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El exsenador Edgardo Kueider, quien permanece detenido en Paraguay por intentar ingresar más de 200 mil dólares no declarados, está implicado en un entramado de nepotismo que incluye la contratación de familiares en el Senado, empresas fantasma con domicilios falsos y maniobras sospechosas para ocultar su patrimonio.
Edgardo Kueider, exsenador y figura política destacada de Entre Ríos, se encuentra nuevamente en el ojo de la tormenta a raíz de una investigación de este medio que descubrió un entramado familiar y empresarial con serias irregularidades. El caso involucra contrataciones sospechosas en el Senado de la Nación y vínculos con empresas fantasmas investigadas por la Justicia.
Kueider, casado en segundas nupcias con Liliana Di Lello, quien cobra un frondoso contrato en el ministerio de Salud de Entre Ríos, es padre de cinco hijos. No obstante, la polémica en esta ocasión se centra en su secretaria, Iara Magdalena Guinsel Costa, y su madre, Celina Érica Costa, y dos de sus hijos, quienes fueron beneficiados con cargos públicos y empresariales bajo su influencia.
Guinsel Costa, de 34 años, se desempeñaba como secretaria de Kueider y es sindicada como presunta testaferro. Su nombre aparecía en las expensas de un exclusivo complejo de lujo en Paraná, adquirido por Betail SA, una de las empresas investigadas que Kueider comparte con Rodolfo Daniel González (empleado de la Biblioteca del Congreso de la Nación) y Pablo Beltrán (exempleado de Correo Argentino) y Ernesto Javier Rubel. En 2023, Kueider designó a su secretaria en planta temporaria del Senado con un salario mensual de 2,5 millones de pesos. Sin embargo, empleados del despacho aseguraron nunca haberla visto trabajar allí. Tras la exposición mediática, decidió sumar a su suegra, Celina Érica Costa, también al Senado, consolidando el esquema familiar.
Sus tres hijos mayores, Emilce, Haidar y Facundo, cuentan con vínculos laborales derivados del poder político de su padre. Emilce trabajó en la municipalidad de Concepción del Uruguay entre 2015 y 2019. Desde 2021, forma parte de la Comisión Técnica Mixta de Salto Grande (CTM), un organismo binacional clave para la operación de la represa hidroeléctrica en el río Uruguay.
Por su parte, Facundo Darío ingresó al Senado en 2024 gracias a su padre, pero recientemente logró posicionarse en el poder judicial de Entre Ríos. Mientras tanto, Haidar, el tercero de los hijos, aparece como socio en Edekom SA, una empresa familiar dedicada al desarrollo de software y plataformas digitales, con un capital declarado de 100 mil pesos.
print edekom sa
Tanto Betail SA como Edekom SA están bajo la lupa de la Justicia. Ambas empresas registran domicilios inexistentes o falsos. Un informe de la Policía Federal, solicitado por el fiscal José Arias, detalló que los domicilios vinculados a estas firmas no presentan actividad empresarial real. En uno de ellos, se encontró una casa en venta; en otro, un estudio contable ajeno a Kueider. Incluso en la dirección fiscal de Edekom SA, Cerrito 1320, actualmente funciona un estudio contable sin relación con las operaciones de la empresa.
Betail SA fue creada en 2018 y vinculada a la adquisición de tres departamentos con cocheras en un lujoso edificio en Paraná. Las unidades, allanadas oportunamente, figuran a nombre de Guinsel Costa. La Justicia sospecha que se utilizó un fideicomiso para ocultar a los verdaderos dueños, una estrategia común en esquemas de lavado de activos.
El patrimonio de Kueider está siendo investigado en dos causas: una por enriquecimiento ilícito que abarca el período 1999-2019, bajo la fiscalía de José Arias, y otra a cargo de la jueza Sandra Arroyo Salgado. Ambas causas coinciden en múltiples puntos, como los vínculos con su socio Rodolfo González, quien además es empleado de la Biblioteca del Congreso de la Nación al menos desde 2016 y propietario de una camioneta usada por Kueider para cruzar la frontera a Paraguay. González también enfrenta acusaciones por su rol en estas maniobras.
En otra línea de ideas, vale destacar que a través de Beltrán, Kueider se encuentra vinculado a otras dos empresas: Belfar SA (CUIT 30-71660420-5) y Jubentu SRL (CUIT 20-38327669-2). Por el lado de González, se lo asocia a Neopop SA (CUIT 33-70710996-9) e Iceler SA (CUIT 30-71809398-4), que ha sido beneficiada por el dedo del estado en varias oportunidades en el negocio de la fibra óptica.
González comparte la sociedad de Iceler SA junto a Adriana Crucitta. Esta última también es empleada de la Biblioteca del Congreso, aunque también ha trabajado en el ministerio del Interior durante la presidencia de Mauricio Macri.
La magnitud del entramado familiar y empresarial de Kueider no solo refleja un esquema de nepotismo, sino que también revela un posible uso indebido de fondos públicos y maniobras para evadir controles patrimoniales. La doble investigación judicial promete complicar aún más su situación, con posibles derivaciones en la Corte Suprema.
Mientras tanto, los organismos oficiales y la Justicia continúan desentrañando el rastro de empresas fantasmas, propiedades ocultas y conexiones familiares, en un caso que expone las fallas del sistema político en la lucha contra la corrupción. (www.REALPOLITIK.com.ar)
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