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El psicólogo y docente de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP), Claudio Ringelman, visitó los estudios de RADIO REALPOLITIK FM y analizó el crecimiento de la violencia en las escuelas, su vínculo con la crisis social y el impacto de la tecnología en los adolescentes.
Desde el inicio de la entrevista, Claudio Ringelman coincidió con que la problemática no puede comprenderse de manera aislada. “Estamos viviendo momentos de violencia como me parece que nunca habíamos vivido”, afirmó, al tiempo que señaló dos fenómenos clave: la naturalización del conflicto y la caída de la autoridad docente. “Cada vez me da la sensación de que estamos naturalizando más la violencia como sociedad”, remarcó. También advirtió sobre la pérdida del respeto por las figuras de referencia: “Ese lugar de autoridad que antes tenía el mayor, el docente, ese lugar de autoridad ha caído”.
El especialista planteó que la escuela continúa siendo el único espacio que llega a todos los hogares, pero enfatizó que su rol está atravesado por urgencias que van mucho más allá de lo pedagógico. “Hay muchas escuelas que ya la cuestión educativa y pedagógica está pasando a un segundo plano”, explicó, debido a situaciones económicas, sociales y familiares que ingresan a las aulas.
En ese contexto, la falta de equipos profesionales agrava el escenario. “No todas las escuelas lo tienen y muchas veces hay escuelas que lo tienen pero de manera muy limitada, con un profesional, una psicóloga para todos los pibes”, cuestionó sobre los gabinetes psicopedagógicos.
Ante episodios de violencia que se viralizan —peleas, estudiantes armados, agresiones a docentes—, Ringelman recordó que los medios suelen ver sólo el desenlace: “A nosotros nos llega cuando explota todo esto”. Y alertó sobre la dificultad de intervenir preventivamente sin recursos suficientes: “Cuando no existen los dispositivos necesarios es cuando irrumpen ahí la violencia en términos muchas veces extremos”.
Ringelman, que también trabaja en clínica, señaló que los efectos de la pandemia siguen presentes en el plano psicológico: “En algún punto la pandemia nos sigue dando coletazos en términos de lo vincular”. A esto se suma el agotamiento del personal docente: “Los docentes también están cansados, con ansiedad, con depresión, con angustia que no llega al día a día”, describió.
El psicólogo advirtió sobre un clima social que excede a las escuelas: “Estamos viviendo tiempos… de cierto discurso de violencia segregatorio. Ya pareciera que no alcanza con ganarle al otro, sino que hay que eliminarlo”. Incluso recordó casos recientes, como amenazas recibidas por la UNLP que describió con crudeza: “Tenía todos los tintes terroristas… ya no alcanza con que yo te gane, sino que te quiero eliminar”.
Uno de los puntos más sensibles de la entrevista fue el rol de internet en la violencia adolescente. “La tecnología viene a producir subjetividad, viene a producir otro modo de padecer”, advirtió Ringelman. También alertó sobre el crecimiento del bullying digital: “Cómo a una persona se la puede exponer… y pareciera que porque uno lo hace a través del celular tiene menos legitimidad, y sin embargo no”. Dijo haber recibido en consulta a jóvenes “profundamente angustiados porque subieron una foto de esa persona a una red”.
Asimismo mencionó problemáticas graves vinculadas a redes sociales: “Hoy estamos viendo adolescentes con consumo problemático de tecnología, de juego, de apuestas… y eso está produciendo un montón de conflictos”.
Frente a situaciones complejas, Ringelman insistió en que ya no alcanza una sola mirada profesional: “Hoy sí o sí necesita ser abordado interdisciplinariamente”. En ese marco, destacó la importancia del preceptor en las escuelas secundarias: “El preceptor entra en confianza, lo ve todos los días… ese rol es fundamental”.
Ringelman también explicó la diferencia entre maltrato y bullying: “El bullying es cuando todos los integrantes de un curso toman de punto a un niño… que una persona maltrate a otra es maltrato, no bullying”, aclaró, señalando que esta distinción es clave para diseñar intervenciones adecuadas.
Respecto a la creciente demanda de acompañantes terapéuticos, el psicólogo explicó: “Cuando hablamos de inclusión, decimos que son las barreras educativas las que tenemos que eliminar”, y señaló que sólo corresponde solicitar apoyos cuando existe una evaluación profesional que lo justifique. (www.REALPOLITIK.com.ar)
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