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4 de diciembre de 2024 | Municipales

Freno a la construcción

Negociados y suspensiones: El futuro incierto de los barrios privados en La Plata

La secretaría de Planeamiento y Obras Públicas de la municipalidad de La Plata pareciera cercada por las críticas de propios y extraños. Entretelones de una maniobra que inició como revancha política y se transformó, en tiempo récord, en un papelón sin precedentes que amenaza con profundizar la destrucción del desarrollo de la actividad privada.

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por:
Santiago Sautel

Para algunos, el retorno del kirchnerismo a la municipalidad de La Plata en las elecciones de 2023 fue una verdadera sorpresa. También lo fue el rol que asumió el arquitecto Sergio Resa, quien se transformó en una suerte de “supersecretario” acaparando al menos dos secretarías que, hasta el momento, funcionaban por separado: Planeamiento y Obras Públicas.

Mientras Resa aseguraba que la medida tenía que ver con el mejor funcionamiento de la maquinaria administrativa, un nutrido grupo de funcionarios municipales ligados a La Cámpora sembraban la semilla de la duda. “No está capacitado para asumir tantas responsabilidades. Estuvo toda su vida detrás de un mostrador, mangueando contratos. No sólo va a trabar el progreso de la ciudad acumulando expedientes en su escritorio, sino que el manejo de tantas áreas en simultáneo abre la ventana a todo tipo de negocios espurios”, advirtieron.

Una de las primeras medidas que tomó Sergio Resa fue la de suspender el uso de las ordenanzas que regulaban a los barrios privados en la ciudad de La Plata. De acuerdo al arquitecto, los mismos habían sido aprobados por la gestión de Julio Garro sin contar con el necesario aval de las autoridades de la provincia de Buenos Aires.

La apresurada iniciativa, motivada por una simple venganza política, llamó incluso la atención de sus propios compañeros de lista. “¿Acaso no fue el propio Sergio Resa el que, durante la gestión de Julio Garro, le suplicó a la secretaria de Planeamiento, María Botta, la aprobación de un barrio privado en tierras anegables ubicadas a pocos metros de la autopista Buenos Aires – La Plata?”, se preguntaron. No son pocos los desarrolladores que ya cuentan con pruebas al respecto y amagan con transitar los pasillos de la Justicia.

No sólo ello, sino que la medida implicó un fuerte impacto en la región. Como es de público conocimiento, los barrios privados movilizan la economía y son unos de los mayores generadores de empleo. Si los barrios crecen, lo mismo ocurre con el trabajo de los albañiles, obreros, maquinistas y demás trabajadores de la construcción. El mismo impacto positivo lo tienen los corralones, los comercios de aberturas, las cementeras, hormigoneras, los estudios de arquitectura y un sinfín de actividades que se benefician directa e indirectamente. Demasiado para perder en una ciudad financieramente en quiebra.


Sergio Resa.

Sin embargo, como suele ocurrir en la política, la medida no afectó a todos por igual. Pocas semanas después que Resa asegurara que las ordenanzas de Julio Garro fueron “una estafa” y prohibiera la continuación de las obras en toda la ciudad, se supo que desde su despacho habían aprobado dos barrios privados. ¿Sus dueños? El propietario de un reconocido diario de la ciudad y el extitular del principal country de la ciudad. Al parecer, los ideales urbanísticos se rindieron, una vez más, ante el poder constituido.

Los caprichos de Sergio Resa fueron aún más allá, y se suspendieron los permisos provisorios de obra en la ciudad, lo que impactó fuertemente en el rubro de la construcción. Sin embargo, no todo está perdido. Una simple recorrida por la región muestra el escaso interés de los desarrolladores por la medida del secretario de Planeamiento y Obras Públicas. Día a día, edificios, casas y barrios privados continúan desplegando obras y maquinaria pesada sin prestar atención al fallido funcionario municipal.

“No se puede ir en contra del progreso”, aseguró un reconocido constructor que avanza a todo vapor con sus edificios y complejos de dúplex, a pesar de la medida del secretario municipal. “Resa peca de ignorancia, por haber sido toda su vida un tipo detrás de un mostrador. Asegura que algunos barrios privados están en el cordón frutihortícola. Se ve que nunca caminó la zona. El cordón hace décadas que se mudó a Abasto y Colonia Urquiza, donde prácticamente no hay desarrollos. Asegura que son zonas anegables, pero más anegable es el barrio que buscó aprobar detrás de El Quimilar”, sentenció.

Casi como un manotazo de ahogado, el secretario municipal pareciera encabezar una pintoresca movida en medios de comunicación, utilizando para ello, paradójicamente, el mismo periódico cuyo dueño vio aprobar su propio barrio privado mientras el resto se tiene que sentar a esperar. Las publicaciones, sin embargo, no lograron enmascarar el desatino.

La provincia suma al desorden general

Una iniciativa del gobierno bonaerense encabezada por el ministro de Gobierno Carlos Bianco, pareciera empantanar aun más las decisiones del secretario de Obras Públicas de La Plata. El funcionario y mano derecha de Axel Kicillof había anticipado, allá por el mes de junio, que se estaba estudiando la modificación de las leyes 8912/77 y 14.449/12. La modificación de ambas normas, que rigen en materia de ordenamiento territorial y urbano, sería parte de un nuevo proyecto de ley que será discutido por la Legislatura bonaerense entre 2025 y 2026.

Carlos Bianco.

La noticia, que había sido adelantada por el propio Bianco en el Consejo provincial de Vivienda y Hábitat realizado en el Pasaje Dardo Rocha, pone al presunto reordenamiento local prometido para el presente mes de diciembre en un incómodo espacio.

De acuerdo al decreto publicado el 10 de octubre de este año, la municipalidad de La Plata tiene 180 días para resolver las ordenanzas señaladas como irregulares y darle un marco legal a las actividades de los barrios cerrados. Sin embargo, desde el círculo íntimo del gobernador Kicillof se mostraron molestos con la posibilidad de que Resa quiera publicar una normativa local sin estar al tanto de las modificaciones provinciales. No le queda otra, cualquier retraso en las fechas pautadas por el decreto implicará caer en un caos legal e iniciar una batalla legal de numerosos frentes, lo que implicaría un papelón aún mayor.

Así las cosas, el resultado de la decisión de Sergio Resa y el respectivo decreto municipal pareciera navegar en el terreno del desastre. Además de haber afectado negativamente a la endeble economía local, haber generado la pérdida de miles de empleos y de millones de dólares en inversión, se le suman las sospechas de negociados con empresarios amigos del poder que vieron firmados sus expedientes en forma expedita.

La improvisación, el capricho y la venganza política hicieron de las suyas, y la construcción, uno de los rubros trascendentales de la economía platense, se encuentra en jaque, sorteando su suerte entre el desempleo y los negociados de unos pocos. (www.REALPOLITIK.com.ar)


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