María Mercedes Cabezas: “La paritaria no existe y el gobierno usa los canales democráticos para destruir al estado”

En primer lugar, la dirigente sindical destacó el cierre de año de la organización, marcado por la movilización y la resistencia social frente a las políticas oficiales: “Como organización gremial un balance muy bueno, y en todo sentido, porque la realidad es que cerramos el año movilizados, con mucha participación popular y con un pueblo diciéndole que no a una reforma que efectivamente se quiso llevar puesto los intereses y los derechos de la clase trabajadora”. En ese sentido, afirmó que “es un cierre de año interesante, positivo, y que deja un sabor más dulce que amargo”.

Sin embargo, advirtió que el “sabor amargo” está dado por la ausencia de negociación salarial real. “El sabor amargo es que no haya habido paritarias, porque la realidad es que no hay negociación”, explicó, y agregó: “Nosotros nos sentamos en una mesa que debiera ser de negociación y que es de resultados, que en general van en contra de las necesidades de la clase trabajadora, en este caso de las y los estatales”.

Cabezas remarcó que el gobierno nacional acordó salarios a la baja con otros sectores sindicales y denunció la pérdida constante del poder adquisitivo: “Se acuerda con otro sindicato salarios a la baja, y con pérdida permanente de capacidad de adquisición, de capacidad de compra, de capacidad de alimentación de las familias de los estatales y de las estatales”. Por eso, sentenció: “Eso paritaria no se puede llamar, es un sabor amargo que no exista la paritaria como espíritu de negociación y de debate colectivo”.

En una definición política contundente, la dirigente de Asociación Trabajadores del estado (ATE) sostuvo: “Es un sabor amargo que existe un gobierno que, como bien lo dijo el mismo presidente, utiliza los canales democráticos para destruir al estado y por lo tanto destruir la democracia”.

Consultada sobre el posible aumento salarial para funcionarios nacionales, Mercedes Cabezas fue crítica y apuntó contra el concepto de “casta”: “La casta son los funcionarios, si querés, pero no los trabajadores que sostienen el estado con su camiseta todos los días”, y añadió: “A mí me parece que la casta son los CEOs que tiene hoy en el gobierno el propio presidente, que son parte de empresas multinacionales que se llevan todo y se la llevan afuera”.

En relación con la situación económica, describió un escenario de fuerte recesión y caída del consumo: “Hoy estamos en un periodo de casi nulo circulante de dinero en la calle, de poca capacidad de compra de la clase trabajadora y por lo tanto de estancamiento de la economía”. En ese marco, reconoció: “La verdad que da mucha bronca, no puedo decirte otra cosa”, aunque aseguró que eso refuerza la voluntad de lucha: “Da muchas ganas de seguir peleando por un futuro de una sociedad diferente”.

Sobre el presupuesto aprobado por el Congreso de la Nación Argentina, Cabezas expresó una fuerte preocupación por los recortes en áreas sensibles: “Me preocupan algunas cuestiones del presupuesto, por ejemplo, que hayan reducido el 90 por ciento de algunas partidas presupuestarias como las destinadas a la violencia de género”, y también mencionó los ajustes en salud y discapacidad: “Que hayan reducido programas de medicamentos que proveía el estado o las partidas presupuestarias para las personas con discapacidad, o que intenten avanzar contra las universidades públicas, la verdad que todo eso a mí me parece una aberración”.

Además, cuestionó la concepción política del oficialismo: “Este gobierno creyó que el voto era un cheque en blanco y se equivoca”, y advirtió que “todos los gobiernos que intentaron avanzar en contra de la clase trabajadora, por más de que hubieran ganado, no les fue tan bien”.

De cara al futuro, anticipó un escenario de mayor conflictividad social: “El 2026 yo creo que puede llegar a ser un año revolucionario después de cómo terminó este año”, y aclaró el sentido de esa definición: “Yo creo que es revolucionario pensar en un gobierno más colectivo, en un proyecto político que incluya a todo el mundo, que piense en términos redistributivos y en términos de felicidad, que tiene que ser el objetivo último”.

En ese contexto, celebró las movilizaciones en todo el país: “Más me alegra lo que pasó en las provincias, porque eso quiere decir que todavía los argentinos y argentinas creemos en un plan federal”, y destacó que “vale lo mismo una vida en la Quiaca que en Tierra del Fuego”.

Finalmente, dejó un mensaje directo a los trabajadores y trabajadoras: “Habemos dirigentes dispuestos a dar la pelea por ellos y con ellos”, y convocó a la construcción colectiva: “Invitarlos a que construyamos juntos un proyecto alternativo, diferente, pero fundamentalmente colectivo”. En el cierre, resumió su mirada política con una definición personal: “En tiempos de tanta violencia y tanta crueldad, el amor es una estrategia política y la esperanza organizada es la herramienta de cambio necesaria que tenemos para construir lo nuevo”. (www.REALPOLITIK.com.ar)