números más bajos, las minorías provinciales y los aliados moderados jugarán un rol central, y la capacidad de avanzar sin consenso será muy reducida". (www.REALPOLITIK.com.ar)