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10 de noviembre de 2025 | Nacionales

Agencia Nacional de Seguridad Vial

Entre peronistas y platenses, Francisco Díaz Vega avanza con el desguace de la ANSV

La Agencia Nacional de Seguridad Vial (ANSV) atraviesa una feroz interna de poder y corrupción entre exfuncionarios, sindicalistas y dirigentes políticos que, bajo el amparo de la UPCN, buscan desguazar y privatizar el sistema nacional de licencias en beneficio de intereses privados.

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La Agencia Nacional de Seguridad Vial (ANSV) sufre nuevamente los embates por espacios de poder para mantener los kioscos de los exfuncionarios de la gestión de Pedro Scarpinelli, es decir, los negocios que habían armado a costa de sus recursos y su personal. Luego de las idas y venidas de los directores ejecutivos, Scarpinelli abandonó el organismo en el mes de agosto. Tras su salida ingresó Nicolás Da Pena, quien apenas estuvo cuarenta y ocho horas en el sillón, hasta la llegada de Francisco Díaz Vega.

Muy lejos de la faz privada, Díaz Vega viene de ocupar una extensa cantidad de cargos públicos durante más de una década, tanto en el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, como en la gobernación bonaerense, el ministerio de Comunicación Pública, la municipalidad de Tigre y hasta en la Honorable Legislatura de la Provincia de Neuquén.

La realidad de Díaz Vega no es nada sencilla, ya que desde la subsecretaría de Transporte Automotor, Camila Martínez, con la colaboración de Andrea Pérez -exdirectora de Licencias de la ANSV y actual "empleada topo", como la bautizaron dentro del roganismo- están trabajando en las normativas y convenios para privatizar el sistema nacional de licencias

El desguace ocurre prácticamente sin disimulo y solo basta con hacer un repaso y analizar cómo la gestión fue destruyendo todos los sistemas en un organismo que funcionaba aunque, por supuesto, siempre en forma perfectible.

El articulador del desguace es el platense Luis Guglielmino, alias "Pipa", el hombre de la DGA que junto a Alan Lerra -su brazo armado- hacen uso y abuso de su poder. Obviamente, esto ocurre bajo el amparo de la Unión del Personal Civil de la Nación (UPCN), el gremio mayoritario: a la primera de cambio, compraron en septiembre del año pasado a la hermana del intendente de la municipalidad de Bahia Blanca, Virginia Susbielles, cuando la pasaron a la Motorizada para cobrar un suplemento de horas sin cumplir ninguna función.


Virginia Susbielles.

Guglielmino no es nada nuevo en la política. De raigambre peronista, ha sabido ocupar innumerables cargos tanto en la gobernación de Daniel Scioli como de María Eugenia Vidal, de la mano de Joaquín de la Torre. En ese marco, supo ocupar cargos en ARBA, el ministerio de Producción, Ciencia e Innovación Tecnológica de la provincia de Buenos Aires y el ministerio de Gobierno bonaerense, entre otros tantos. Por entonces, recibió denuncias por maltrato que todavía hoy son recordadas por los trabajadores del ejecutivo provincialTambién se recuerda su rol en el gobierno de Alberto Fernández, donde desempeñó funciones en el ministerio de Economía de Argentina y la secretaría de Energía.

Como primera medida, desarmaron el área de atención conocida como Centro de Atención Ciudadana (CAC). Hoy son miles los mails de reclamos de los ciudadanos que no reciben respuestas, generando malestar y sensación de que el organismo no funciona. Luego tuvo lugar la modificación por decreto de necesidad y urgencia de la licencia nacional (LN) y la incorporación de amigos del Club de Rugby Los Tilos de La Plata en detrimento de directores idóneos con conocimiento en materia de seguridad vial.

La licencia nacional es el corazón de la Agencia Nacional de Seguridad Vial, ya que desde el 2008 unificó a todas las provincias y sus municipios en una licencia única a nivel país: hoy solamente está afuera del sistema un 5 por ciento del territorio nacional, con mas de 850 centros de emisión de licencias.

Los empleados y profesionales que trabajan hace catorce años en la ANSV, que fueron los que llevaron adelante el proceso de nacionalización de la nueva licencia nacional, se enteraron por los diarios de las modificaciones o por llamados de los directores de tránsito provinciales. La medida alcanzó a áreas de antecedentes e infracciones que coordinan a nivel nacional a los conductores y no permiten que los malos conductores e imprudentes -potenciales asesinos- puedan saltar de jurisdicción en jurisdicción sacando licencias, sin dejar ver sus antecedentes.


El club de Rugby Los Tilos se convirtió en una cantera de funcionarios sin conocimientos en la materia.

La frutilla del postre es cómo Luis Guglielmino terminó de desarticular el área de Informática, dejando al desamparo total la licencia nacional y los centros de emisión de licencias en todo el país. Por estas horas, los trabajadores solo esperan la llegada de un "iluminado" con un proyecto para proponer que el sector privado lo haga eficientemente y bajo del disfraz en una razón social amiga. 

Negocios, sin ideologías

Los mencionados tienen más vínculos comunes de lo que parece. Una prueba de ello es el caso del platense Felipe Rodríguez Laguens, exfuncionario de la ANSV y reconocida mano derecha de Florencio Randazzo, que está muy cerca del ministerio de Desregulación y Transformación del Estado de Federico Sturzenegger y, por ejemplo, acercó a Viviam Perrone (asociación Madres del Dolor) a la órbita del economista para tenerla de sostén en la publicación del decreto 465/25, donde sepultaban todos los organismos de control y daban rienda libre a los negocios del privado. 


Julio Alak, Florencio Randazzo y Felipe Rodríguez Laguens.

Dentro del área aserguran que el sistema no es nuevo: se trata de exfuncionarios que vieron un nicho, empleados serviles a las gestiones de turno y sindicalistas entregadores. Primero, con la implementación del decreto, toda el área de Licencias pasaba a la órbita de Camila Martínez: lo iban a "cocinar" en la subsecretaria de Transporte Automotor, ya que la dirección de Fiscalización quedaba bajo la Gendarmería Nacional Argentina.

En diálogo con este medio, uno de los agentes reflexionó: "Hay mucho cansancio. El resultado de las últimas elecciones demostró que a esta manera de hacer sindicalismo ya no le creemos. Son siempre los mismos, se elijen entre ellos. Virginia ya está... ¿O nos va a mandar la patota, como hacen con los jefes de departamento en el edificio Volta?". (www.REALPOLITIK.com.ar)


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