Guillermo Siro: "El trabajador que compra productos importados pone una gota para quedarse sin trabajo"

“Fue un año muy duro, peor que el anterior. Yo pensé que iba a ser mejor porque el año pasado ya había sido malo, pero me equivoqué. Este año es peor”, inició Guillermo Siro, describiendo un panorama crítico atravesado por subas de tarifas, insumos y servicios sin negociación previa y sin mejoras en la calidad. “No tuvimos baja de impuestos, no hay ningún tipo de reducción, y encima se nos cayó el mostrador: cayó el consumo y la actividad productiva”, lamentó.

El titular de la Confederación Económica de la Provincia de Buenos Aires explicó que los únicos sectores que mantuvieron dinamismo fueron “el financiero, el energético y el minero”, beneficiados por políticas macroeconómicas. En cambio, el resto de las actividades enfrentan una combinación explosiva de costos crecientes e ingresos en caída. “Se cayó el consumo porque no hay ingreso, y los servicios públicos se llevan una porción cada vez mayor del salario de los trabajadores”, describió.

A esta situación se suma un fenómeno que Siro calificó como “dumping social y económico” derivado del ingreso masivo de productos importados a precios irrisorios. “No podemos competir contra países que no cumplen normativas laborales de la Organización Internacional del Trabajo. Allí los trabajadores no tienen vacaciones, no tienen aguinaldo, trabajan 12 horas y los costos laborales son mínimos. Eso es dumping social”, detalló.

En este sentido, ejemplificó: “Hacer un jean en Argentina cuesta entre 12 y 13 dólares en fábrica, pero sale de China a 8 dólares y se declara en aduana a 4 o 5. Con eso no hay forma de competir”. Para Siro, el problema se agrava por “una aduana permisiva y corrupta” y la falta de una oficina antidumping eficiente. “La competencia desleal está destruyendo la producción local. El trabajador que compra en plataformas productos sin control tiene que saber que está contribuyendo a quedarse sin trabajo”, advirtió.

El titular de CEPBA también apuntó contra los “costos muertos” del sistema argentino: logística encarecida por la inseguridad, peajes altos, rutas deterioradas, seguros elevados y la necesidad de contratar seguridad privada. “Tenemos costos completamente fuera de lugar que nos sacan de cualquier mercado internacional”, afirmó.

A esto se adiciona el peso del sistema laboral y judicial. Siro cuestionó la imprevisibilidad de las indemnizaciones y lo que denominó “el curro de las relaciones laborales”. Explicó que si bien el salario en mano de un trabajador puede ser un millón de pesos, para la empresa el costo real asciende a más de 2 millones por cargas, ART, vacaciones, aguinaldo y otros ítems. “Todo lo previsible se puede costear. Lo que no es previsible no se puede costear y destruye empresas”, señaló.

El empresario insistió en que Argentina necesita modernizar los convenios colectivos y adecuarlos a los nuevos oficios y tecnologías. “No podemos seguir con convenios del 73. Hay oficios que ya no existen. Tenemos que actualizar, capacitar y premiar la productividad. Hoy eso no se puede hacer”, expresó, y cuestionó tanto a empleadores que explotan trabajadores como a empleados que buscan “el negocio del juicio”.

Contó incluso casos recientes donde trabajadores, tras ser indemnizados correctamente, presentaron demandas adicionales que pusieron en riesgo la continuidad de empresas. “Si queremos defender el trabajo, defendamos al buen trabajador, no al curro del trabajo”, sentenció.

Finalmente, Siro subrayó la necesidad de reformar el sistema laboral sin destruir derechos, pero asegurando reglas claras para ambas partes. “Tenemos que garantizar derechos y obligaciones. Todo derecho implica una obligación. Si no ordenamos el sistema, las pymes no van a poder sostener empleo ni producción”, cerró. (www.REALPOLITIK.com.ar)

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