“El acuerdo con Estados Unidos implica un gran salto hacia atrás para la Argentina”

“Es una especie de parodia con el desarrollo económico chino, que se llamó el gran salto hacia adelante. Argentina está tomando el camino inverso”, inició Andrés Asiain. En ese sentido, explicó que mientras China expande su aparato productivo, incorpora tecnología y se consolida como potencia global, el actual gobierno argentino “elige desmembrar” su estructura industrial.

Según el director del Centro de Estudios Scalabrini Ortiz, la administración Milei considera que “las únicas actividades rentables que deben permanecer y crecer son las primarias exportadoras”, relegando la industria, la tecnología y la producción manufacturera que, afirma, el oficialismo prefiere “reemplazar por importaciones”. En este marco, cuestionó el avance de acuerdos de libre comercio con Estados Unidos y la Unión Europea que, en su visión, “ceden unilateralmente sectores enteros de la economía nacional”.

“Estados Unidos no abre casi ningún mercado, apenas un poquito la carne, mientras Argentina abre todo: del ganado en pie hasta la última tecnología”, advirtió. Además, alertó sobre cláusulas que desregulan patentes, certificaciones de medicamentos, manejo de datos e incluso habilitan mecanismos para que Washington bloquee productos chinos en el país.

Para Asiain, el rumbo promovido por el gobierno implica “un salto hacia atrás” que equipara al país con economías como Perú o Paraguay, alejándolo del histórico estatus de nación de desarrollo intermedio en Sudamérica.

En otro tramo de la entrevista, el economista detalló las implicancias del acuerdo financiero con Estados Unidos, cuyo contenido se mantuvo bajo confidencialidad. Sostuvo que el mecanismo permitió a actores norteamericanos obtener fuertes ganancias en un mes y que, además, se habría utilizado para presionar a la Argentina a cancelar el swap con China. “Lo tienen agarrado: si Estados Unidos suelta la mano, Javier Milei no dura un mes”, aseguró.

Asiain también se refirió a la fragilidad de las reservas. Aunque formalmente rondan los 41.000 millones de dólares, explicó que “casi la mitad son depósitos de particulares” y otros 13.000 millones corresponden al swap chino. “Cuando descontás todo, el poder de fuego real es muy bajo y las cuentas externas están en rojo. Es como una empresa endeudada cuyo negocio diario da pérdida”, graficó.

Sobre la inflación, evaluó que el gobierno enfrenta un “piso inercial” difícil de perforar. “Hace más de un año que está en niveles similares. El programa chocó contra un piso del 32 o 33 por ciento anual”, analizó. Según indicó, el esquema de tipo de cambio, sostenido como un “tope máximo”, enfrenta presiones estacionales y de demanda de dólares que podrían intensificarse tras el pago de aguinaldos y durante las vacaciones.

Finalmente, advirtió que incluso con apoyo de Estados Unidos la situación es delicada: “Los vencimientos de deuda son enormes. Están desesperados por conseguir dólares y las tasas que les cobran son altísimas. El gobierno no tiene la plata”. (www.REALPOLITIK.com.ar)

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